Reconocimiento
De forma natural tenemos tendencia a buscar reconocimiento en los demás. Por ello nos vemos en la tesitura de demostrar constantemente a nuestros equipos, compañeros y jefes, nuestras habilidades y, en consecuencia, dedicamos mucho esfuerzo a poner en valor nuestros puntos de vista, ideas o logros. Pero, cuando hacemos esto, difícilmente aprovechamos las sinergías o potencial del trabajo en equipo y, lo que es peor, entramos en una espiral de “lucimiento” desde la que difícilmente encontraremos admiración ajena.
Si, en cambio, nos dedicamos a tratar de comprender y aprender de los demás (independientemente de su formación, categoría, edad, etc..), con una actitud abierta y positiva, y desde esa privilegiada posición nos dedicamos a ayudar, desarrollar a las personas, y construir conjuntamente ideas y soluciones, nos sorprenderemos de la cantidad de comprensión, admiración y respeto que recibiremos.