Una paranoia razonable...

Recupero algunas notas que tomé del libro de Jim Collins, “Great by Choice”. Su investigación descubre algunos rasgos de las empresas más destacadas de las últimas décadas y pueden señalar comportamientos a seguir. Una frase para recordar: Los únicos errores de los que se aprende son aquellos a los que se sobrevive. En ella está el origen de un comportamiento muy conservador en la manera en que gestionaban sus activos financieros las empresa excelentes. Se caracterizan por acumular importantes cifras de dinero en efectivo en comparación con el resto de empresas. De este modo, estas reservas de tesorería actúan como un colchón que les defiende de acontecimientos inesperados o de la “mala suerte”. Si bien no se puede predecir la aparición de una desgracia, puedes tener la seguridad de que en algún momento se presentará. De ahí la conveniencia de identificar y gestionar los riesgos. Tipos de riesgos: Riesgo de sobrepasar el punto de no retorno. Puede ser un riesgo mortal de necesidad pues puede hacer desaparecer la empresa. El riesgo asimétrico es aquel en el que la posibilidad de que las cosas vayan mal es mucho mayor que el de que vayan bien; los peligros son muy superiores a las posibles recompensas. El riesgo incontrolable es aquel que expone la empresa a fuerzas y acontecimientos en los que existe poca posibilidad de efectuar una gestión o un control eficaces. Finalmente está el riesgo que se relaciona con la rapidez de la evolución de los acontecimientos que afectan a al empresa y la velocidad con la toma que se toman decisiones y se actúa.   Y para defenderse de estos riesgos las empresas más destacadas se caracterizan por: Ejercer una hipervigilancia, una preocupación constante por identificar los cambios que puedan señalar peligro, por tratar...

Fabricando innovadores (2)...

Capacidad de Pensamiento creativo Consiste en la capacidad para generar ideas e identificar aquellas verdaderamente útiles. Pueden encontrarse personas incapaces de generar ideas que necesitan ayuda para lograrlo y otras a las que se les ocurren muchas ideas pero que no son capaces de decidir cuáles elegir. Se necesitan de dos habilidades para tener un pensamiento creativo: Pensamiento divergente:Es la habilidad para generar muchas ideas originales, distintas y complejas. Para desarrollarlo hay que saber preguntarse y contestar cuestiones como las siguientes: ¿Qué ha funcionado anteriormente? ¿Qué podría funcionar en el futuro? ¿Qué ha aparecido de nuevo en este área? ¿Qué podría utilizarse de manera completamente nueva? ¿Qué nueva cosa podría probarse? ¿Habría un modo mejor de hacerlo? ¿Qué podría aprenderse de las ideas de otros? ¿Qué surgiría de pensar desde una perspectiva diferente? ¿Cómo veo usarlo a mi cliente?   Pensamiento convergente:Es la habilidad para evaluar de manera lógica y crítica las ideas para elegir la mejor de ellas. Ayuda a desarrollarlo el contestar a estas cuestiones: ¿Funcionará? ¿Puede hacerse? ¿Es factible técnicamente? ¿Es lo que el cliente necesita, quiere o está dispuesto a utilizar? ¿Es atractivo? ¿Es seguro? ¿Qué conocimientos se necesitan para hacerlo funcionar? ¿Disponemos de los recursos necesarios? ¿Qué inversión se precisa? ¿Es coherente con otros desarrollos? ¿Puede promoverse? ¿Será rentable?   Otras notas relacionadas: Fabricando innovadores (1) Menos lobos, mejores pastores Experimentar para...

Fabricando innovadores (1)...

Como veíamos ayer, las organizaciones necesitan personas con unas capacidades acordes con las demandas de la nueva economía. La tan buscada innovación no es tanto una capacidad en sí misma como el resultado de la aplicación en un contexto concreto de un conjunto de habilidades, conocimientos y cualidades. Que necesitamos de innovación no es discutible. La precisamos para responder a los cambios determinados por las nuevas tecnologías, las condiciones económicas, las nuevas condiciones de trabajo y la globalización de los mercados. La innovación no surge como consecuencia del azar ni es exclusiva de empresas altamente sofisticadas en sectores punteros. Puede enseñarse mediante el uso de las metodologías apropiadas para las capacidades requeridas. Vamos a repasar estas últimas para tener una orientación acerca de las iniciativas a implantar para poder desarrollarlas.   Capacidad de Discernimiento Esta capacidad permite identificar necesidades y oportunidades, así como llevar a cabo investigaciones para determinar lo que es posible lograr. Desarrollarla exige poner en marcha diversas iniciativas que lleven a descubrir la información que se busca, como por ejemplo: Analizar el entorno para identificar necesidades no atendidas y sus soluciones. Poner en entredicho proposiciones generalmente aceptadas. Observar y ser inquisitivo para identificar problemas y sus condicionantes. Realizar encuestas para identificar necesidades. Investigar mercados y poblaciones objetivo. Examinar e interpretar los requisitos. Averiguar los tipos de recursos necesarios. Identificar las exigencias legislativas y organizativas. Reconocer las implicaciones éticas de las actuaciones previstas.     Otras notas relacionadas: Menos lobos, mejores pastores  Experimentar para...

Menos lobos, mejores pastores...

Posiblemente la causa de nuestros problemas actuales se deba a que hemos tenido demasiados lobos y malos pastores. Hace un par de días comentaba mi opinión sobre la incapacidad de determinadas organizaciones sociales para responder a los retos que tenemos planteados. Hoy leía que para el desarrollo de una región se necesitaba que estuvieran unidos entre sí  cuatro elementos: gobierno, empresas, sociedad civil y universidad. Claro que para que su impacto pueda notarse esos mismos elementos deben disponer de esa capacidad de innovación o desarrollo que yo sigo echando en falta. Parecería que todos ellos estuvieran afectados por el mismo virus de la burocracia improductiva. La principal razón por las que han quedado caducas podría muy bien ser la ausencia de líderes …: … que hayan podido orientar a esas organizaciones en el abandono de los hábitos del pasado y en la gestión de las reformas necesarias. … capaces de crear un clima de fomento de la innovación, de recompensa de la creatividad y la colaboración. … que confiaran en individuos con talento en quienes depositar la responsabilidad del cambio de esas organizaciones. … que trabajaran de forma conjunta buscando el interés general antes que el de su propia organización.   En efecto, creo que estarás de acuerdo en que la calidad del factor humano está en la base de la solución de los problemas. Y no basta la calidad individual sino que se precisa de la que debe generarse en grupos organizados. Cómo sean estos grupos, cómo se organicen, es un tema sobre el que habrá que profundizar. Desde luego no pueden estructurarse ni gobernarse como en el pasado. La comunicación y la colaboración entre sus miembros de manera intensa y estrecha apoyándose en las tecnologías actuales será lo que marcará la diferencia....

Tu solo no puedes

Es la conclusión que quiero transmitirte hoy y a la que habrá que completar con una solución. Es ya un lugar común el reconocimiento de estar en una nueva era que plantea a la sociedad unos nuevos retos y que exige nuevas soluciones. Es preciso reconocer que esos problemas son de muchos y a la vez particulares. Cabría pensar por tanto que las organizaciones sociales ya existentes deberían ser capaces de proporcionar la respuesta necesaria a esos problemas. Mi tesis hoy es que las organizaciones sociales existentes en la actualidad y establecidas desde hace muchos años, no son capaces de dar las respuestas que esperamos de ellas. No pueden resolver los problemas ni para la colectividad ni para el individuo. Cuando hablo de organizaciones sociales… ¿en cuáles pienso?.  De hecho en todas aquellas a las que por inercia acudiríamos en busca de respuestas. Por mencionar algunas: Gobiernos y administraciones nacionales y locales. Partidos políticos y sindicatos. Corporaciones profesionales. Cámaras de comercio y asociaciones empresariales.   Y la causa de esta incapacidad está en unas características poco apropiadas: Carácter local para un mundo global. Procedimientos y normas de funcionamiento anticuados. Mecanismos de toma de decisiones lentos e ineficaces. Órganos de gobierno más preocupados en perpetuarse que en servir los intereses de quienes les eligieron. Ausencia de diversidad en los conocimientos y competencias disponibles.   Se necesitan por tanto unas nuevas organizaciones que: Se basen en la confianza y en el conocimiento mutuo de los participantes. Acojan a personas con capacidades diversas y variadas. Permitan el trabajo conjunto y colaborativo. Lleguen a un ámbito geográfico tan amplio como sea posible. Sean capaces de responder de manera flexible y rápida. Operen a partir de la contribución generosa de cuantos participan.   Las soluciones están ya disponibles; sólo...

¿Sabes con quién estás hablando?...

Esta expresión castellana se ha utilizado muchas veces para hacer chistes. El “usted no sabe con quién está hablando” se ponía en boca de clientes prepotentes que trataban de reclamar un servicio que no recibían a su entera satisfacción. Y el contexto personal y temporal solía situarse en épocas pasadas y personas ligadas al “antiguo régimen”. Hoy que los tiempos han cambiado me parece obligado que quienes nos dedicamos a prestar servicios a terceros (es decir, todos) tengamos muy presente esa expresión. Mi sugerencia es que nunca le des ocasión a nadie a quien tienes la obligación de servir de pensarlo o decírtelo. Lo comento de continuo. Es el cliente quien tiene el poder hoy, pero todavía muchos lo ignoran. Su obsesión por el producto y la inercia de años pasados en que las empresas ganaban dinero vendiendo a clientes anónimos, les lleva a cometer errores tremendos. Un ejemplo propio: El director de la sucursal de la Caixa de enfrente de mi despacho cometió el error de tratar a dos clientes referidos por un Notario vecino y conocido, un trato pésimo. Inicialmente correcto pero claramente artificial y simulado, y cuando llegó el momento de prestar el servicio que se le demandaba, prepotente y nada cooperativo. ¡Y con la que está cayendo en el sector financiero…! Ciertamente no sabía con quien estaba hablando. Ni se paró a considerar las posibles consecuencias negativas de su actitud para muchas personas clientes suyos. Se quedará sin negocio y su actitud se ve aireada públicamente. De buen “rollo”, claro… Que no nos pase a...

15 minutos, una bolsa y una caja 09Jun

15 minutos, una bolsa y una caja...

La foto no es mía, pero mi escritorio necesita ser ordenado tanto como éste. Seguramente a algunos de vosotros no les haga falta, pero para los que estéis como yo, esta nota que escribo para mi mismo (como todas) quizás pueda serte de ayuda también. Reconozcamos que ya vamos tarde y pongámonos a hacer lo que largo tiempo demoramos dado que teníamos otros asuntos prioritarios. Hoy, éste ha pasado a serlo. Como no es fácil abandonar ciertos vicios, someterse a unas nuevas rutinas y ponerse unas metas pequeñas y asequibles es un buen modo de comenzar: Haz público tu propósito. Superemos la vergüenza y la humillación y asumamos el compromiso ante terceros. Dolerá más no cumplirlo que la propia tarea de ordenar. Céntrate en un ámbito limitado. No sirve definir el objetivo como arreglar el despacho, o el armario o el garaje. Demasiado inabordables. Optar más bien por un cajón, un estante, o una pila de papeles. Cierra un periodo de tiempo para hacerlo. Empieza por 15 minutos. Ciertamente es insuficiente para completar todo el trabajo que tenemos por delante, pero es un objetivo asequible y capaz de levantar la autoestima. Y mantén el compromiso de hacerlo a la misma hora cada día. Más tarde o más adelante, puedes repetir estos tramos de tiempo más veces o ampliarlos, pero lo principal es la constancia, más que la intensidad. Libera por completo el espacio. Saca todo lo que estorba y ponlo a un lado. Limpia el lugar, y empieza a decidir qué haces con cada una de las cosas que lo ocupaban. Decide con rapidez. Cada uno de los elementos se ha de someter a la misma decisión que no admite muchas alternativas: Tíralo:  Para eso tienes la bolsa de basura. Actúa sin compasión. Ya...

¿Cuánto has estudiado hoy? 08Jun

¿Cuánto has estudiado hoy?...

Y no qué has aprendido hoy, que era como inicialmente pensaba titular esta nota. La diferencia está en el esfuerzo que reclama la acción de estudiar. Es fácil aceptar que uno debe mejorar y desarrollarse, y podría parecer, como le pasaba a un amigo, que el hecho de relacionarse con clientes y proveedores, de asistir a reuniones y conferencias ya enseña lo suficiente… Puedes empezar por preguntarte qué has logrado aprender hoy que no supieras ayer y que te sitúa en mejor posición para ayudar a tus clientes. No puedes ser mañana el mismo que has sido desde hace años. Ya nada es igual. Para atender satisfactoriamente a tus clientes y crear vínculos de larga duración debes disponer de la mejor formación que puedas alcanzar. Nadie da lo que no tiene. No le serás de utilidad a tu cliente pues no podrás  ayudarle a hacer mejor su trabajo. Tu capacidad para relacionarte con ellos, para comprender sus necesidades y formular propuestas de valor atractivas y singulares, depende de tu desarrollo personal y profesional. También lo exige el contexto empresarial por el que atravesamos. Son muchos los que miran hacia afuera porque es allí de donde esperan que llegue la solución a sus problemas, en vez de mirar para adentro, de trabajar internamente para desarrollarse ellos mismos. De ahí la obligación de contar con este objetivo estratégico. Que como todo objetivo se ha de formular con indicadores, metas y mecanismos de evaluación, y ha de concretar las tareas para lograrlo. Mi consejo es que establezcas cuántas horas del día o de la semana dedicas a formarte. Tu decides lo que quieres estudiar: Aprender un idioma, la aplicación de una ley, la gestión de una patente o la revisión de un proceso, o avanzar en una virtud...

Asombra a tus clientes...

No es fácil lograrlo, pero es la única manera de ganártelos. En un momento en el que las marcas han perdido su poder y en muchas ocasiones también la confianza de los clientes, todo esfuerzo es poco para lograr recuperarlos. Las redes sociales han cambiado el modo en que los consumidores buscan y comparten información. Esta circula libre y rápidamente por muchos canales a los que no llega la influencia de la empresa. Las marcas ya no tienen el poder, pero aún pueden jugar un papel significativo para la empresa en la medida que sepan construir una vinculación individual y personalizada con los clientes. Sólo así podrán asegurar su confianza y su lealtad. Son muchas las que lo intentan pero pocas muestran un verdadero respeto por las necesidades e intereses de los clientes a los que se dirigen. Construir una vinculación duradera requiere empezar por aspectos muy básicos. Si estás en esa situación, deberías considerar lo siguiente: Mostrar compromiso. Toda la organización desde la alta dirección hasta el personal de relación con los clientes debe creer y compartir el compromiso de alimentar una relación estrecha con ellos. Escucharles. No basta que quieras desarrollar una relación. Si no pones los medios para mantener una comunicación que te permita conocer sus necesidades y opiniones, no lograrás nada. Actuar. Demuestra con hechos que pones en marcha iniciativas a partir de sus sugerencias y necesidades.   La plataforma de las redes sociales, bien utilizada, te será de mucha ayuda. No hagas caso a quienes se muestren escépticos acerca de ellas. Son de hecho el mecanismo más adecuado para interactuar con los clientes, para hablar con ellos y para hacer un seguimiento de sus actividades. Además de las iniciativas habituales en las redes puedes crear comunidades del tipo: Foros...

¿Por dónde me llegan…?...

Si estás habituado a interactuar con tu cliente a través de una única manera, la tradicional, estás quedándote fuera de juego. Los clientes interaccionan cada vez más con las empresas a través de canales diversos y variados. Mira en tu propia experiencia. Desde el acceso a servicios financieros a la reserva de programas de ocio o compra de libros, las transacciones que realizas las llevas a cabo a través de canales físicos o digitales dependiendo de tu mejor conveniencia. Y además esperas que te permitan no sólo cerrar la transacción sino obtener toda la información que puedas precisar, de manera actualizada e inmediata. Esto reclama que todos los canales de interacción posibles estén actualizados y siempre al menos uno disponible a cualquier hora. El propio uso del canal te puede dar pistas para la segmentación de los clientes. Unas necesidades son más apropiadas para el auto-servicio y pueden ser atendidas a través de Internet, y habrás de derivar a esos clientes hacia los sistemas on line. Otras reclaman un trato personalizado, por lo que debes dirigir a los clientes hacia las instalaciones de la empresa. El canal de los dispositivos móviles es el que más está creciendo. El acceso a productos y servicios a través de ellos aumenta de manera imparable. Su popularidad es tal que deberías considerar la manera de mantener el contacto con tus clientes a través de ellos. Los sistemas de información deberán compartir una única base de datos y evitar duplicidades. Esta integración permitirá procesos más eficientes, ayudará a conocer mejor las necesidades y peticiones de los clientes y asegurará una experiencia satisfactoria por cualquiera de las vías de contacto que el cliente elija. Ten muy presente que los canales por los que el cliente se informa y accede a...

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