Menos lobos, mejores pastores

Posiblemente la causa de nuestros problemas actuales se deba a que hemos tenido demasiados lobos y malos pastores.

Hace un par de días comentaba mi opinión sobre la incapacidad de determinadas organizaciones sociales para responder a los retos que tenemos planteados. Hoy leía que para el desarrollo de una región se necesitaba que estuvieran unidos entre sí  cuatro elementos: gobierno, empresas, sociedad civil y universidad.

Claro que para que su impacto pueda notarse esos mismos elementos deben disponer de esa capacidad de innovación o desarrollo que yo sigo echando en falta. Parecería que todos ellos estuvieran afectados por el mismo virus de la burocracia improductiva.

La principal razón por las que han quedado caducas podría muy bien ser la ausencia de líderes …:

  • … que hayan podido orientar a esas organizaciones en el abandono de los hábitos del pasado y en la gestión de las reformas necesarias.
  • … capaces de crear un clima de fomento de la innovación, de recompensa de la creatividad y la colaboración.
  • … que confiaran en individuos con talento en quienes depositar la responsabilidad del cambio de esas organizaciones.
  • … que trabajaran de forma conjunta buscando el interés general antes que el de su propia organización.

 

En efecto, creo que estarás de acuerdo en que la calidad del factor humano está en la base de la solución de los problemas. Y no basta la calidad individual sino que se precisa de la que debe generarse en grupos organizados.

Cómo sean estos grupos, cómo se organicen, es un tema sobre el que habrá que profundizar. Desde luego no pueden estructurarse ni gobernarse como en el pasado. La comunicación y la colaboración entre sus miembros de manera intensa y estrecha apoyándose en las tecnologías actuales será lo que marcará la diferencia. La creación de redes corporativas, institucionales o profesionales, estables, podrá generar la innovación que necesitamos.

Seguramente seguiremos necesitando de aquellos cuatro elementos (gobierno, empresas, sociedad civil y universidad). Pero deberán estar dispuestos a reformarse de manera radical y continuada, apoyar las capacidades de sus miembros (lo que podemos revisar mañana) y cooperar más intensamente entre ellos.

 

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