No eres un producto acabado. No importa los años que hayas cumplido. Eres siempre un producto por hacer, por mejorar. No debes, por tanto, lamentarte ni echarles la culpa a otros. Con la edad perderás energía y agilidad, y para compensar, tendrás que trabajar más. Sólo has de asumir el control y la responsabilidad de tu mejora. Has de tener un plan que te guíe: saber dónde estás, lo que quieres conseguir y cómo alcanzarlo....
Para ser el mejor
Una capacidad inadvertida pero propia del verdadero profesional, y de la que carecen los amateurs, es la de anticipar lo que va a ocurrir, la de predecir los resultados de una acción o situación antes de que tengan lugar. Esta capacidad es la primera que marca la diferencia cuando te vuelves un profesional. La desarrollas cuando aprendes a observar todo lo que está pasando, sin prejuicios emocionales, y tomas buena nota de ello. Lo haces por ser consciente de tu capacidad para tomar el control y asumir la responsabilidad de lo que te rodea. El resto, no se entera. Ese conocimiento te lleva a mostrarte seguro y manejar las situaciones de manera adecuada. Si eres un profesional serás capaz de predecir de manera eficaz y consistente el resultado de cualquier situación o iniciativa. Por el contrario, cuando no entiendes lo que ocurre, no puedes controlarlo y no te gustará lo que haces ni lograrás los resultados que debieras. Si después de tiempo en tu trabajo ésta es la situación, acepta que eres un amateur y aumenta tu compromiso para aprender lo que debes llevar a cabo. No valen excusas, no te engañes no sabes en qué consiste tu profesión. Tu falta de competencia se manifiesta en tus resultados. El compromiso y la dedicación te señalan el camino. Desarrollarás la capacidad de predecir y, por tanto, de diseñar las soluciones apropiadas....
Ser alguien
Nadie te pide lo imposible. Sólo esperan ver que aplicas tu talento, que tratas de dar lo mejor de ti mismo, que desarrollas las capacidades que necesitas para logras tus objetivos. No te creas en la disyuntiva de ser alguien o no ser nadie. Esa mentalidad no motiva ni sostiene a campeones. La condición de ser alguien no viene determinada por el hecho de ganar o perder. Algunos llegan a serlo porque se lo proponen con todas sus fuerzas e insisten en su propósito sin desfallecer. Si trabajas con suficiente intensidad en algo, obtendrás tanto como hayas puesto en ello. No te propongas ni te contentes con destacar, sino busca mejorar de continuo. Quienes solo compiten con la intención de ser alguien para evitar no ser nadie, nunca serán recordados....
Ego desmedido
Conforme aumentan tus éxitos, crece tu ego. Estás orgulloso de los avances realizados y eso es bueno. Pero, si bien que el ego puede ser parte de lo que empuje tu motivación, no debes concederle más de lo que merece. El ego atrapa incluso a los profesionales con más talento. Hay directivos que, llegados a una determinada posición, no atienden a otra opinión que no sea la suya. Dejan de escuchar y de aprender y entonces el ego se convierte en una trampa para tontos. Cuando pierdes la curiosidad sobre ti mismo y los demás, dejas de ver al mundo como en realidad es. Un directivo con inteligencia emocional no permite que su ego le oculte sus defectos. Es imprescindible que descubra la manera de controlar sus debilidades para poder concentrarse en desarrollar sus fortalezas. Si has ascendido hasta posiciones directivas elevadas debes ser lo suficientemente inteligente como para no caer en la trampa de un ego desmedido. Es sencillo escapar de ella. Sólo tienes que ejercitar algo de humildad y empezar a preocuparte por las necesidades de lo demás antes que de las tuyas....
Abusivos
Hay directivos a quienes les gusta creer que son tan buenos como todo el mundo les dice y no se toman en serio sus limitaciones. No les gusta escuchar malas noticias ni recibir observaciones. Cuando esos directivos se sienten mejores que los demás, empiezan a pensar que pueden ignorar las necesidades y sentimientos de cuantos les rodean. Este tipo de abuso se debe al deseo de aumentar su sentimiento de poder y competencia a expensas de sus subordinados. Habitualmente sus víctimas suelen ser personas mucho más competentes y por eso las percibe como potenciales amenazas. En estas circunstancias, la consecuencia institucional es la mediocridad o incluso la ruina de la organización. Cuando un directivo se vuelve controlador y abusivo, su gente deja de crecer y aprender, la organización no progresa, y todos pierden el tiempo preocupados por sentirse continuamente juzgados....
Mejorando
Una cultura empresarial que sólo reverencie el talento está perdida. No se admitirán defectos ni se corregirán deficiencias. Ni se tolerarán las imperfecciones. En ese entorno, cuando alguien se sienta amenazado, responderá con la mentira. Y así no se puede crecer. Es preciso ser capaz de mirar a la cara a los fracasos y pensar en que al final se puede vencer. Creer en que es posible el desarrollo de las personas y las organizaciones. No se trata de probar de continuo que se es mejor que los demás, ni de apoyarse en la jerarquía para ponerse por delante de los otros, ni de atribuirse como propios los resultados de los demás, ni de menospreciar a los que te rodean para sentirse poderoso. Es inútil. Al contrario; piensa siempre en mejorar. Rodéate de los más capaces que puedas encontrar. Admite tus errores y deficiencias, y déjate orientar acerca de las competencias que necesitas desarrollar. Así avanzarás con seguridad y a partir de hechos y no de hipótesis imaginarias....
Consignas
¿Cuáles son las consignas que te has encontrado hoy en tu trabajo? ¿Qué mensajes te bombardean de continuo para recordarte los valores y los objetivos a alcanzar? Si no los conoces o no los has establecido para tus colaboradores, es imposible que nadie en tu organización despliegue la energía, la motivación o la confianza necesarios para hacerlos realidad. El ambiente de trabajo podrá describirse, en el mejor de los casos, como acomodado y los resultados, probablemente mediocres. Las personas, como las organizaciones, necesitamos recordar diariamente nuestros compromisos con los ideales comunes y propios, con la necesidad de servir, de tomar decisiones, de asumir riesgos, de ser eficientes con los recursos que manejamos, con la manera de comportarse… Si no escuchas esas consignas o lemas, si no se actualizan y se viven, te quedarás rezagado....
Para fortalecerte
Haz una relación de esas cosas, fuentes de energía, a las que puedes acudir cuando necesitar elevar tu ánimo o tu motivación: Experiencias: Actividades que te rejuvenezcan. Amistades: Personas que te empujen. Entretenimientos: Actividades en las que te recuperes. Libros: Con mensajes capaces de hacerte cambiar. Meditación: Ejercicio espiritual que te fortalece. Pensamientos: Fuente de ideas sugerentes. Metas: Ideales inspiradores. Música: Canciones que te estimulen. Hogar: La familia que cuida de ti. Cualidades: Los talentos que te activan. Recuerdos: Acontecimientos que te emocionan. En estas y otras categorías podrás encontrar las fuerzas que precisas....
Para llegar a la cima...
Para algunos, el éxito consiste en poner de manifiesto su superioridad. No pueden soportar el tener que poner esfuerzo para lograr algo pues eso sería poner en duda su talento. Es un error. Tus capacidades te pueden llevar a la cima, pero sólo la determinación te mantendrá en ella. Los mejores no han nacido como seres especiales y con todo a su favor. Trabajaron duro, aprendieron a mantener la concentración en momentos difíciles, y se esforzaron más allá de sus posibilidades cuando se vieron obligados a hacerlo. Necesitas esa determinación para seguir insistiendo y cada vez con más fuerza. No importa lo bueno que seas, siempre podrás mejorar se continúas practicando con regularidad, trabajando duramente. La mentalidad del campeón es la del que considera que el éxito está en dar lo máximo de uno mismo, en aprender y mejorar. No se trata tanto de ser el mejor como de trabajar duro para alcanzar la mejor versión de uno mismo. Esa es la mejor ambición. Cualquiera que sea el lugar que debas abandonar, si lo dejas habiendo dado todo lo que tenías, siempre saldrás victorioso....
¿Qué te desgasta y agota?...
Si tenías la idea de que puedes conseguir cualquier cosa si la trabajas con la suficiente intensidad, puede que ya hayas descubierto que no eso no es del todo cierto. Tu potencial es tan ilimitado cuanto inasequible en aquellas áreas para las que careces de las cualidades apropiadas. El creer que se puede alcanzar cualquier cosa en el puesto de trabajo, hace que algunos pierdan años luchando batallas para las que no están capacitados y que les llevan al desencanto. Tiene más sentido dedicar la vida a aquello que te resulta más propio. Descubre cuáles son tus cualidades naturales y desarróllalas para beneficio tuyo y de los demás. No necesitas nadar contracorriente sino dejarte empujar por ella para ganar en eficacia y motivación, y llegar así más lejos. El tener que afrontar cambios es otra de las causas que generan mayor desgaste. Consume más energías físicas, mentales y emocionales de las que uno podría imaginar. El secreto para gestionarlo bien es no detenerse a luchar contra lo obsoleto sino contribuir a construir lo nuevo. Presta atención a aquellas actividades y circunstancias que contribuyen a tu agotamiento y trata de evitarlas o mira de defenderte de ellas....