Para ser el mejor

Una capacidad inadvertida pero propia del verdadero profesional, y de la que carecen los amateurs, es la de anticipar lo que va a ocurrir, la de predecir los resultados de una acción o situación antes de que tengan lugar. Esta capacidad es la primera que marca la diferencia cuando te vuelves un profesional.

La desarrollas cuando aprendes a observar todo lo que está pasando, sin prejuicios emocionales, y tomas buena nota de ello. Lo haces por ser consciente de tu capacidad para tomar el control y asumir la responsabilidad de lo que te rodea. El resto, no se entera.

Ese conocimiento te lleva a mostrarte seguro y manejar las situaciones de manera adecuada. Si eres un profesional serás capaz de predecir de manera eficaz y consistente el resultado de cualquier situación o iniciativa.

Por el contrario, cuando no entiendes lo que ocurre, no puedes controlarlo y no te gustará lo que haces ni lograrás los resultados que debieras. Si después de tiempo en tu trabajo ésta es la situación, acepta que eres un amateur y aumenta tu compromiso para aprender lo que debes llevar a cabo. No valen excusas, no te engañes no sabes en qué consiste tu profesión. Tu falta de competencia se manifiesta en tus resultados.

El compromiso y la dedicación te señalan el camino. Desarrollarás la capacidad de predecir y, por tanto, de diseñar las soluciones apropiadas.