Ayer escribía sobre la incorporación de la tecnología a los negocios y su papel como herramienta para la reinvención de los mismos. Al acabar de escribir la nota me encontré con este artículo* que me lleva a hablar de innovación y de mi actividad académica. Estoy obligado a recordar un ejemplo personal muy cercano que te puede servir de estímulo. Si hay que vencer habitualmente el pudor cuando se escribe un blog, más difícil se hace cuando el asunto obliga a hablar de uno mismo. Por eso mejor hablo de los alumnos de la asignatura de Dirección Estratégica del año 2009-10. Con ellos pusimos en marcha una herramienta complementaria para el seguimiento de la asignatura por medio de Twitter, entonces todavía en sus inicios. El reto para los profesores era el concentrar los conceptos en frases de 140 caracteres. Cada clase generaba un conjunto de tweets que se publicaban en la cuenta privada de la asignatura. Incluían también preguntas de autoevalución que eran respondidas en un tweet posterior. El timeline de la cuenta permitía repasar los principales conceptos de la asignatura al navegar por los tweets publicados. Al siguiente curso la experiencia se amplió a asignaturas como Dirección Comercial, Macro y Microeconomía. Incluso éstas últimas, más abstractas, respondieron muy bien al reto planteado. Las gráficas aparecían como imágenes enlazadas en el tweet correspondiente. Algunos de los que seguís este blog sois testigos de aquella experiencia. Como entonces, sigo defendiendo la idea de que la tecnología a nuestro alcance nos permite generar iniciativas nunca antes probadas, por lo que puedes considerarte un pionero mundial al aplicarlas. Unas no cuajarán, pero otras tendrán éxito. Lo importante no es el reconocimiento que otros te den sino la voluntad de mejora de tus servicios y la motivación y vinculación que genera. Insisto en...
Incorpora la tecnología...
Aunque algunos te lo contemos con insistencia, tu mismo eres testigo de la transformación del mundo de los negocios determinada por la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Piensa, por ejemplo, en los cambios experimentados en determinados sectores o tipos de negocios, como la venta de libros, billetes de avión o la reserva de habitaciones de hotel. Más propiamente habría que hablar de una revolución. La tecnología permite hoy desarrollar un negocio capaz de atender a más de un millón de clientes, gestionado por una sola persona desde su casa con un ordenador, y alcanzar una valoración multimillonaria (Caso Instapaper). Te toca por tanto reinventar tu negocio incorporando la tecnología actual. Estás ante una oportunidad única en tu vida. Tienes la tecnología a tu alcance, dispones de la información necesaria y cuentas con las plataformas de comunicación social. Puedes publicar cuando desees, incorporando incluso audio y video, de manera instantánea y gratuita. Y la misma tecnología debes ponerla al servicio de los clientes. Utiliza su punto de vista y mira de simplificarles la vida, que alcancen lo que buscan sin acabar en procesos frustrantes. Te reclaman una interacción y un diseño intuitivo y directo, tanto en los productos que desarrollas como en los servicios que prestas. Repasa el modo en que la incorporación de la tecnología te ha ayudado a reinventar tu negocio. No te conformes con una transformación estética, pues te ha de llevar al cambio radical. Muchas empresas se quedarán en el camino y la tuya no puede ser una de ellas....
Las tecnologías sociales...
Con este nombre se empiezan a denominar el conjunto de herramientas, productos y servicios que permiten la interacción social en las redes digitales. Mediante ellas, las personas se comunican, crean y difunden conocimientos que comparten de manera inmediata. Estas tecnologías se han incorporado a nuestra vida diaria con una rapidez sin precedentes. Y sin apenas coste nos han dado acceso a personas, lugares y productos y servicios de todo el mundo. Desde el punto de vista de su adopción en el entorno empresarial aún queda mucho por progresar. Para poder beneficiarse de esta oportunidad tan sigular deberán cambiar: La cultura de las empresas, que habrá de basarse en compartir conocimientos de manera abierta. Las estructuras de las organizaciones, evolucionando hacia formas descentralizadas y menos jerárquicas. Sus procesos y prácticas operativas, reorientándolas hacia el servicio y la comunicación directa con los clientes. De la existencia de directivos preparados y comprometidos dependerá que no tardemos años en aprovechar todo su potencial. La responsabilidad es tremenda pues quienes más tarden se convertirán en agentes marginales o irrelevantes....
Lo que nos piden
Quizás sea una percepción mía equivocada, pero me da que todavía son pocas las empresas que parecen conscientes del cambio de paradigma en el mundo de los negocios. Las plataformas digitales representan un entorno nuevo para las empresas, caracterizado principalmente por el poder que le otorga a los clientes. Queda fuera de lugar la posibilidad de enredarles, práctica reprobable en todo caso, aunque todavía se encuentren ejemplos de comportamiento poco ético hacia ellos. Los consumidores hoy compartimos información, comparamos y evaluamos nuestras experiencias cuando mantenemos una relación comercial con cualquier empresa. Y con los dispositivos móviles lo hacemos en todo momento y desde cualquier lugar. Esta realidad modifica de manera radical las actividades de comercialización y de relación con los clientes. Ya no se busca que te compren sino que además necesitas que se conviertan en defensores de tu marca. Cualquier redefinición de la estrategia y modelos de negocio debe tener en cuenta esta nueva situación. Lo que debes resolver sin más demora es: El modo en que te apoyas en la tecnología para atender de modo óptimo las necesidades de los clientes y, la intensidad con que utilizas la información acerca de ellos para proporcionar tu oferta más personal y adecuada. Y estamos al principio de una tendencia que sólo puede crecer y de modo muy rápido. Ya puedes prepararte porque tus clientes esperan: Poder interactuar contigo en cualquier momento. Tener acceso a toda la información que dispongas acerca de ellos de modo que puedan utilizarla en su propio beneficio. Que utilices la información acerca de sus hábitos de consumo de manera que puedas atender sus necesidades de manera personalizada. Y que todas las interacciones y transacciones se lleven a cabo de manera cómoda y sencilla. El reto al que te...
Adaptabilidad
Lo he comentado muchas veces. Aunque la presión de algunos factores como la recesión pueda confundirnos, lo determinante para las empresas y las organizaciones es la naturaleza del cambio al que todos estamos sometidos. Es tan acelerado y nos encamina a un futuro tan incierto que el mayor peligro para las organizaciones y empresas es no tanto el ser ineficientes sino el volverse irrelevantes. Ya tenemos pruebas de ello en los últimos años. Las empresas bien establecidas en un determinado sector, pese a su dominio en recursos, reconocimiento de marca y tecnología, no han liderado su evolución, sino que han sido arrolladas por nuevos entrantes. La incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad están aquí para quedarse largo tiempo. Las situaciones de crisis y recesión no son excepciones sino la normalidad. Lo relevante para sobrevivir no es la disponibilidad recursos sino la capacidad de evolución, la rapidez con que puedas adaptarte al cambio. Los avances tecnológicos modifican la manera de generar el valor económico, que cada vez se basa más en intangibles. El capital humano es hoy mucho más valioso que el dinero u otros activos físicos. La transformación demográfica nos trae nuevas generaciones que aportan unas competencias significativamente distintas. Las organizaciones se han de transformar en más ágiles y adaptables para desenvolverse con éxito en estas nuevas realidades. Una organización adaptable se caracteriza por: Responder con agilidad a demandas impredecibles, por realizar un esfuerzo continuado de transformación. Estar siempre en alerta, por cambiar antes de que le toque hacerlo, por salir a buscar su futuro, por sorprender a sus clientes de manera habitual y satisfactoria. Una estrategia que se aleja de los procesos de planificación tradicionales y se basa más en la diligencia, la experimentación, la innovación y la aversión al riesgo (ver Hachathon...
Combate la ceguera
De la miopía hemos evolucionado a la ceguera. La mayoría de los modelos de negocio siguen centrados en una visión hacia el interior de la empresa, enfocada en el propio producto. Siguen anclados en los modos de operar del pasado. A los directivos les resulta más seguro perseguir los objetivos a corto plazo, y la escasa innovación que se propone se enfoca hacia el producto y la tecnología. No tengo nada en contra de los nuevos productos basados en desarrollos tecnológicos actuales. Es una suerte contar con ellos y cuantos más surjan mejor. Pero su viabilidad comercial puede ser corta o nula si no se incorporan a un modelo de negocio adecuado y viable. Si se repiten los modos de actuar de siempre, por muchas patentes que se desarrollen, el fracaso está garantizado. La ceguera que afecta a las empresas impide ver más allá de productos y tecnologías. Esta es la principal limitación, por encima de otros problemas como una cultura que rechaza el cambio, estructuras ineficientes, sistemas de incentivos incoherentes, o personal sin las competencias adecuadas. Es una ceguera resultado de la avaricia individual e institucional que incapacita para ver los mensajes que de manera inequívoca llegan del exterior: Los clientes se alejan de las empresas y marcas establecidas en busca de soluciones para sus nuevos problemas. Te propongo este tratamiento para recuperar la visión: Reúne a los “listos” de la empresa y ponles a discutir sobre lo que ocurre en el exterior: Qué cambios determinan unas nuevas reglas de juego en el sector, qué está ocurriendo con los clientes, cómo se ven afectados los competidores… Exige que reflexionen sobre el impacto que los cambios anteriores tienen sobre la empresa propia. Recupera la relación personal con cada cliente y cultívala de manera regular....
Actualízate
¿Cuándo ha sido la última vez que has actualizado el equipo o el software de tu ordenador? ¿Cuánto hace que cambiaste de teléfono móvil o actualizado su sistema operativo? ¿Cuántas nuevas aplicaciones has descargado para tus dispositivos móviles? Las tecnologías y conocimientos cambian de manera muy rápida, y lo que no dudas en incorporar en tus herramientas de trabajo y de relación deberías aplicarlo a tu propio ”sistema operativo”. Las capacidades necesarias para destacar en el mercado o en tu empresa son más complejas hoy. Incluyen dimensiones en ámbitos como…: la gestión de los medios de comunicación digitales, el seguimiento de las opiniones de los clientes, construir un amplio abanico de relaciones, asegurarte la vinculación de tus colaboradores, innovar y desarrollar nuevos productos y servicios. No creo que sea precio insistir mucho en los beneficios, pero por si lo necesitas para acabar de decidirte, ten en cuenta algunos de estos factores: Te añade credibilidad. La formación que recibas, si además está respaldada por certificaciones o diplomas, elevará la percepción de los demás acerca de tus capacidades. Ganarás en competencias. No es posible ser un experto en todo, pero si te centras en una o dos áreas de especialización, es fácil que te conviertas en persona de referencia. Adquirirás una mayor flexibilidad y versatilidad que te permitirá desempeñar nuevas tareas y asumir más responsabilidades. Contribuirás a asegurar la viabilidad económica. Los beneficios para tu negocio crecerán con rapidez. La formación no es un coste sino una inversión que se repagará prontamente Hoy día el acceso a la formación es sencillo y está ampliamente disponible. Podrás participar en programas de docencia presencial, semipresencial o virtual que se acomodarán a tus necesidades y disponibilidad de tiempo. Reciclarse requiere compromiso. Como todo aquello que es valioso, mejorar...
De universidades (2)
Me habías pedido un De universidades (2) y aquí está. Te parecía que había sido muy prudente en el anterior, pero como te comentaba, estas notas no pueden ser excesivamente largas. Abordar el tema de la formación universitaria no es sencillo tanto por la diversidad de las posibles facetas a tratar como por la dimensión de su impacto social. Pero hablemos hoy de la formación impartida de manera on line o virtual. La mayoría de las universidades se han lanzado a desarrollar y promover todo tipo de programas en este formato. Lo han hecho impulsadas por la necesidad de llegar a un mercado más amplio, ante la caída de su mercado de alumnos presenciales, y para responder a las acciones de distintos competidores. El resultado es una oferta inconmensurable de cursos, ofertados por universidades oficiales, nacionales y del extranjero, y por todo tipo de entidades formativas más o menos consolidadas. Hemos asistido a un proceso de industrialización de la formación universitaria con el objetivo de llegar a mercados masivos a unos costes muy bajos, y en determinados casos, con acceso gratuito. Esto ha conducido a una oferta de carácter genérico, imposible de discriminar en su calidad, que se dirige a un mercado que compra por precio y cuyo objetivo es disponer de un título oficial o certificado equivalente que acredite la adquisición de determinados conocimientos. Como en otros sectores económicos, también en el de la formación universitaria es posible encontrar ese segmento de mercado, que en estos momentos parece muy amplio. Lo discutible es si esa industrialización de la oferta responde a las verdaderas características de la formación universitaria y a las necesidades reales de la población. Como ocurre con otros productos de consumo masivo, el que la gente los compre no dice nada...
De universidades
Estos últimos días me ha tocado mantener conversaciones muy interesantes con amigos acerca de las universidades y de su modelo de negocio. También son muchos los artículos y publicaciones que en los últimos tiempos analizan la situación de la institución universitaria en distintos países del mundo y los cambios que en ella están teniendo lugar. Y todo esto en un contexto en el que circulan ya borradores de lo que sería la nueva reforma que afectaría a las universidades de nuestro país. Que el modelo universitario en el mundo, independientemente de su limitada diversidad, está en crisis es una obviedad. Las causas son variadas aunque de manera simplista se señala a las nuevas tecnologías como las principales responsables. No es fácil evadirse de entrar en discusiones sobre este asunto. El impacto de la universidad sobre la vida de las personas en muy extenso y forma parte de los temas actuales de debate social, lo mismo que la sanidad o la política, el trabajo, las pensiones, la justicia o la organización del estado. Como puede apreciarse, estamos en una coyuntura de cambio profundo en la que todos los asuntos fundamentales son objeto de revisión. Parecería que la tendencia más establecida es la de una formación on line a costes reducidos o incluso gratuita. La docencia virtual se impone sobre la relación presencial profesor-alumno. Las inversiones en infraestructuras físicas se consideran obsoletas e ineficientes. La tecnología promete proporcionar una relación más estrecha e insuperable por su eficiencia económica. Como todas las generalizaciones que consideran al mercado como algo uniforme y que abordan sus propuestas desde el lado de la oferta, no me parece que ofrezcan la solución adecuada. No puede discutirse el éxito en inscripciones de iniciativas recientes como los MOOC (massive open online courses), aunque...
Atención a todos los procesos...
La formulación completa de la estrategia y de los modelos de negocio precisa redefinir y mejorar los procesos internos de la empresa. De otro modo resultaría incompleta su definición e imposible su adecuada implantación. Podría pensarse que las importantes mejoras operativas derivadas de la incorporación de las tecnologías de la información y de la comunicación resultan suficientes para mantener la competitividad de la empresa. Sin embargo, resulta obligada la revisión continua de los procesos para evitar caer en la obsolescencia. La cuestión no es si han de actualizarse las operaciones sino cuáles, cuándo, y con qué profundidad. A continuación se refieren algunas consideraciones acerca de cómo llevarlas a cabo: Las tareas más sencillas, muchas de ellas de carácter transaccional, pueden automatizarse. Las que requieren de un mayor análisis y del ejercicio de competencias especializadas tendrán una mayor relevancia para el negocio y la toma de decisiones. Estas son más difíciles de rediseñar y precisan de la participación de los propios implicados para determinar las mejoras a realizar. Habrá, por tanto, que escucharles, apoyarles y contribuir a su propio desarrollo personal. Las tecnologías de la información continuarán ayudando en el rediseño de las operaciones al permitir la colaboración con otras organizaciones locales e internacionales. El trabajo conjunto con otras empresas permitirá ganar mejoras en la eficacia y eficiencia con que se atiendan las necesidades de los clientes. Se podrá compartir más información y de carácter más crítico con proveedores, distribuidores y clientes. La rapidez del cambio será determinante. La vigencia de los procesos establecidos se acorta considerablemente. La información ha de fluir de manera continuada y las decisiones han de ser ejecutadas de manera diligente. Esto reclama unas estructuras organizativas menos jerárquicas y aceptar el cambio como algo habitual y no como algo excepcional y...