Adaptabilidad

adaptableLo he comentado muchas veces. Aunque la presión de algunos factores como la recesión pueda confundirnos, lo determinante para las empresas y las organizaciones es la naturaleza del cambio al que todos estamos sometidos.

Es tan acelerado y nos encamina a un futuro tan incierto que el mayor peligro para las organizaciones y empresas es no tanto el ser ineficientes sino el volverse irrelevantes.

Ya tenemos pruebas de ello en los últimos años. Las empresas bien establecidas en un determinado sector, pese a su dominio en recursos, reconocimiento de marca y tecnología, no han liderado su evolución, sino que han sido arrolladas por nuevos entrantes.

La incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad están aquí para quedarse largo tiempo. Las situaciones de crisis y recesión no son excepciones sino la normalidad. Lo relevante para sobrevivir no es la disponibilidad recursos sino la capacidad de evolución, la rapidez con que puedas adaptarte al cambio.

Los avances tecnológicos modifican la manera de generar el valor económico, que cada vez se basa más en intangibles. El capital humano es hoy mucho más valioso que el dinero u otros activos físicos. La transformación demográfica nos trae nuevas generaciones que aportan unas competencias significativamente distintas.

Las organizaciones se han de transformar en más ágiles y adaptables para desenvolverse con éxito en estas nuevas realidades.

Una organización adaptable se caracteriza por:

  • Responder con agilidad a demandas impredecibles, por realizar un esfuerzo continuado de transformación.
  • Estar siempre en alerta, por cambiar antes de que le toque hacerlo, por salir a buscar su futuro, por sorprender a sus clientes de manera habitual y satisfactoria.
  • Una estrategia que se aleja de los procesos de planificación tradicionales y se basa más en la diligencia, la experimentación, la innovación y la aversión al riesgo (ver Hachathon Estratégico).
  • Abandonar estructuras piramidales y monolíticas. Busca descentralizar el poder y el control y adopta formas tipo red, comunidades o ecosistemas. Confía en sus colaboradores, les proporciona toda la información que puedan necesitar para que tomen decisiones adecuadas y asume con naturalidad que puedan cometerse errores.
  • Promover la diversidad, apostando por personas distintas, originales, de competencias variadas y se aleja de la homogeneización y conformidad con las normas del pasado.

 

Y lleva a cabo todo lo anterior a la vez que mantiene su compromiso con los elementos más permanentes y definitorios, como son su misión y propósito institucionales, sus valores y cultura propia.

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