BlockTac en Blockchain...

Me da una gran alegría el poder comunicaros el lanzamiento de BlockTac. Se trata de una plataforma internacional pionera en la acreditación de Diplomas Universitarios y Certificados de Formación en competencias personales y profesionales mediante el uso de la tecnología Blockchain. Tengo la suerte de participar en el equipo promotor, junto con profesionales extraordinarios como Enrique Lizaso y José Mª Muntané, y daros a conocer ahora el resultado del trabajo intenso realizado en los últimos meses. Aunque el uso más conocido de la tecnología Blockchain se asocia a las criptomonedas, sus aplicaciones son mucho más amplias y asistiremos este año 2018 a un crecimiento exponencial en su implantación. En el caso de BlockTac, la experiencia de los promotores en el ámbito de las tecnologías web, de la criptoseguridad y del mundo académico, nos ha permitido desarrollar un sistema de certificación que es completamente seguro y fiable. El sector educativo puede finalmente liberarse de los títulos falsificados y los currícula hinchados al disponer de una herramienta que verifica la autenticidad de las certificaciones sin posibilidad de falseamiento. BlockTac nace con acuerdos de asociación con empresas e instituciones educativas internacionales, lo que le convierte probablemente en la primera entidad de Europa y Latinoamérica en ofrecer ya de modo operativo y a gran escala estas certificaciones. Y el acceso a estos servicios es extremadamente sencillo y económico para individuos e instituciones. La implantación de esta tecnología se convierte en un hito de innovación radical en los sectores educativo y de selección de personas. Las empresas, colegios profesionales y universidades cuentan ahora con un sistema fiable de transmisión y verificación de la identidad de los profesionales, de su formación en competencias personales y profesionales y de la experiencia adquirida. Su oportunidad venía anunciada en un reciente informe de...

Economía de la innovación...

La manera de crear valor económico hoy exige nuevas maneras de pensar y nuevas herramientas y formas de gestionar. El modo en que se genera y se retiene ese valor es fundamentalmente distinto de los sistemas de un pasado nada lejano. La rapidez del cambio tecnológico impacta de manera determinante en el modo en el que la empresa genera valor, lo retiene y lo sostiene en el tiempo. La necesidad innovar es aún más acusada en sectores en los que la acelerada transferencia de conocimientos obliga a las empresas a reinventar el modo en el que llegan al mercado, los activos que deben incorporar y el modo en que se relacionan con proveedores y clientes. Los mecanismos de retención del valor se encuentran hoy fuera de la empresa, y a la vez, el valor generado por ella es esencial para la viabilidad del ecosistema al que pertenece. La propia definición de la empresa se está modificando, dejando de ser una entidad autónoma capaz de generar y retener de valor para pasar a formar parte de una comunidad interdependiente cuyos miembros negocian de continuo su papel en la creación y retención de ese valor. Las ventajas competitivas son más efímeras e inseguras que nunca. Si una empresa trata de aislar su conocimiento del resto del mundo se está cerrando a las innovaciones que surgen en el exterior. La mejor fuente de innovación en esta “economía de la innovación” son las ventajas basadas en el conocimiento y que se usan para crear unas capacidades singulares y algo más duraderas. Ya no se crea valor defendiendo una posición singular en el mercado, sino innovando, reinventando y adaptando el valor que se produce de forma acompasada a la evolución de los sistemas y sectores. Esto impacta de manera...

Persíguelas

Es descorazonador ver cómo esperas que otros aprueben tus ideas innovadoras. Es triste porque al hacerlo las estás perdiendo. El reconocimiento les llega a quienes muestran el coraje suficiente para tomar la iniciativa. Esperar, considerar, estar a punto de… no cuenta. Para cambiar algo hay que ponerse a hacerlo. La diferencia entre los que logran lo que persiguen y los que lo pierden, es sólo la determinación para empezar y la disciplina para seguir. Detenerse sólo empeora las cosas. Cuando el miedo y la incertidumbre te frenan estás ante un truco de tu mente que te engaña haciéndote creer que vivirás más seguro. Es compatible tener dudas y, aún así, estar preparado; o estar asustado y pese a ello, actuar; sentirse rechazado y, sin embargo, seguir adelante. Tu tesoro está dentro de ti; tu potencial existe en tu interior. Lo activas cuando sacas el coraje que necesitas para forzarte a avanzar. Si atiendes a esa voz interior, tendrás claro lo que debes que hacer. No hay discusión posible. Sólo acallas lo que te ronda por la cabeza cuando te decides a ir a por ello. Una única decisión te separa de una vida diferente a la que llevas. El miedo a lo desconocido te lleva a pedir garantías antes de intentarlo. Pero la vida no es una lotería con un único premio. Que tengas éxito es cuestión de número: cuantas más veces te esfuerces, más probable será que lo logres....

Buscando talento

Las empresas suelen subestimar el tiempo que se tardan en desarrollar las capacidades necesarias para llevar a cabo la transformación digital. Pueden asumir que necesitan nuevo talento, pero desconocer de qué tipo y en qué número. Y no bastará con contratar al directivo responsable de desarrollarlo. La incorporación de ese talento ha de comenzar con la identificación de los problemas a resolver. A partir de ellos se podrán clarificar las necesidades y determinar el número de personas necesarias y las capacidades específicas que deben aportar. La inversión necesaria puede parecer importante o desproporcinada inicialmente, pero si se hace con acierto se amortizará muy rápidamente. Y ese talento deberá desenvolverse en un entorno de trabajo que culturalmente puede diferir del habitual en la empresa. Será más propio que trabajen en espacios informales en los que compartan ideas y trabajen conjuntamente, lo que necesitará además de mecanismos de integración con el resto de la organización. De no hacerlo así podrían acabar trabajando en sus cosas y no en lo que la empresa precisa....

Improductivos

Los esfuerzos por aumentar tu productividad pueden resumirse en una palabra: concentración. Existen dos tipos de esa concentración que has de dominar: La que te permite manejar las distracciones, de forma que puedas centrarte en cada momento en la tarea que llevas entre manos, y la capacidad para abstraerse en lo que es verdaderamente importante para ti, de modo que no pierdas el día en cosas absurdas. Ponte en serio a evitar las distracciones. Reconoces tu adicción al teléfono, mensajes, correos…, pero parar te parece imposible. Sabes que deberías desconectar las alertas, dejar de comprobar el correo cada cinco minutos, poner en silencio el móvil, pero advertirlo no te lleva a cambiar de comportamiento. No tienes que desearlo, sino obligarte a hacerlo. Asume que las distracciones matan tu productividad y decide que los objetivos que persigues son más importantes que los avisos que te llegan. Así de sencillo. Suprímelas. No es que sea fácil, pero en el momento en que desconectes y te centres en las cosas que te importan, descubrirás su enorme utilidad....

Aprende a lidiar

Si quieres acertar como jefe, deberás convencer a tu gente de que tus compromisos y tus actuaciones tienen un gran impacto. Si no logras convencerlos de que estás al mando, tu trabajo se volverá imposible y tu vida será un horror. Tu papel como jefe importa mucho a quienes te siguen y en particular en los pequeños equipos y organizaciones. Sin embargo, no eres todopoderoso. Ellos saben que tus capacidades son limitadas, pero no pueden evitar el considerar tus palabras y tus acciones como los principales impulsores de su desempeño. Quienes están en posiciones de liderazgo reciben más reconocimientos y reproches de los que se merecen porque, independientemente de los hechos, se les atribuye poderes sobrehumanos. Esta disonancia se produce porque es menos agobiante y más satisfactorio emocionalmente considerarles como la principal causa de los resultados que se obtienen, que no entrar en el análisis de una complicada maraña de factores. Es más sencillo y divertido atribuirles la mayor parte de la gloria y de la culpa, aunque la realidad es que su impacto, en la mayoría de los casos, es muy relativo. Sin duda es más significativo en organizaciones jóvenes y pequeñas y en áreas como la rotación de personal o la satisfacción en el trabajo. En cualquier caso, si eres directivo, sé consciente de que tu contribución al éxito o al fracaso de las iniciativas en las que trabajas se verá magnificada y acumularás reconocimientos y críticas. Es tu destino; y ya que no puedes cambiarlo, aprende a lidiar con él....

No lo retrases

¿Esperas que alguien te llame, te elija, que tiren de ti o te empujen a dar un paso al frente…, o cuentas con el coraje necesario para empujarte a ti mismo? No esperes a estar preparado, a tener confianza, a que te apetezca, a tener más experiencia, a que te valga la pena. En muchos casos no hay tiempo, no tienes una segunda oportunidad, no hay espera. Es ahora o nunca. Si lo estás retrasando se debe a tu desidia. Estás haciendo algo más peligroso que lo que tratas de evitar. Intentas convencerte a ti mismo de que ahora no es el momento, lo que te lleva a luchar activamente contra tus propias aspiraciones. Quizá pienses que te ahorras de molestar a alguien, que impides el que te juzguen o rechacen, pero esas excusas sólo te llevan a restringir tu capacidad de lograr tus ideales. No existe ese momento mejor. Sólo dispones del ahora. No tienes otra cosa. Y no podrás recuperarlo. Depende de ti que te esfuerces en aprovecharlo al máximo....

Perdidos

Las empresas se enfrentan a la obligación de abordar la llamada transformación digital sin saber muy bien, ni directivos ni profesionales, lo que esa expresión significa; la incertidumbre propia de no contar con información suficiente sobre en qué ha de consistir o cómo llevarla a cabo. Esos miedos se pueden eliminar mediante el establecimiento de determinados hechos fundamentales: Se debe empezar por revisar y determinar el modo en que se crea valor, sin limitarse al análisis del propio sector y los competidores. El ampliar el ámbito de investigación puede descubrir opciones radicalmente distintas de las habituales. Igualmente se habrán de reevaluar en profundidad los activos de la empresa (marcas, clientes, productos, sistemas, recursos financieros, profesionales…) y las nuevas capacidades deseables. Todo esto conducirá a la definición de una imagen objetiva de los elementos que proporcionan mayor valor y de las limitaciones a las que se enfrentan. La incertidumbre se agranda por la ausencia de una idea clara de cómo habrá de ser el negocio de la empresa en el futuro. Se habrá de experimentar con sistemas innovadores y participativos que ayuden a dibujar de manera tangible esas aspiraciones. La capacidad de liderazgo de los directivos se ha de orientar hacia la comunicación y explicación de lo que verdaderamente ha de significar la transformación digital y sus objetivos, ya sean la redefinición de la relación con los clientes, la innovación en los productos o la mejora de la productividad, entre otros posibles....

¿Y si estuvieras equivocado?...

Esta es una gran pregunta que no te la haces con la frecuencia necesaria. No puedes dejar que tus preocupaciones te impidan hacer lo que debes, dar lo mejor de ti mismo. No puedes tolerarlo. Incluso cuando lo que hagas resulte un desastre, puedes decirte ¿y qué…? Al menos lo has intentado. El cómo te haya afectado es irrelevante. Lo que importa es la capacidad para moverte a la acción. No puedes evitar el preocuparte por algo, pero sí puedes evitar que esas ansiedades bloqueen tu mente y te paralicen. Puedes pensar en positivo y mirar, de inmediato, de progresar para lograr lo que buscas. Es una tontería quedarse a la espera de que llegue la ocasión propicia....

Coraje

Cada día te trae momentos inciertos y difíciles. Hacerles frente y aprovechar las oportunidades acompañantes requiere un gran coraje. Esas ocasiones te enseñan que no son las grandes decisiones las que cambian la vida sino las pequeñas y cotidianas. El coraje es ese tipo de empujón que te das a ti mismo cuando decides destacar, expresarte, darte a conocer, salir el primero, levatar la mano o hacer todo aquello que te parece difícil, incierto o temible. No estás hecho de una pasta diferente a la de los héroes. El coraje es un patrimonio. Está dentro de cada uno de nosotros. Naciste con él y puedes usar de él siempre que quieras. No es un asunto de confianza, educación, personalidad, profesión o nivel social. Sólo se trata de que sepas encontrarlo cuando lo necesitas. Cuando menos te lo esperes algo se torcerá y se despertarán tus instintos. Sentirás la urgencia de actuar y tus convicciones te señalarán lo que debes hacer. Tus sentimientos jugarán a la contra y se resistirán. Es el momento entonces de dar el empujón. No precisas disponer de todas las respuestas; sólo tienes que lanzarte a la decisión de inmediato. Cuando te exiges en esas circunstancias, aunque no consigas cambiar el mundo, sin duda lograrás algo de igual importancia: te cambiarás a ti mismo....

No va bien

No caigas en la trampa de pensar que esos sentimientos de agobio y desgaste provienen de tu falta de motivación. No te engañes diciéndote que abordarás esos asuntos cuando te sientas inspirado y mientras tanto ves cómo se te acumulan y te ahogan. Ni te castigues por sentirte desganado, tratar de sobreponerte y conseguir poca cosa… Al contrario, considera que es aceptable sentirse frustrado. Detente, reconoce que estás desbordado e, independientemente de ello, diseña un plan para llevar a cabo tu trabajo. En vez de rendirte y abandonar, establece nuevas tareas, sencillas y asequibles, y celebra su realización. Tendrás el mismo trabajo, soportarás la misma carga, pero la presión será diferente y avanzarás más....

Tu marca es tu voz

Esa idea tan extendida últimamente del desarrollo de la marca personal, no siempre se expresa de manera acertada. Las personas no se reducen a marcas. No eres un producto que necesita ser empaquetado y presentado de manera atractiva, limpia, nítida… Te describen muchas cosas: tu familia, tu trabajo, tus relaciones, tus intereses… Difícilmente pueden resumirse o integrase en una marca personal. Pero lo que te sobretodo te define es tu voz. Debes centrarte en desarrollar tu propia voz, decidir lo que es importante para ti y estar dispuesto a manifestarla por aquello que consideras verdaderamente importante y valioso. No te quedes en esos elementos vacíos e interesados de una pretendida marca personal que no te sacarán de la medianía. Cultiva esa reputación que nace de tus opiniones, de tu integridad y tu inteligencia, de tus deseos de cambiar el mundo....

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