Perdidos

Las empresas se enfrentan a la obligación de abordar la llamada transformación digital sin saber muy bien, ni directivos ni profesionales, lo que esa expresión significa; la incertidumbre propia de no contar con información suficiente sobre en qué ha de consistir o cómo llevarla a cabo. Esos miedos se pueden eliminar mediante el establecimiento de determinados hechos fundamentales:

  • Se debe empezar por revisar y determinar el modo en que se crea valor, sin limitarse al análisis del propio sector y los competidores. El ampliar el ámbito de investigación puede descubrir opciones radicalmente distintas de las habituales.
  • Igualmente se habrán de reevaluar en profundidad los activos de la empresa (marcas, clientes, productos, sistemas, recursos financieros, profesionales…) y las nuevas capacidades deseables. Todo esto conducirá a la definición de una imagen objetiva de los elementos que proporcionan mayor valor y de las limitaciones a las que se enfrentan.
  • La incertidumbre se agranda por la ausencia de una idea clara de cómo habrá de ser el negocio de la empresa en el futuro. Se habrá de experimentar con sistemas innovadores y participativos que ayuden a dibujar de manera tangible esas aspiraciones.

La capacidad de liderazgo de los directivos se ha de orientar hacia la comunicación y explicación de lo que verdaderamente ha de significar la transformación digital y sus objetivos, ya sean la redefinición de la relación con los clientes, la innovación en los productos o la mejora de la productividad, entre otros posibles.