Cultiva otra disciplina...

Desarrollo hoy algo más la idea comentada hace unos días (Tu desarrollo personal). Si quieres desempeñar con éxito las más altas posiciones directivas en tu organización deberías ser experto en alguna otra disciplina. Los conocimientos adquiridos en otras áreas son una buena preparación para asumir responsabilidades en otros campos. Todo alto directivo tiene que interactuar con profesionales de diversas especialidades, de su organización y de fuera de ella. Esto le obliga a funcionar fuera de su zona de confort, al desconocer los aspectos técnicos de las cuestiones que se traten. Además, los avances en cualquier especialidad suelen proceder de la aplicación de conocimientos de otras disciplinas. Ganarás en confianza al saber que tus capacidades no se limitan a un único ámbito. No te resultará extraño en esos entornos el tener que manejar nuevas metodologías para la resolución de problemas complejos o con los que no estés familiarizado. Si te ves en la situación de gestionar algo completamente distinto podrás tener la tranquilidad de poder llevarlo a buen término. Deberás elegir al menos una disciplina alejada del mundo de los negocios. No cuenta aquí la Liga de Futbol Profesional. Ha de ser algo sin relación con lo que te ganas la vida. Al principio te costará. Tu nivel de desconocimiento contrastará con la experiencia que ya has adquirido tras los muchos años de trabajo en tu profesión original. Incluso puede que te sientas culpable por dejar de dedicarle tiempo a tu actividad principal. Pero conforme avances en el dominio de la nueva disciplina comprobarás que en nada se habrá visto afectada tu competencia original. El resultado será que ganarás en confianza para enfrentarte a situaciones nuevas y desconocidas. Y tu organización se beneficiará por ello. Para lograrlo…: Empieza por leer diariamente acerca de materias alejadas...

La nueva organización...

A poca sensibilidad e inquietud que tengas ya te habrás dado cuenta que la organización de la mayoría de las empresas que conoces no es la adecuada. Responde a parámetros inútiles para abordar la revolución que la economía de la innovación reclama. El reto directivo se centra en desarrollar nuevas organizaciones capaces de promover que sus participantes aporten voluntariamente la capacidad de iniciativa, la creatividad y la pasión que se precisan para prosperar en el nuevo entorno. Como directivo debes reconocer el valor de la contribución de cada persona. Algo que no te ofrecerán en respuesta al viejo “ordeno y mando”. Tu capacidad de liderazgo habrá de servirte para invitar, inspirar y alimentar esas contribuciones excepcionales de tus colaboradores. Tienes la oportunidad de diseñar un nuevo modelo de organización en el que…: La misión importe más que el beneficio económico El sentido común de muchos sobrepase a la autoridad de unos pocos El poder derive de la calidad de la contribución y no de la posición Las nuevas ideas sean destacadas en vez de aplastadas La colaboración se organice espontáneamente alrededor de intereses comunes La coordinación tenga lugar sin recurrir a la centralización La influencia se obtenga por compartir información y no por acapararla El desempeño sea evaluado por los iguales Las aportaciones sean más respetadas que los cargos Se pueda definir libremente la tarea e incluso elegir al jefe con quien se desea trabajar Los equipos se formen en respuesta a las oportunidades identificadas.   El nuevo carácter social de la empresa y las actuales tecnologías ayudan a diseñar modelos organizativos que promuevan la contribución del talento de las personas frente a las exigencias de control. No lo tienes tan complicado. Los instrumentos están a tu alcance. Sólo debes aplicarlos en tu ámbito...

Tu desarrollo personal...

Imagino que no serás de esos directivos que creen disponer de una ciencia infusa que les proporciona las capacidades que necesitan para desarrollar su trabajo. O de los que se plantean su progresión profesional como resultado de la suerte o del favoritismo político en su empresa. Todos disponemos de capacidades y limitaciones en distintos grados. Y a cada uno nos corresponde desarrollar nuestros conocimientos para alcanzar los objetivos y contribuir a mejorar nuestro entorno. No esperes que sean otros o tu empresa la que se preocupe de tu desarrollo. No suele ocurrir y tampoco te preparará para las dificultades imprevistas a las que te debas enfrentar. Seguro que tienes una lista de proyectos en los que te propones trabajar, aunque con frecuencia los pospones por asuntos más urgentes. En efecto, el desarrollo personal no es fácil de llevar a cabo.  Requiere mucho esfuerzo y disciplina. Las siguientes propuestas servirán orientarte en cómo hacerlo: Pregúntate cuál es tu verdadero negocio. No en qué sector te mueves ahora sino que es lo que realmente te gustaría ser. Dónde te gustaría desarrollar tus habilidades y que huella te gustaría dejar. Algunos lo identifican enseguida y otros lo descubren hacia el final de su carrera. En todo caso, la respuesta te dará pistas acerca de lo que debes hacer. Deberás leer libros de diferentes disciplinas. Te proporcionarán conocimientos generales en diferentes áreas, lo que te ayudará a desenvolverte en circunstancias para las que carezcas de conocimientos específicos. Es una ventaja frente a ser un gran especialista en una parcela muy limitadesarrolloda. Te generará un repertorio de ideas más amplio que te será de gran utilidad para promover innovaciones significativas. Escribe con asiduidad. Aunque sólo sea para ti, por tu propio placer, para clarificar tus ideas. Hoy dispones de...

El cambio de modelo

Hoy quiero llamar de nuevo la atención sobre la necesidad de innovar en los modelos de negocio. La ventaja competitiva hoy día se construye más sobre la innovación en el modelo del negocio que no en la innovación en productos y servicios. Si lo piensas, es lógico. No es posible que dado el enorme número de empresas existentes en cualquier sector, todas ellas sean capaces de generar innovaciones radicales y singulares en sus productos o ser capaces de fabricarlos a unos costes sensiblemente más bajos. Este hecho empieza a ser aceptado por los directivos de las empresas aunque aún no se manifiesta en el desarrollo de nuevos modelos. No debieran dormirse. El éxito de las nuevas empresas que aparecen se construye a partir de la creación de modelos de negocios radicalmente nuevos que rompen las reglas de juego de los sectores en los que operan. Las empresas ya establecidas deben revisar con rapidez sus obsoletos esquemas de funcionamiento, formular nuevas propuestas de valor para sus clientes y redefinir la dinámica de la competencia en sus sectores. De no hacerlo están condenadas a una rápida decadencia que las tecnologías de redes sociales se encargarán de acelerar. Si esperas que el crecimiento de tu empresa se genere por la inercia de la recuperación económica mundial, estás en un error. Dependerá de la transformación de tu negocio y del descubrimiento de nuevas fuentes de generación de valor y de  ingresos. No trates de optimizar procesos y mejorar la eficiencia de tus operaciones actuales. Reinventa los mercados a los que te dirigirás, descubre en ellos nuevas oportunidades y desarrolla las capacidades que te permitan alcanzarlas. Implícate en un pensamiento estratégico innovador....

Ignorantes consultores...

Si nunca has trabajado en consultoría o con consultores te preguntarás, con razón, cómo alguien puede defender el saber de todo como para llegar a asesorar a empresas de cualquier sector. Si has trabajado en consultoría deberías reconocer que no son tus conocimientos, ni la experiencia adquirida en tal o cual sector, lo que te resulta de utilidad para tu trabajo. Es tu incuestionable ignorancia la que te lleva a abordar los problemas desde una perspectiva distinta, la que te mueve a formular preguntas capaces de generar las respuestas largamente buscadas por otros. Los directivos implicados directamente en los problemas y con la responsabilidad de su resolución suelen incurrir en la manera equivocada de abordarlos. Para ellos la experiencia se convierte en una desventaja al tratar de reproducir situaciones del pasado. Por el contrario, la visión de un externo puede orientar en direcciones que no fueron consideradas o que han pasado desapercibidas. La contribución del punto de vista ajeno no procede tanto de aportar directamente la solución como de plantear las preguntas relevantes. Desde el desconocimiento se puede ayudar con más eficacia a que los propios expertos encuentren lo que buscan. En este punto, me viene a la memoria la divertida película Being There (Bienvenido Mr. Chance) como un ejemplo extremo y cómico de lo anterior. La ingenuidad a la hora de preguntar se ha de aprender. No se trata de renegar de toda experiencia o conocimientos previos, sino de evitar dejarse arrastrar por aprioris que seguramente se demostrarán erróneos en las actuales circunstancias. De ahí que para el trabajo de consultoría no valga todo el mundo, aunque sean muchos los que se presenten como consultores. Se beneficia, inicialmente, de un abordaje menos estructurado, que no sigue una lógica secuencial, para avanzar hacia la...

Ponte en su lugar

Cada uno de nosotros ve el mundo de forma diferente. Nuestro punto de vista viene condicionado por nuestra propia historia, la formación recibida, nuestros valores y creencias, el trabajo que realizamos y la posición que tenemos… Parece obvio y sin embargo actuamos como si de hecho todos lo vieran con nuestros ojos. De ahí la sorpresa cuando aparecen conflictos en nuestra relación con los demás y en asuntos que nos resultan definitivamente claros. El origen de las discrepancias suele ser doble. Por una parte, la propia complejidad de las cosas que difícilmente puede expresarse con nitidez en el lenguaje que utilizamos. La simplificación lleva a omitir detalles que hacen perder buena parte del significado original. Por otra, las diferencias personales y de contexto a la hora de percibir y valorar el mensaje recibido. En la empresa pueden encontrarse un buen número de situaciones conflictivas determinadas en gran parte por una inadecuada comunicación. De entre las muchas indicaciones que pueden darse para mejorarla, hoy me centraré en una: la de adoptar el papel del otro, de tu oponente. Se trata de que abras la mente más allá de lo que habitualmente haces para asumir un punto de vista más amplio. Algunos no se atreven a hacerlo por sentirse amenazados. Tienen miedo a descubrir o aceptar la posibilidad de que la posición del contrario sea más legítima que la propia. Si te encuentras en una discusión y ves que no avanzas, te ayudará tratar de verbalizar y resumir lo que la otra persona te está diciendo. Manifiesta lo que tu crees que te han estado diciendo. Al hacerlo romperás la dinámica de la discusión y te servirá para asegurarte de haber comprendido correctamente. Te obligas a escuchar con atención en vez de preparar argumentos con los...

Neuromarketing

Me han llegado peticiones de que aclare el concepto de neuromarketing que últimamente se escucha con una cierta intensidad. Se trata de una disciplina que estudia el comportamiento del consumidor y las técnicas de marketing desde el ámbito de las neurociencias. Investiga, mediante diversos experimentos, las reacciones del cerebro a los estímulos desencadenados por propuestas comerciales concretas. Trata de desarrollar una interpretación coherente del comportamiento de los consumidores, pretendiendo comprender sus reacciones irracionales e inconscientes. Esta generalización serviría para influir en la toma de decisiones de compra y aumentar la satisfacción de los clientes. Es indudable que determinadas marcas, con su manera de presentarse y abordar a los consumidores, son capaces de conectar con ellos tanto a un nivel racional como emocional, y de manera profunda y estable. De ahí que profesionales del marketing quieran identificar los mecanismos generadores de esa atracción para desarrollar productos y comercializarlos de manera más eficiente. De este modo esperan superar a los competidores y asegurar la captación y retención de clientes. En principio no hay nada que objetar a la adquisición de conocimientos que ayuden a comprender mejor el comportamiento y la toma decisiones. El problema surge, en mi opinión, cuando la generalización sirve para construir un modelo del consumidor que es reduccionista e incapaz de comprender la totalidad del individuo y su libertad para decidir. Sorprende que en muchos de los estudios se observe a la persona sólo como un primate un poco más evolucionado, cuyas respuestas ante estímulos concretos puede ser fácilmente predecible. Y cuando se descubre la diversidad real de comportamientos ante un mismo estímulo, se busca explicarla en la distinta configuración de estructuras neuronales y las respuestas a neurotransmisores. Desde el punto de vista práctico creo que es preciso aclarar que: Es más importante...

Si funciona, cámbialo...

Seguro que habrás escuchado muchas veces lo contrario: Si funciona, ¡no lo toques! Una vez que se ha aprendido a hacer algo, cuando los procesos se desarrollan adecuadamente, la tentación consiste en mantenerlos como están o sólo introducir mejoras incrementales para no perder esa ventaja conseguida. Sin embargo, en el largo plazo, toda organización que no cree su propio futuro, que continúe haciendo lo que ha sido la fuente de sus éxitos pasados, está destinada a fracasar. Cuando aparecen cambios significativos alrededor, si los directivos miran de optimizar lo que ya hacen en vez de adaptarse a las nuevas circunstancias con diligencia, su fracaso será aún más rápido. Los cambios a los que nos enfrentamos son tan radicales que las modificaciones en productos o procesos no bastan. No es sólo que la tecnología sea distinta; el cambio es también político, económico, cultural y sociológico. La innovación hoy es revolucionaria y si no abandonas lo que te hizo destacar en el pasado, si no te muestras preparado para asumir una nueva dirección, te quedarás definitivamente rezagado. La adopción de esa nueva mentalidad no es sencilla. Los altos directivos han alcanzado su posición por los buenos resultados del pasado y el cambio radical les parece ir en contra de su propio legado. Perseguir nuevas ideas les suele incomodar. Les asusta alejarse de lo que conocen y temen equivocarse. Las organizaciones necesitan directivos excepcionales capaces de abandonar la inercia y empezar de nuevo. Han de cuestionarse con candidez el sentido de lo que hacen y el modo de llevarlo a cabo. Deben identificar el potencial de las nuevas tecnologías e invertir en ellas más que en optimizar las obsoletas. Para estar en condiciones de liderar ese cambio, deberás…: Saber lo que está ocurriendo, no sólo en el...

Enemistad

Lamentablemente te la habrás encontrado, como yo, en las organizaciones en las que has trabajado. Y seguramente también habrás experimentado que sus efectos pueden llegar a ser catastróficos tanto para tu carrera como para la propia organización. En un mundo laboral caracterizado por sus incertidumbres, contingencias y enfoque en el corto plazo, no puedes evitar que un colaborador o un superior se sienta amenazado por tus conocimientos, capacidad de trabajo o disponibilidad para colaborar y compartir tus ideas. Esto genera un entorno de confrontación que llega a hacer imposible cumplir tus objetivos o sacar adelante un trabajo de calidad. Podrías tratar de diferenciar entre adversarios y enemigos, según que esa enemistad sea condicionada o incondicional. Los adversarios trabajan en contra de tus intereses por su propio beneficio, y podrían dejar de serlo si cambiaran las circunstancias. La desconfianza que te tienen los enemigos es habitualmente tan predecible como irrecuperable. Clasificarlos resulta irrelevante dado que tu actuación ha de ser inicialmente la misma. No puedes ignorarlos. Su capacidad de destrucción puede ser tan alta que deberás centrarte en la manera de ganar su confianza y convertirlos en aliados. Has de saber que su rivalidad puede tener un origen en parte racional y en parte emocional. De ahí que tus esfuerzos por generar incentivos razonables para la colaboración no siempre den resultado. En la práctica, intenta…: Desviar las emociones negativas de tu rival hacia otro lado. Identifica una amenaza común y trabajad juntos para superarla o descubre un interés común que acerque posiciones. Ofrecer algo valioso sin necesidad de pedir de inmediato nada a cambio. Se trata de establecer una relación, no de negociar. Implícitamente generarás el compromiso de compensar dicha acción. Procura que el esfuerzo de reciprocidad no sea importante y ni la presión alta....

El trimestre

Con el principio de año aparecen fuerzas renovadas para mejorar la productividad y pelear por la consecución de objetivos. Este comportamiento es consecuencia del hábito de considerar las metas como propósitos anuales. Se acepta por tanto una cierta demora en las actividades como algo comprensible y aceptable que podrá recuperarse más adelante durante el año. Apenas preocupan los retrasos pues diciembre queda muy lejos. Resulta mucho más eficaz cambiar ese modo de pensar y redefinir las metas en periodos trimestrales. Se incrementa así el sentido de urgencia pues los compromisos aparecen más próximos y animan a realizar los esfuerzos necesarios para alcanzarlos. Si quieres adoptar esta nueva manera de trabajar, te recuerdo cosas que pueden ayudarte: Ten presente tu visión. Lo que te propones emprender tiene sentido en relación a aquello en lo que esperas convertirte en el futuro cercano. Si no la has definido o no la encuentras suficientemente motivadora, detente a formularla de manera explícita. Concreta tus objetivos. Forman parte del plan para hacer realidad tu visión. Sólo has de establecerlos para el próximo período de doce semanas. De este modo en número de objetivos es menor, las metas más alcanzables y las actividades a realizar más concretas y claras. Programa tus acciones. Tus compromisos inmediatos han de aparecer ahora más claros y las acciones a emprender en los próximos días son fáciles de determinar. Las prioridades resultan ahora evidentes y la toma de decisiones se simplifica. Repasa los indicadores. En estos períodos cortos habrás de seleccionar aquellos que anticipen logros futuros que los que informan sobre resultados del pasado. Por ejemplo: Número de propuestas presentadas más que la cifra de ventas realizadas. Mide más el desempeño que los resultados. Saca tiempo para pensar. Es tu recurso más valioso y productivo. No...

Inconsciencia

Estamos en un nuevo año y la llama del optimismo empieza a prender por todas partes. Seguro que observas lo mismo que yo: Aparecen nuevas iniciativas empresariales, se firman contratos de alquiler, se emprenden reformas en locales, se comienza la selección de colaboradores… Y sin embargo, el análisis de lo que observo me lleva a exclamar: ¡Menuda inconsciencia!. ¿Por qué? Pues porque… Siguen pensando en hacer negocios alrededor de productos concretos y del mismo modo que otros competidores que cerraron no hace mucho. Ignoran que los productos ya no se venden del mismo modo que antes. Desconocen a quien pretenden vender. De hecho creen que su cliente es todo ser que respire. Se embarcan más por diversión que por compromiso, por aprovechar oportunidades y mera conveniencia más que en respuesta a una misión clara. Confían en la propia intuición y desprecian cualquier forma de estrategia y reflexión acerca de cómo proporcionar valor y entregarlo a los clientes. Sustituyen la estrategia con la realización de experimentos sucesivos a la espera de que alguno funcione. Carecen de las competencias necesarias para sacar adelante el negocio y desprecian cualquier modo de organización y planificación. Confunden actuar con avanzar. Improvisan de iniciativas que en nada contribuyen a hacer progresar el negocio hacia la necesaria viabilidad. Creen consultar a expertos cuando preguntan a amigos y parientes, confiando en opiniones insustanciales para la resolución de problemas.   Por favor, Considera las preguntas relevantes para el negocio y piensa en profundidad las repuestas. Identifica con claridad a los clientes y el modo en que se comportan hoy día para satisfacer su necesidad. Consulta a las personas adecuadas. Piensa antes de actuar y hazlo con un propósito claro. Aprende o incorpora las competencias de las que careces y que el negocio necesita....

El perfeccionista (2)...

Estas son algunas de las cosas que pueden ayudarte a superar un carácter perfeccionista: Reconoce con claridad el efecto que tu comportamiento tiene en los que te rodean y en tu propia vida. Es preciso ser brutalmente honesto para desarrollar la motivación necesaria para cambiar. Identifica los factores que desencadenan ese comportamiento para poder eliminarlos o modificarlos. En relación a tus colaboradores, asegúrate de que sean competentes y distribuye poderes entre ellos. Implícate en asuntos de carácter estratégico. Abandona los pensamientos negativos y supera la ansiedad aceptando que las actividades están en buenas manos. Asume que los fracasos son cosa ordinaria y que de ellos se aprende. Ten sentido del humor y no te tomes a ti mismo muy en serio. Apóyate en otros para establecer un plan de cambio en tu comportamiento y que analicen tu progresión. Busca ayuda profesional si tu carácter obsesivo fuera excesivamente fuerte. Establece medidas objetivas concretas que determinen el impacto de tus iniciativas de cambio.   Es muy noble perseguir la perfección, pero se trata de un objetivo ilusorio e inalcanzable. Reconocerlo es particularmente necesario en el entorno complejo y cambiante en el que nos movemos hoy. Ejercer con eficacia el liderazgo implica reconocer que en el camino se comenten errores y se obtienen fracasos. Con un poco de esfuerzo es posible ganar en perspectiva, disfrutar con el trabajo y alcanzar resultados notables con la colaboración de los demás....

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