Aprender fracasando

La mayoría de las percepciones acerca del fracaso son equivocadas. Se supone que alcanzar el éxito es el resultado de una buena y prudente planificación que proporciona victorias significativas y continuadas. Sin embargo, planificar no enseña, mientras que hacer pruebas y equivocarse, sí. Fracasar no es sólo un modo de aprender más rápido; es, de hecho, la única manera de aprender. Es mediante la práctica repetida como se ganan las capacidades y no mediante la mera observación de lo que hacen otros o la elaboración de profundas teorías. Todo consiste en equivocarse pronto y muchas veces, de fracasar estrepitosamente. En las organizaciones destacadas, la evaluación de los colaboradores ha de poner énfasis en conocer los fallos cometidos. Es algo positivo si se reconocen, si se admite que se han equivocado lo suficiente, si se ha compartido el aprendizaje con los demás. Es un reflejo de que asumen riesgos calculados, pequeños y manejables, y que tras los fracasos, no muy costosos, se recuperan con rapidez y avanzan de nuevo. Son incontables los estudios y las experiencias que demuestran que ésta es la mejor manera de descubrir lo que verdaderamente funciona. Fracasar es, por razones obvias, muy difícil. Hace sentir mal y genera en el cerebro un mensaje muy fuerte de no volver a repetirlo. De ahí la necesidad de insistir en los aspectos positivos. Si queremos tener una sociedad innovadora, con gente bien formada y capacitada, se ha de trabajar en persuadir a las personas de que el dolor del fracaso no es distinto del de las ampollas en los pies de los corredores o en las manos de los tenistas: Una señal de que se pone el esfuerzo suficiente para mejorar....

Gestionando la suerte...

La complejidad del mundo en el que te mueves hace que te tropieces de continuo con el riesgo y la suerte. La suma de todas tus actuaciones no proporciona ni explica la totalidad de tus resultados, que se ven condicionados por innumerables factores. Reconocemos y definimos como riesgo cuando tomamos decisiones que consideramos acertadas pero que dan malos resultados, y la suerte cuando haciendo algo malo o imperfecto logramos un gran resultado totalmente inesperado. El riesgo y la suerte son, de hecho, dos caras de una misma moneda y deberían recibir el mismo nivel de reconocimiento. El primero es fácil de identificar al ver que hay cosas escapan a tu control, lo que te enseña y ayuda a ajustar tu estrategia. Sin embargo, eso no ocurre con la suerte, al generar un falso sentimiento de control por pensar que hiciste algo bien y lograr lo que esperabas. No te ayudará a tomar buenas decisiones de forma repetida en el futuro. Este distinto reconocimiento se debe en parte al propio ego y en parte al deseo de descubrir patrones de éxito para aplicarlos y repetir victorias. Por eso es importante aplicar también a la suerte algunas cosas que nos enseña la gestión de riesgos: Aprender a cuantificarla. Has de saber medir qué parte del éxito se debe a la suerte y por tanto no puedes esperar que se repita. No todos están dispuestos a aceptarlo pues darle cualquier protagonismo a la suerte les parece un insulto y un desprecio al esfuerzo que pusieron. Pero, así como al riesgo no le importa el esfuerzo que pongas para condicionar tus resultados, lo mismo puede decirse de la suerte. Ambos te enseñan humildad, aunque el riesgo lo hace de inmediato y la suerte sólo cuando te abandona. Saber...

Aprende a lidiar

Si quieres acertar como jefe, deberás convencer a tu gente de que tus compromisos y tus actuaciones tienen un gran impacto. Si no logras convencerlos de que estás al mando, tu trabajo se volverá imposible y tu vida será un horror. Tu papel como jefe importa mucho a quienes te siguen y en particular en los pequeños equipos y organizaciones. Sin embargo, no eres todopoderoso. Ellos saben que tus capacidades son limitadas, pero no pueden evitar el considerar tus palabras y tus acciones como los principales impulsores de su desempeño. Quienes están en posiciones de liderazgo reciben más reconocimientos y reproches de los que se merecen porque, independientemente de los hechos, se les atribuye poderes sobrehumanos. Esta disonancia se produce porque es menos agobiante y más satisfactorio emocionalmente considerarles como la principal causa de los resultados que se obtienen, que no entrar en el análisis de una complicada maraña de factores. Es más sencillo y divertido atribuirles la mayor parte de la gloria y de la culpa, aunque la realidad es que su impacto, en la mayoría de los casos, es muy relativo. Sin duda es más significativo en organizaciones jóvenes y pequeñas y en áreas como la rotación de personal o la satisfacción en el trabajo. En cualquier caso, si eres directivo, sé consciente de que tu contribución al éxito o al fracaso de las iniciativas en las que trabajas se verá magnificada y acumularás reconocimientos y críticas. Es tu destino; y ya que no puedes cambiarlo, aprende a lidiar con él....

Asume la responsabilidad...

La vida te ofrece tantas decisiones a tomar y te da tantas oportunidades de recuperarte de las equivocaciones que, si las manejas bien, podrás vivir una vida extraordinaria. Es cierto que en ocasiones hay circunstancias externas que influyen en la calidad de tu vida y que quedan fuera de tu control, como el lugar donde naciste, accidentes, enfermedades… Pero en la mayoría de las ocasiones, de las peores circunstancias se puede sacar provecho con la actitud adecuada. Cualesquiera que sean las eventualidades que te brinde la vida, tendrás más posibilidades de alcanzar tus ideales si asumes la responsabilidad de las decisiones que tomas, en vez de quejarte por todo aquello que está fuera de tu control. Por tanto, no te preocupes si no te gusta la situación. A la vida le importa un bledo lo que pienses. A ti te corresponde conectar lo que quieres lograr con lo que necesitas hacer para obtenerlo, y tener el coraje para llevarlo a cabo. El mayor error de muchos es no verse a ellos mismos y a los demás de manera objetiva, lo que les lleva a tropezarse una y otra vez con las debilidades propias y ajenas. No reconocerlas les impide alcanzar su potencial. El éxito parece reservado para quienes son capaces de ver las cosas con objetividad y manejarlas de forma que las puedan cambiar. Son capaces de asumir el punto de vista de los demás en vez de dejarse atrapar en sus propios prejuicios. No te debe molestar descubrir que no eres bueno en algo. Al contrario, debes estar contento de saberlo porque te da la posibilidad de gestionarlo y mejorar las posibilidades de lograr lo que te propones....

Necesidad de aprender...

Una manera segura de frenar un proceso de transformación institucional es detener todo proceso de aprendizaje. Las empresas de más éxito premian la experimentación ya que el aprender de los errores ayuda a acertar en la siguiente ocasión, lo que a su vez potencia la creatividad. Los colaboradores desarrollan un mejor trabajo cuando asumen riesgos sabiendo que no se les criticará por ello si fracasan. Pero este aprendizaje no surge espontáneamente. Se ha de invertir en sistemas que pongan de manifiesto la forma en que se lleva a cabo, que pueda seguirse y determinar quienes están participando y qué resultados se obtienen. Las organizaciones que promueven este aprendizaje facilitan el lanzamiento de prototipos y proyectos experimentales, trabajan con nuevas ideas y el efecto sobre los dientes, y comparten la información para mejorar las propuestas. ¿Qué iniciativas de innovación y aprendizaje puedes identificar en tu organización y en cuántas participas?...

Es doloroso

Para ganar en fortaleza te has de esforzar más allá de tus propios límites y eso es doloroso. Esto vale tanto para el desarrollo físico como intelectual, y especialmente cuando has de hacer frente a la dura realidad de las propias imperfecciones. Sin embargo, la mayoría de las personas instintivamente rechazan el dolor. No hay modo de evitar ese daño, especialmente si persigues metas ambiciosas. Lo creas o no, tienes suerte de experimentar ese tipo de dolor; si lo abordas adecuadamente te señala la necesidad de encontrar una solución que te permita progresar. Si eres capaz de racionalizar esa molestia, reflexionando sobre ella en vez de evitarla, podrás aprender y progresar con más rapidez. Pronto te acostumbrarás y no sabrás operar de otro modo. Se trata de adquirir ese hábito. Los retos a los que te enfrentas te ponen a prueba y te fortalecen. Si no tropiezas con la suficiente frecuencia, es señal de que no estás empujando con fuerza más allá de tus límites, y, por tanto, no lograrás maximizar tu potencial. Ese proceso puede ser tan estimulante que llegará a volverse adictivo....

Arremángate

Ahora que tienes un nuevo trabajo, arremángate y trabaja duro, con coraje y determinación, en cosas que supongan verdaderos retos. No hay otra opción válida. El futuro está en manos de quienes asumen su responsabilidad y se arremangan sin titubear. Con esa actitud podrás alcanzar lo que te propongas. Pero no pienses en logros personales sino en la contribución que puedes hacer a tu organización. Acude a trabajar con la mentalidad de descubrir qué puedes hacer por tu empresa. Pregunta en qué puedes colaborar y encontrarás mentores que te ayuden. Y obtendrás resultados destacados y oportunidades de crecimiento y desarrollo. Lamentablemente no son muchos los que se caracterizan por presentarse a trabajar cada día con esa actitud. ¡Mejor para ti!...

La regla de los 5 segundos...

La encontrarás en el libro de Mel Robbins, The 5 Second Rule: Transform Your Life, Work, and Confidence with Everyday Courage. Es una regla sencilla, capaz de superar las resistencias del cerebro para generar cambios de comportamiento que ayuden a conseguir grandes metas. Su uso es muy simple: La aplicas cuando sientes el impulso de actuar para realizar un objetivo o un compromiso, o cuando dudes en hacer algo que sabes que deberías hacer. Consiste en contar hacia atrás, 5, 4, 3, 2, 1 y actuar. El contar te ayuda a centrarte en el objetivo y te distrae de las preocupaciones, miedos e ideas que te frenarían a actuar. Contar y tomar la inicitiva son acciones que llevas a cabo. Al forzarte a actuar, cuando lo normal sería detenerte en consideraciones, genera un efecto de cambio poderoso. Mientras cuentas, te olvidas de las preocupaciones y centras la atención en lo que necesitas hacer. Te fuerzas a actuar e interrumpes la tendencia a vacilar, a pensar más de la cuenta, y resistirte. Puedes utilizar esta regla cuando necesites cambiar de comportamientos, desarrollar nuevos hábitos, abandonar tendencias destructivas o desarrollar el autocontrol para ser más intencionado en las relaciones con los demás. Te ayudará a descubrir el coraje que necesitas para hacer cosas nuevas, problemáticas o que te asusten. Esta regla calmará tus dudas y te generará confianza al empujarte a perseguir lo que deseas, a compartir tus ideas, a participar en proyectios ambiciosos, o a ejercer el liderazgo. Ganarás en control mental para superar los pensamientos negativos y acabar con esa ansiedad interminable que te lastra. A miles de personas les está funcionando…...

Elige aprender

Las diferentes convicciones y los conflictos de intereses impiden ver las cosas con los ojos de los demás. Si lo piensas, no ponerse en el lugar de los otros, carece de sentido y no trae nada bueno. Se puede entender que te guste sólo lo que te beneficia y que te desagrade todo lo que te perjudica, pero esto no significa que puedas calificar las cosas de modo absoluto como buenas o malas según el modo en que te afecten. Sería aceptar que tus deseos individuales son más importantes que el bien común. Las personas y las organizaciones son imperfectas, pero capaces de mejorar. Por eso es mejor no esconder los errores, aparentando ser impecables, sino reconocer los defectos y ocuparse de ellos. O aprendes las lecciones que te enseñan de tus errores y perseveras, o te verás abocado al fracaso. La clave está en equivocarse, aprender y mejorar de inmediato. Si aprendes y mejoras de continuo, progresarás. Lo que alcances a ser dependerá del modo en que decidas abordar las cosas y de las relaciones personales que establezcas. Habrás de decidir hasta qué punto pones tus intereses por delante de los ajenos, y lo tendrás que hacer de continuo, pues las circunstancias habituales te obligarán siempre a elegir....

Intuición

¿Debes fiarte de tus intuiciones a la hora de tomar decisiones? No puedes evitar que influyan en tu juicio, pero sí identificar cuando lo están sesgando y tenerlo presente para asegurar que reduces el riesgo de tu toma de decisiones. Tus intuiciones se construyen como una sístesis de la experiencia que has acumulado y te llevan a formular juicios y emprender acciones sin hacer consideraciones conscientes ni lógicas. Parece que esas valoraciones que haces responden a una evaluación inconsciente de las emociones asociadas a recuerdos más que a un análisis racional de pros y contras. Dada la influencia de esas emociones positivas y negativas, podría defenderse que los directivos nunca deberían confiar en sus intuiciones y basarse únicamente en un análisis lógico y objetivo. Sin embargo, no puedes escapar de su influencia: Condicionan el modo en que ves una situación, las opciones que eliges analizar, a quién buscas consultar y a quién no, si reclamas más información o no, si debes dedicar más tiempo a su estudio, etc. Para saber cuándo fiarte de las intuiciones puedes seguir estas reglas: El grado de familiaridad con la situación. Esto se determina revisando las principales incertidumbres de la situación y decidiendo si cuentas con la suficiente experiencia. Esas inquietudes las puedes concretar identificando qué cosas pueden fallar y determinar después si tienes experiencia como para juzgarlas. Si cuentas con información de los resultados de situaciones anteriores. Toda experiencia previa es útil si te enseñó algo. A quedado asociada entonces a una emoción positiva y a un juicio acertado. Reconocer si tus emociones están sesgadas. Has de separar lo que a ti te ocurrió en una determinada ocasión de lo que habitualmente experimenta la mayoría de la gente. Identificar influencias inapropiadas. Tu conveniencia o intereses personales pueden inconscientemente...

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies