Tu estrés

Crece de continuo la cantidad de cosas que pueden ocasionarte estrés y, como cada vez te exiges más, tu tolerancia a la presión aumenta sin cesar. Pero el cuerpo se defiende mandando señales de alerta cuando la situación empieza a ser insostenible. ¿Las escuchas? Podrás observar reacciones físicas y emocionales que te indican cuando debes aflojar la marcha y descansar. Las aftas bucales, dolores de cabeza y de espalda, indigestiones y molestias en el estómago son algunos de esos indicadores más habituales. Es el cuerpo que pide ayuda. Te será muy útil aprender a reconocer esas primeras señales de padecer un estrés excesivo. Así podrás poner remedio antes de que te ocasione unos daños más graves....

Su opinión

El conocimiento que tienes de ti mismo suele estar condicionado por tus creencias y experiencias, por tus estados de ánimo. Todo ello hace difícil que dispongas de una imagen propia objetiva y con frecuencia existirá una gran disparidad entre cómo te ves y cómo te ven los demás. De esa discordancia puedes aprender mucho. La opinión de amigos, colaboradores, mentores o familiares te ayudará a comprender esa parte de ti que resulta más esquiva. Si te atreves a consultarles, pide ejemplos concretos y situaciones específicas y descubre las coincidencias en sus pareceres. Esa perspectiva te dará pistas acerca del modo en que tu temperamento y actuaciones afectan a los demás. Y ese conocimiento, que pocos alcanzan, es extremadamente valioso....

Destaca los fallos

Quizás eres de los que piensan que para persuadir a terceros debes destacar tus fortalezas y minimizar tus debilidades. Sin embargo, eso sólo tiene sentido si estás ante una audiencia que te apoya. Cuando tengas que defender una idea novedosa o sugerir la adopción de algunos cambios ante audiencias escépticas, que buscarán fallos en tus argumentos o razones por las que aquello que defiendes no debe funcionar, lo mejor es que tú mismo pongas el acento en los defectos de tu propuesta. Esto se justifica por varias razones: Al actuar así desarmas a tu audiencia que, cuando aprecia que alguien quiere persuadirles de algo, levanta sus defensas. Si manifiestas un optimismo exagerado te calificarán como un vendedor, de algún modo deshonesto, y se mostrarán recelosos o escépticos. Pero si describes lo que no funciona, cambiarán su actitud defensiva por la de resolución de problemas y se convertirán en tus aliados. Otra ventaja es que cambiarán el modo de evaluarte. Presentar tus limitaciones te hará parecer más listo. Verán que no tratas de engañarles y que te adelantas a las dudas que ellos mismos podrían plantear. Una tercera razón es que te hace ganar su confianza, al presentarte de manera honesta y humilde. Hablar con franqueza de los aspectos más débiles te da credibilidad. Finalmente, permites que tu audiencia haga una evaluación más favorable de tu idea por el sesgo introducido en la manera de presentarla. Al facilitarles el trabajo de reconocer algunos problemas, van a tener más difícil dar con otros nuevos y esos que señales no les parecerán tan graves....

Tu estilo

No hay duda de que el modo en que te sientes se refleja en tu apariencia. La expresión de tu cara, tu postura y comportamiento, tu corte de pelo o la ropa que vistes dicen mucho de tu estado de ánimo. Pero hay veces en que el mensaje que transmites puede verse distorsionado. Por ejemplo, cuando te enfrentas a situaciones nuevas, la inseguridad te hace aparecer distante, estirado, o apasionado en exceso. En esas situaciones es importante ser consciente de tu estado de ánimo y saber el modo en que puede llegar a condicionar tu comportamiento. La imagen que proyectes ha de ser la que tu elijas, y no una subordinada al humor con que te encuentres. De ahí la conveniencia de reflexionar y comprender cómo te sientes para decidir el estilo que quieres adoptar....

Revisitando

A diario tienes que hacer malabarismos para responder adecuadamente a proyectos, reuniones, llamadas, compromisos, mensajes, tareas, atender a amigos y familiares… Todo eso te requiere mucha atención para poder sacarlo adelante. Mantener ese equilibrio te obliga a centrar tu atención en lo que te rodea, más que en ti mismo o en tu interior. Es fácil por tanto perder de vista lo que es importante para ti, la referencia a tus principios y valores. Si te descuidas, puedes acabar haciendo y diciendo cosas en las que en el fondo no crees, con las que no estás de acuerdo, o desarrollando comportamientos impropios. Es necesario que te detengas periódicamente a comprobar en qué modo tu vida se alinea con tus principios. Analiza si puedes estar satisfecho con lo que dices o el modo en que te comportas. Revisitar periódicamente el modo en que pones en juego tus valores te hará ganar en autoconocimiento. Te ayudará a tomar unas decisiones más apropiadas, de las que puedas estar más orgulloso y satisfecho....

¿Por qué lo haces?

Es bueno que adquieras el hábito de preguntarte por la razón que subyace en esas emociones inesperadas que te llevan a realizar algo no propio de ti. Es importante reconocer esos sentimientos pues te ayudarán a descubrir la naturaleza de esas cosas que de otro modo te resultarían incomprensibles. Con un poco de práctica, el prestar atención a esas emociones te permitirá identificar su origen y comprender su finalidad. Actuar de este modo te ayudará a mejorar. ¿Puedes recordar alguna ocasión anterior en la que reaccionaras de la misma manera? ¿Con quién estabas? ¿Qué coincidencias observas? ¿Te ocurre también con otras personas? Cuanto mejor conozcas el por qué reaccionas como lo haces, más fácil te será mantener tus emociones bajo control....

Mal humor y buen humor...

Puedes caer en el mal humor cuando nada parece salir como esperabas. En esa situación todo te parece negativo: detestas tu trabajo, estás decepcionado por tus amistades y familiares, nada de lo que haces te satisface… Habrás de admitir que no eres objetivo y recordar que ese estado de ánimo no es permanente. Pasará tan rápido como te lo permitas. No es el momento para que tomes decisiones importantes o de lo contrario te hundirás aún más. Más vale que reflexiones sobre lo que te pasa, pues será la mejor manera de abandonar ese estado. Y cuidado también con la euforia acompañante al buen humor. Puede confundirte al pintar de color de rosa todo aquello a lo que te enfrentas. En esa situación tendrás tendencia a tomar decisiones impulsivas sin considerar suficientemente las consecuencias de tus acciones....

Diferentes

No tengas miedo a aparecer diferente de los demás. Aunque te sientas extraño y que no formas parte del grupo, no te preocupes y persigue tus ideales. Destaca entre la multitud, cree en lo que haces y comenzarán a seguirte. Si quieres vivir una vida extraordinaria y lograr cosas excepcionales, que no te preocupe lo que otros opinen de ti y busca lo que ambicionas....

Temperamentos

No todos somos iguales. Quizás eres de los que les gustan las cosas bien hechas; o de los valoran por encima de todo la calma y la paz. No serás entonces de natural entusiasta ni una persona demostrativa, pero destacarás por tu perseverancia y tenacidad. O quizás te caracterizas porque te gusta lo divertido, o seas de los que prefieres las cosas hechas a tu manera. Probablemente te mostrarás entonces apasionado por todo aquello que te interesa, aunque a la vez pierdas ese interés con rapidez y pases enseguida a otro asunto apasionante. Se trata de que tengas presente cuál es tu temperamento y orientes tu pasión hacia esos proyectos que mejor se adapten a ti. Y que no pierdas de vista su importancia, el papel que representan de servicio a los demás. Eso te recordará porqué tenía sentido esa iniciativa y mantendrá vivo tu interés....

En el redil

Se ha observado que la mayoría de las personas, las conformistas, tienden a racionalizar su situación y considerarla como algo legítimo, aunque vaya en contra de sus propios intereses. Justificar y defender el sistema establecido tiene un efecto reconfortante. Es como un analgésico emocional; que el mundo sea así es señal inequívoca de que no debes estar descontento con él. Pero esa resignación aplaca la furia para hacer frente a la injusticia, ahoga la capacidad de iniciativa para hacer que el mundo funcione de otro modo. ¡Hay que escaparse…!...

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