Tu estrés

Crece de continuo la cantidad de cosas que pueden ocasionarte estrés y, como cada vez te exiges más, tu tolerancia a la presión aumenta sin cesar. Pero el cuerpo se defiende mandando señales de alerta cuando la situación empieza a ser insostenible. ¿Las escuchas?

Podrás observar reacciones físicas y emocionales que te indican cuando debes aflojar la marcha y descansar. Las aftas bucales, dolores de cabeza y de espalda, indigestiones y molestias en el estómago son algunos de esos indicadores más habituales. Es el cuerpo que pide ayuda.

Te será muy útil aprender a reconocer esas primeras señales de padecer un estrés excesivo. Así podrás poner remedio antes de que te ocasione unos daños más graves.