Tu estilo

No hay duda de que el modo en que te sientes se refleja en tu apariencia. La expresión de tu cara, tu postura y comportamiento, tu corte de pelo o la ropa que vistes dicen mucho de tu estado de ánimo.

Pero hay veces en que el mensaje que transmites puede verse distorsionado. Por ejemplo, cuando te enfrentas a situaciones nuevas, la inseguridad te hace aparecer distante, estirado, o apasionado en exceso.

En esas situaciones es importante ser consciente de tu estado de ánimo y saber el modo en que puede llegar a condicionar tu comportamiento. La imagen que proyectes ha de ser la que tu elijas, y no una subordinada al humor con que te encuentres. De ahí la conveniencia de reflexionar y comprender cómo te sientes para decidir el estilo que quieres adoptar.