Coaching (II)
Hablábamos ayer del enfoque de acompañamiento que podemos adaptar para actuar como coaches de nuestros equipos y colaboradores.
Hoy queremos profundizar en como podemos contribuir a desarrollar al coachee (persona a la que estamos acompañando como coach), a partir de identificar alguno de sus ejes de mejora y, de común acuerdo, inducirle a realizar actividades que le permitan crecer en ese ámbito.
Algunas ideas al respecto pueden ser:
- Implantar una nueva metodología de trabajo a nivel de planificación, organización, gestión de reuniones, etc…que pensemos conjuntamente que pueden aportar mejoras respecto a sus hábitos tradicionales.
- Asumir un nuevo rol dentro de su puesto actual, que amplie la exigencia competencial del mismo. Por ejemplo realizar comunicaciones o presentaciones en público de resultados.
- Asumir proyectos transversales dentro de la organización, no directamente relacionados con su puesto, que le permitan trabajar específicamente esas competencias. Por ejemplo la organización de un evento corporativo o la implantación de un nuevo proceso.
- La lectura de bibliografia espécífica, asistencia a cursos o las observación de películas seleccionadas previamente, y la puesta en común de las conclusiones obtenidas
En este ámbito las opciones pueden ser muy amplias si somos un poco creativos. Ahora bien es importante ser riguroso con algunas exigencias:
- Que estas iniciativas sean establecidas de común acuerdo. En algunas ocasiones la idea será nuestra y en otras del coachee, pero lo importante es que finalmente éste la asuma voluntariamente y convencido de su utilidad.
- Que, por anticipado, pongamos en común los ejes a mejorar y, el coachee realice la tarea consciente del objetivo a cubrir.
- Que sea el coachee quien obtenga conclusiones por si mismo a partir de una reflexión individual fruto de la experiencia vivida.
- Que compartamos siempre conjuntamente los resultados finales y dichas conclusiones obtenidas.
En todo el proceso nuestro rol como coaches, será ayudar a la definición inicial de la actividad y a potenciar y, en todo caso orientar, la reflexión individual posterior del coachee. Todo ello a partir de nuestra escucha, conversación y acompañamiento.
Por ello, es importante huir de dictar conclusiones por nuestra cuenta, por muy claras que las veamos y ganas que tengamos de hacerlo, bajo riesgo de perder impacto en el coachee.