Entrenando la concentración...

En el mundo digital actual resulta muy fácil desconectar de los temas importantes debido a las abundantes distracciones. Se calcula que una persona recibe cada día unos 34 gigabytes de datos e información y que un trabajador medio ve interrumpida su tarea cada tres minutos. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo las distracciones trastornan la manera de trabajar y desbordan nuestra capacidad de concentración. Estar concentrado es una capacidad que puedes desarrollar mediante la práctica de ciertos ejercicios: Fija tiempo para cada tarea. La mente es capaz de identificar objetivos y asumir retos. El cerebro trabaja de manera automática para lograr los objetivos establecidos y superar los retos. Una vez bien definidos, la mente es capaz de concentrarse en las tareas necesarias para lograrlos, ignorando las posibles distracciones. Contar con un cronómetro es eficaz para recordar el objetivo y el tiempo asignado para acabar una tarea. Repítete la necesidad de concentración. Con la mente desbordada y confundida con cuestiones diversas, no es sencillo convencerse de la necesidad de concentrarse. Las distracciones pueden mitigarse si se aprende a controlarlas. Si estás en mitad de una tarea importante y algo te interrumpe o despista, puedes defenderte repitiéndote la necesidad de mantener la concentración. Haz descansos. Trabajar de forma continuada durante horas afecta a la capacidad de concentración. El cerebro pierde energías y se agota, lo que lleva a la pérdida de interés en lo que haces. Para evitarlo, abandona durante unos pocos minutos la tarea en la que te ocupas y descansa la mente. Da un corto paseo o respira aire fresco; recuperarás fuerzas y oxigenarás el cerebro, lo que mejorará tu concentración. Un asunto cada vez. Trabajar en diferentes asuntos de modo simultáneo, confunde y da lugar a resultados mediocres y tareas inacabadas. Te...

Ponte en lo peor

Aunque muchos innovadores se muestran externamente llenos de seguridad y confianza, internamente esos sentimientos suelen mezclarse con otros de indecisión y baja autoestima. Han de luchar constantemente con la incertidumbre de si alcanzarán a cumplir su misión. Combatir lo establecido es siempre una lucha cuesta arriba, llena de barreras, fracasos y decepciones. Esos retos se pueden afrontar de dos maneras: la del optimista estratégico o la del pesimista a la defensiva. Los primeros anticipan lo mejor, permanecen tranquilos y se fijan unas expectativas elevadas. Los segundos esperan lo peor, se muestran ansiosos e imaginan todo lo que puede salir mal. Muchos asumirán que es mejor ser optimista que pesimista, pero los estudios realizados demuestran un desempeño similar en ambos casos. De hecho, la estrategia del pesimista que se pone a la defensiva puede ser de gran utilidad para abordar situaciones caracterizadas por el miedo, la ansiedad y las preocupaciones. Cuando se ven acosados por la inseguridad, los pesimistas no se permiten quedar bloqueados por el miedo. De modo consciente imaginan el peor de los escenarios para intensificar su ansiedad y tranformarla en motivación; se ven empujados a evitar esas circunstancias prestando atención a todos los detalles para asegurarse de no caer o equivocarse, lo que les proporciona una sensación de control. Cuando llega el momento decisivo están preparados para superarlo. Esta confianza no nace de la ignorancia o el autoengaño respecto a las dificultades a afrontar, sino de un análisis realista de la situación y la elaboración de un plan de acción exhaustivo. Esa manera negativa de pensar pone de manifiesto todo aquello que puede fallar y elimina toda complacencia; obliga a prepararse a conciencia y defenderse de cualquier posible riesgo. La clave está en hacer del miedo un amigo. La neurociencia sugiere que...

“Manteros” en Blockchain...

¿Es posible que la tecnología Blockchain, reconocida como una moderna máquina de la verdad, pueda asociarse con el paradigma de la distribución de los productos falsificados? Sin duda; y no sólo a ellos… Las fases iniciales del desarrollo de una nueva tecnología son un momento propicio para que determinados oportunistas se aprovechen de la ignorancia de la mayoría y hagan negocio a sus expensas. Es posible identificar en estos tiempos a “manteros” y “trileros” que se aprovechan de la ingenuidad de algunos clientes deseosos de aparecer como destacados líderes innovadores. Es preciso estar alerta para no caer en el engaño. No todo lo que se demuestre como registrado en Blockchain es necesariamente verdadero. Por ejemplo, es posible registrar en una cadena de bloques, el Diploma de Viktor Frankestein como Doctor en Medicina y Body Recomposition Specialist por la Miskatonic University. Un ejemplo tan literario como imaginario puede ser posteriormente verificado sin problemas. Cambien los nombres de la institución y del alumno por el de cualquier universidad o escuela de negocios de prestigio y el de un conocido poco espabilado, y se harán cargo de la dimensión del problema. El inconveniente no reside en la tecnología sino en el proceso que se establece para resolver un determinado problema. En el caso de la falsificación de títulos, una circunstancia en la que la tecnología Blockchain puede proporcionar una solución eficaz y definitiva, se necesita contar con un emisor y a la vez verificador seguro. No puede desarrollarse el proceso de registro y verificación a través una “caja negra” que algunos desaprensivos pueden aprovechar colar cuantos títulos falsos precisen. Si lo anterior describiría la actuación de unos “manteros”, también es posible encontrar ejemplos de “trileros” en Blockchain. Aquí, la promesa de una elevada rentabilidad asociada a las...

Descansa

La inactividad no consiste en tomarse unas vacaciones y darse algún lujo. Es algo indispensable para el cerebro y, paradójicamente, necesario para alcanzar una elevada productividad. Para ser eficaz debes reservar períodos de descanso regulares y significativos. Esto es particularmente importante al final de un día de trabajo cuando hay que saber desconectar por completo de todos los temas. Son diversas las razones que justifican la conveniencia de esta desconexión: Agudiza el ingenio. Hay decisiones que es mejor dejarlas para que las resuelva el subconsciente. Éste, cuando los datos con que cuenta son tan abundantes como vagos y contradictorios, es capaz de procesar con más eficacia la información relevante y llegar a mejores conclusiones que si trabajaras de forma activa en ellos. Se recargan las energías. Una concentración intensa desgasta y el descanso ayuda a recuperar las energías perdidas. Es el momento de ocuparse en actividades relajantes, como pasear por un entorno natural, conversar con un amigo, cocinar, salir a correr, etc. Para lograr esta desconexión es importante que seas estricto en la hora de finalizar la jornada laboral. Disponer en ese momento de determinadas rutinas te ayudará a abandonar las tareas que lleves entre manos. Si no lo haces así, esas tareas inacabadas retendrán tu atención. Por ejemplo, anota los temas pendientes en una lista, ordena la mesa de trabajo, recoge herramientas, apaga el ordenador, o grita en voz alta: ¡Se acabó!...

Buenos recuerdos

Parecería que no somos capaces de sacar todo el partido a las vivencias que experimentamos cada día; en parte por no actuar de manera intencionada y en parte por no reflexionar sobre lo acontecido. Por eso, cada vez que ayudas a alguien a que actúe de esta manera, le das ocasión de desarrollar unos buenos recuerdos para el futuro. Se trata por tanto de establecer el hábito de generar buenos recuerdos a partir de los acontecimientos cotidianos. Y esto puede conseguirse considerando las siguientes reflexiones cuando te relaciones con otros: ¿De qué podríais hablar y estár todos de acuerdo? ¿De qué asuntos les gustaría debatir? ¿Qué podríais hacer que fuera diferente y divertido? ¿Qué cosas sabes tu y que a ellos les gustaría conocer? ¿Tienes un secreto inocente que podrías compartir? Todo esto contribuye a estrechar lazos y a demostrar que les aprecias sinceramente. Son pequeños detalles que deliberadamente manifestados pueden convertirse en grandes momentos para otros, dignos de ser recordados. Puedes aprovechar las vacaciones para empezar a practicar....

Sé ejecutivo

En el mundo profesional, el distinguir entre el qué hacer y el cómo hacerlo es crucial. En ocasiones es fácil identificar lo que hay que hacer para alcanzar un objetivo, pero la verdadera dificultad radica en cómo ejecutar las iniciativas para llevarlo a cabo. Esta sistemática te ayudará a conseguirlo: Céntrate en lo más importante. Cuantas más cosas tratas de hacer menos acabas por completar. Esta simple idea ayuda a centrar los esfuerzos y la intensidad de los mismos para conseguir resultados tangibles. Identifica un pequeño número de objetivos ambiciosos a alcanzar en esas horas de trabajo intenso. Trabaja con indicadores anticipados. Has de medir tu avance hacia el objetivo más importante. Los indicadores de desempeño describen el resultado en tiempo pasado. Pero los indicadores anticipados miden el modo de mejorar el comportamiento de forma que tenga impacto en los objetivos futuros. Por ejemplo: Tiempo reservado para trabajar con intensidad, tiempo dedicado a un objetivo importante. Lleva la cuenta. La actitud y motivación de un equipo cambian cuando se hacen públicas las medidas que señalan el avance hacia la consecución del objetivo. Crea un sentido de competencia que empuja centrarse en esos indicadores. Lo mismo puede decirse a nivel individual. Saber la cantidad de horas de trabajo acumuladas y los resultados tangibles alcanzados ayudan a mantener la intensidad. Haz evaluaciones periódicas. Utilizar, por ejemplo, la revisión semanal para reconocer los resultados obtenidos y celebrarlos, pone de manifiesto las semanas menos productivas y ayuda a conocer el esfuerzo necesario para asegurar un objetivo futuro....

Disidentes

Existe un gran peligro en el pensamiento único que suelen mostrar algunos equipos en organizaciones con una cultura dominante, con normas y valores fuertemente establecidos y compartidos. En ese contexto, la unanimidad ahoga la diversidad de criterios y suprime la motivación por encontrar alternativas plausibles. En la resolución de problemas y toma de decisiones inteligentes necesitas promover puntos de vista discrepantes e ideas originales. La opinión de las minorías es importante, no porque deban prevalecer, sino porque estimulan nuevas maneras de pensar, de identificar soluciones innovadoras y decisiones cualitativamente mejores. La opinión de los disidentes es de utilidad incluso cuando están equivocados. Protegen del exceso de confianza, de la defensa de posiciones preestablecidas, del sesgo hacia toda información que confirme las preferencias y suposiciones de la mayoría. Pero no se trata sin más de asumir el papel de un discrepante habitual que nadie toma en serio, sino de defender de manera creíble y convincente argumentos alternativos, que estimulen otros modos de razonar, que incentiven y clarifiquen. El pensamiento único se combate desarrollando una cultura en la que se estimule la discrepancia. La tendencia de los directivos a reclamar soluciones y no problemas es perjudicial en la medida que promueve actitudes defensivas y disminuye la capacidad para indagar en profundidad; se estimula el consenso rápido y se pierde la posibilidad de aprender asumiendo unas perspectivas más amplias. Conviene identificar bien los problemas antes que perseguir soluciones, y los disidentes juegan aquí un papel muy valioso. Es preciso contar con canales fiables para escuchar otras opiniones y puntos de vista antes de tomar decisiones. Esos discrepantes honestos pueden convertirse en los mayores defensores de la organización en la medida en que tienen credibilidad para el diagnóstico de los problemas, son capaces de compartir sus argumentos e...

Los amigos

Todos sabemos por experiencia que una amistad bien establecida no requiere cultivarla continuamente. No cabe temer la pérdida de interés. La amistad es un fin en sí mismo; no se persigue el pasarlo bien, aunque sea el resultado natural. Con los amigos más cercanos, basta con estar juntos. De hecho, sin ellos, no alcanzarás lo mejor de ti mismo. La amistad se construye sobre la consistencia. Resulta difícil hacerlo cuando se ha de defender de continuos altibajos, cuando cada conversación parece poner en riesgo la relación. Los amigos se caracterizan por ser siempre confiables y consistentes, lo que puedes conseguir de la siguiente manera: Esperando siempre lo mejor de ellos. Has de verlos no como son, sino como lo que pueden llegar a ser. No ayudará a sostener la relación de amistad si no confías en ellos. No pretendas arreglarlos, para eso ya tienes bastante contigo mismo. Estarán en mejores condiciones de progresar si crees en ellos que si no lo hicieras. No permitiendo que su comportamiento te condicione. Con demasiada frecuencia permites que las acciones de los demás impacten en tus propias actitudes y emociones. Las inconsistencias de ellos te podrían volver a ti inconsistente. No lo permitas. Tienes la capacidad de controlar tus propias actitudes y emociones y has de saber ejercitarla cada día. Ten en gran estima esa relación, incluso en situaciones difíciles. A veces las circunstancias te obligarán a tomar decisiones costosas que no deberían sacrificar la relación. Deberás hacer todo lo posible por mantener la amistad y aunque se nieguen, en tu mano está el seguir manteniendo el trato....

Rituales

La noción popular de que los artistas sólo trabajan cuando reciben la inspiración es equivocada. Cuando se trata de realizar un trabajo creativo, lo mejor es no contar con la inspiración. Para poder sacar el mayor partido posible a unas sesiones de trabajo en profundidad, conviene establecer una serie de rituales y adherirse a ellos de manera estricta. Llegar a obtener unos resultados destacados depende de la capacidad de trabajar en profundidad de forma consistente, llevando hasta el límite las propias capacidades. La adopción de esos protocolos minimiza la dificultad propia de la transición entre fases de trabajo superficial y profundo, permitiendo adentrarse con más intensidad en las segundas y permanecer en ellas más tiempo. Para desarrollar unos rituales de trabajo eficaces conviene tener en cuenta los siguientes aspectos: Dónde se va a trabajar y por cuánto tiempo. Necesitas concretar el lugar donde podrás concentrarte mejor. Puede bastar tu propio despacho, con la puerta cerrada y la mesa ordenada. Determinar el tiempo específico asignado a cada sesión. Establecer cómo se realizarán las tareas, cuáles serán las reglas y qué procedimientos darán estructura a tu trabajo. Por ejemplo, desconectarse de Internet, contar el número de palabras a escribir en intervalos de 20 minutos, etc. Con qué ayudas has de contar para mantener en ese alto nivel de concentración. Por ejemplo, tomar algún café o alimentos energéticos, o hacer ejercicios suaves, como caminar, y que ayuden a mantener la mente clara. Y también tenr al alcance los materiales necesarios. En cualquier caso, la elaboración de tu propio ritual te requerirá experimentar hasta dar con el apropiado para ti. Trabajar en profundidad no es una actividad que deba abordarse a la ligera. Contribuyen a percibir la importancia de esa tarea el compromiso que representa introducir cambios radicales...

No puedes ceder

Son muchas las ocasiones en las que puedes sentirte presionado a hacer algo por indicación de un superior y así evitar los riesgos inmediatos derivados de no obedecer. Pero no puedes ignorar las consecuencias a largo plazo de una acción que vaya en contra de principios legales, profesionales o morales. Casi todos nos vemos afectados por un sistema con incentivos a corto plazo basados en el cumplimiento de objetivos y metas cuantificables. Se producen situaciones en las que hay vigilar las presiones que ejercen esos incentivos pues pueden orientar hacia actuaciones contrarias con tus propios principios. ¿O estás dispuesto a sacrificarlos por las ventajas que esas acciones te reportarán de inmediato? Has de hacerte violencia en esos asuntos o acabarás conspirando con tus jefes y cediendo a la tentación de lograr aquellos objetivos a cualquier precio. Tendrás que prepararte mentalmente para resistir las presiones de todos aquellos que viven atrapados en ese sistema perverso. Las siguientes indicaciones pueden ayudarte a hacer frente a esas situaciones complicadas y limitar las consecuencias negativas que te representaría a largo plazo el ceder ahora: Se consciente de tu sorpresa y aturdimiento cuando te ordenen hacer algo equivocado, que no está bien, o que no sea ético. Resiste la tendencia a racionalizar lo que te están pidiendo para evitar la incomodidad que te genera. Es esa molestia lo que te llevará a hacer lo correcto. No avances. Detente y manifiesta tu desconcierto, incluso con el lenguaje corporal, y diciendo algo así como: “Un momento…” Date tiempo para recuperarte del trastorno que te ocasiona esa orden inapropiada. Examina qué valores están en juego y cuáles son los riesgos reales de obedecer; no consideres sólo los problemas generados a corto plazo por desobedecer. Haz las preguntas relevantes en relación a la...

Aburrimiento

El ritmo acelerado de este mundo caracterizado por el cambio, la velocidad y la novedad nos lleva a perder la capacidad para tolerar la rutina y la repetición propias de la vida cotidiana. Esto genera un sentimiento de incomodidad respecto al aburrimiento que, para evitarlo, empuja a buscar una excitación incesante, una adicción a estímulos cada vez más peligrosos para alejar el tedio de la vida, o a comportamientos compulsivos en actividades como comer, beber o comprar. Hemos de volver a sentirnos cómodos en el aburrimiento, a aceptarlo con naturalidad y no tratar de escapar de él buscando cualquier estímulo en el móvil. Nos proporciona la oportunidad para pensar, para crear, para escuchar a los demás, para centrarse en lo que es importante, lo que afecta a tu vida y a la de aquellos que te rodean. Acepta que necesitas estar aburrido de cuando en cuando para aprender a calmarte y apreciar el valor del momento presente, a descubrir las necesidades propias o las de los demás, a ejercer ese papel para el que eres insustituible. El aburrimiento no es necesariamente una emoción negativa, sino que tiene su utilidad. Es un catalizador de la creatividad, de la reflexión, del pensamiento inteligente. Hay que acogerlo de nuevo en nuestras vidas y alejarse de la búsqueda del estímulo continuado que nos proporcionan los dispositivos que nos mantienen siempre conectados; descubrir de nuevo el lujo de no tener señal en el móvil o carecer del modo de recargarlo. Dale a tu mente y a tu espíritu un poco de sano aburrimiento. Es un buen plan para el periodo de vacaciones....

Mejora

Si buscas mejorar, más tendrás para ofrecer. Adquiere la mentalidad de la sobreabundancia: hay de sobras para todos y además contamos con la capacidad de generar aún más. Cuanto más des, más tendrás para entregar. Como consecuencia de esa mentalidad, busca añadir valor cada día a los que te rodean. Mira de estar disponible y atento. Pregunta qué pueden necesitar o en qué les puedes ayudar. La mejor manera de demostrar que les valoras es preguntarles su opinión y saber lo que es importante para ellos; te ayudará a saber cómo ayudarles. Nadie es lo suficientemente bueno como para mantenerse en la cima sin caer. Para ser bueno tienes que mejorar continuamente. Ese debería ser tu objetivo. Mejorar para poder ayudar a los que te rodean a ser mejores. Cuanto más sepas de ellos, mayor será tu impacto en su vida. Tienes que querer más para ellos que de ellos. Trata de crecer y mejorar tu posición con el fin de ayudar a otros y observa lo que ocurre: crecerá aún más lo que puedes ofrecer y te motivará a compartir tus ideas, tu tiempo, tus relaciones, influencia y talento. Cuando te esfuerzas por ser más valioso, más valor puedes transmitir a los demás y aumentar así tu capacidad para relacionarte....

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