Entrenando la concentración
En el mundo digital actual resulta muy fácil desconectar de los temas importantes debido a las abundantes distracciones. Se calcula que una persona recibe cada día unos 34 gigabytes de datos e información y que un trabajador medio ve interrumpida su tarea cada tres minutos. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo las distracciones trastornan la manera de trabajar y desbordan nuestra capacidad de concentración.
Estar concentrado es una capacidad que puedes desarrollar mediante la práctica de ciertos ejercicios:
- Fija tiempo para cada tarea. La mente es capaz de identificar objetivos y asumir retos. El cerebro trabaja de manera automática para lograr los objetivos establecidos y superar los retos. Una vez bien definidos, la mente es capaz de concentrarse en las tareas necesarias para lograrlos, ignorando las posibles distracciones. Contar con un cronómetro es eficaz para recordar el objetivo y el tiempo asignado para acabar una tarea.
- Repítete la necesidad de concentración. Con la mente desbordada y confundida con cuestiones diversas, no es sencillo convencerse de la necesidad de concentrarse. Las distracciones pueden mitigarse si se aprende a controlarlas. Si estás en mitad de una tarea importante y algo te interrumpe o despista, puedes defenderte repitiéndote la necesidad de mantener la concentración.
- Haz descansos. Trabajar de forma continuada durante horas afecta a la capacidad de concentración. El cerebro pierde energías y se agota, lo que lleva a la pérdida de interés en lo que haces. Para evitarlo, abandona durante unos pocos minutos la tarea en la que te ocupas y descansa la mente. Da un corto paseo o respira aire fresco; recuperarás fuerzas y oxigenarás el cerebro, lo que mejorará tu concentración.
- Un asunto cada vez. Trabajar en diferentes asuntos de modo simultáneo, confunde y da lugar a resultados mediocres y tareas inacabadas. Te ayudará el ser organizado y contar con una lista de las tareas que tienes que completar. Coloca lo más importante al principio. Trabajar así reducirá el caos y evitará confusiones, mejorando tu capacidad para concentrarte.
- Reconoce tus limitaciones. Cuando estás sobrepasado, el cuerpo y la mente te envían señales de aviso. Aprender a reconocerlas.
- Trabaja en el lugar adecuado y con un entorno apropiado. El lugar donde trabajas tiene un gran impacto en tu capacidad de concentración y en la dedicación para cumplir las tareas. Asegúrate de no tener distracciones a tu alrededor; apaga el teléfono y avisa que no te molesten.
- Limita las distracciones. Pierdes tiempo cada vez que te distraes en la realización de una tarea. Recuperar la concentración se vuelve cada vez más difícil. Evita trabajar en lugares en los que con facilidad te puedan interrumpir y aléjate de toda tentación que te distraiga de tu obligación.
- Divide la tarea en pequeñas partes. Realizar un trabajo costoso puede resultar abrumador y fatigoso. Dividirlo en pequeñas partes puede suavizarlo y ayuda a mantener la concentración.
- Disfruta con lo que haces. La monotonía conduce a la frustración, agota y lleva a perder la concentración. Por el contrario, cuando se disfruta con el trabajo, se pone toda la atención y se logran mejores resultados.
- Reflexiona. Es el camino para encontrar la mejor solución que andas buscando. La meditación te calma internamente y ayuda a ver las cosas con más claridad. Te proporciona estabilidad mental y capacidad de concentración para realizar cualquier tarea.