Experto o amateur

Aprender a mejorar cualquier competencia requiere capacidad de concentración; y su ejecución práctica exige prestar toda la atención. Si ésta estuviera centrada en otro lugar, el cerebro no será capaz de fijar esas rutinas concretas necesarias para desarrollarla. Cuando ya se domine el modo de ejecutarlas, la atención deliberada deja de ser necesaria y pueden ejecutarse sin pensar, de manera automática e inconsciente. Es en este punto donde se separan los caminos del amateur y del experto. El primero se contenta con un nivel de desempeño razonablemente bueno, pongamos que después de unas 50 horas de práctica, y no siente la necesidad de seguir ejercitándose de forma deliberada, concentrando toda su atención. Se contenta con ir pasando con lo que ha aprendido. Por mucho que practique, su mejora será insignificante. El experto, por el contrario, peleará activamente contra esa tendencia al automatismo, buscando ejercitarse de forma consciente para alcanzar unos niveles de desempeño superiores. Cuanto más tiempo permanezca en esa práctica realizada con toda la atención concentrada, mayor y más completo será el desempeño que se alcance. La intensidad de ese esfuerzo de concentración ocasiona fatiga. De ahí que los expertos limiten este tipo de práctica a unas cuatro horas al día. Este régimen de entrenamiento debe incluir períodos de descanso para la recuperación física y mental....

El valor de los amigos...

Hay quienes llegan a un momento en su vida en el que deciden hacer un cierto inventario. Y suelen quedar insatisfechos con lo que descubren: Pese a tener claras sus prioridades, trabajar duramente y centrarse en alcanzar sus metas, no logran obtener el impacto al que aspiraban. La razón estriba en haberse fijado excesivamente en ellos mismos y no haber prestado suficiente atención a la colaboración y conexión con los que se han cruzado. Para destacar todo lo que debieras no basta con dar lo mejor de ti mismo. Necesitas de la colaboración de aquellos con los que trabajas y te relacionas; de este modo las diversas capacidades se complementan y potencian de manera recíproca. La importancia de estas relaciones en tu vida es algo que sólo podrás reconocer al cabo de los años, cuando su impacto se te manifestará muchas veces de manera tan sorprendente como gratificante e inesperada. No retrases más el establecer como prioridad la construcción de unas relaciones firmes con otra gente, con cuantos más mejor, sin seleccionar o discriminar por estatus o profesión. Serán mañana la fuente de tus principales satisfacciones, al descubrir el impacto que tuviste en sus vidas, así como su contribución a tus logros profesionales y personales. Serán esas relaciones las que te definan. Quizás hasta ahora no han sido todo lo numerosas, positivas o significativas que te gustaría, pero puedes aprender a desarrollarlas, mejorando así tu capacidad de relacionarte. Puedes empezar por valorar de manera intencionada a la gente con la que coincides cada día, confiando en ellos y apreciándoles. Si te desagradan, si no crees en ellos, si no los respetas, estarás construyendo una barrera que limitará tu potencial. Mientras que si los valoras y les sirves de algún modo, tus capacidades se manifestarán...

No trabajes solo

La relación entre el trabajo hecho en profundidad y el trabajo colaborativo es compleja. Merece la pena aclararlo porque encontrar el equilibrio entre el trabajo individual intenso y el trabajo realizado en equipo ayuda a mejorar la calidad del primero. Compartir el lugar de trabajo con un gran número de colaboradores distrae en exceso y crea un entorno que impide pensar seriamente. Sin embargo, la teoría que se apoya en las casualidades fortuitas como fuente de la creatividad defiende el efecto positivo que se deriva de la interacción entre las personas. Este punto de vista plantea la falsa idea de que el trabajo individual hecho en profundidad es incompatible con la generación de grandes ideas. El equilibrio parece encontrarse en buscar ideas colaborando con otros de forma regular, pero manteniendo a la vez la obligación de trabajar en profundidad. De ahí que la opción por el trabajo realizado en solitario no sea necesariamente la mejor estrategia. Para determinados problemas, trabajar con otros ayuda a entrar más en profundidad que si se trabajara aisladamente. En definitiva: Las distracciones impiden desarrollar un trabajo en profundidad. De ahí la conveniencia de separar los momentos en los que se trabaja con intensidad de aquellos otros en los que se busca la interacción con terceros con el fin de aumentar la creatividad. Se trata de optimizar ambas situaciones en vez de mezclarlas. Cuando puedas aislarte para trabajar con intensidad, hazlo. Pero trabajar codo con codo con alguien en un problema puede ayudarte a ganar en profundidad y obtener resultados más valiosos que trabajando en solitario....

Maneras de desobedecer...

Puedes desobedecer diciendo que no harás algo, o callando y no haciendo nada, o haciendo expresamente lo contrario de lo que te han pedido. Pero estas maneras de desobedecer no son siempre muy inteligentes. En muchos casos vas a tener que seguir trabajando con la persona a la que no quieres obedecer y si te pone la etiqueta de insubordinado, vas a tener difícil progresar o crecer. Otras veces, si la acción es peligrosa, no basta con desobedecer. Si tu jefe no ha comprendido el peligro, puede actuar por su cuenta o pedir que sea otro el que obedezca. Por tanto, desobedecer bien reclama comunicar con eficacia las razones por las que te niegas a obedecer la orden recibida. Esto exige tener suficiente presencia de ánimo para obligar a tu superior a que reconsidere la situación antes de actuar. Son muchas las circunstancias profesionales en las que te puedes ver obligado a asumir esta responsabilidad por el elevado daño que puede llegar a producirse. Será bueno que puedas reconocer y practicar algunos principios para que cuando se den esas situaciones críticas sepas responder con firmeza: Obedecer o desobedecer de manera inteligente suele implicar, además de la propia acción, algún tipo de manifestación oral o escrita. Cada uno de nosotros ha desarrollado su propia manera de expresarse, lo que nos permite desenvolvernos en situaciones sociales y jerárquicas complicadas. Has de ser consciente del momento en que debes asumir el protagonismo para resolver de forma apropiada situaciones complejas o de riesgo. Cuanto más lo practiques, más preparado estarás para poner de manifiesto tu opinión de manera firme y eficaz. Esta capacidad es importante tanto para funcionar con equipos de trabajo estables como cambiantes, pues todos son capaces de identificar cuando alguien manifiesta una señal clara de...

Pensándolo mejor

Estás equivocado si piensas que tu papel de directivo te exige resolver por ti mismo todos los problemas y no contar con los que te acompañan. Reconoce que no eres capaz de generar tú sólo esas grandes soluciones que necesitas. Cuanta más experiencia tienes, más claro resulta el beneficio de compartir problemas y soluciones con tus colaboradores. Si les pides ayuda te ofrecerán sus mejores ideas, se acrecentará tu capacidad de pensar y se reforzará tu liderazgo. Puedes lograrlo del siguiente modo: Pon tus propuestas encima de la mesa. No necesariamente han de ser brillantes. Basta que sean razonablemente buenas. Pide a tus colaboradores que las mejoren. Te interesa tener mejores ideas que no recibir todo el crédito por las tuyas, en muchos casos inferiores. Anima a todos a participar y hazles preguntas. Es lo que más estimula su capacidad de pensar. Deja que se imponga la mejor idea. Si es una idea ganadora, tú también ganas. Si cuentas con buenos colaboradores serán habitualmente capaces de mejorar tus propuestas. Después, dalas a conocer a otra gente y observa cómo reaccionan, qué comentarios hacen. Aprendes mucho cuando presentas tus ideas a gente que no conoces y que no aceptan por defecto cualquier cosa que les propongas. Para poder apreciar su verdadero valor, recoge la opinión de desconocidos y escépticos. Toda idea parece buena antes de ser contrastada. Pero la mayoría de ellas no sobreviven en el mundo real sin alguna corrección....

El mito de las 10.000 horas...

Te lo habrán contado repetidas veces. Este es el tiempo de práctica que, en cualquier campo debes alcanzar para convertirte en un experto. Pero esto es solo parcialmente cierto. Como bien puedes comprender, en cualquier deporte, si lo practicas cometiendo un error básico en su técnica, por muchas horas que le dediques, si arrastras ese error, nunca alcanzarás la profesionalidad. De la repetición mecánica, por sí misma, no se deriva ningún beneficio. Sólo vale la continua rectificación para lograr acercarse al objetivo. A fuerza de empujar puedes alterar cualquier sistema, sabiendo que cada vez que superes tus propios límites cometerás, al inicio, más errores. El secreto del éxito está en esa práctica deliberada en la que alguien te acompaña, durante meses o años, con un sistema de entrenamiento bien diseñado, siempre y cuando le dediques toda tu atención. Las muchas horas de práctica son necesarias, pero no suficientes para alcanzar un desempeño excelente. Es la concentración para mejorar de determinados detalles lo que permite alcanzar la condición de experto....

El valor de las ideas...

No todos piensan de la misma manera y eso establece notables diferencias en el desarrollo de las personas. Aquello que pienses determinará en lo que te conviertes y lo que haces. Esas ideas definirán tu destino y tu legado. Pero se puede cambiar la manera de pensar y ejercitarse en la generación nuevas y buenas ideas, capaces de mejorar la propia vida si se ponen en práctica. Muchos parecen no dar ningún valor a lo que piensan. Tienen ideas y las dejan perder sin hacer nada con ellas. Pero si les das la importancia que les corresponde, reconocerás su utilidad y aumentará tu capacidad de pensar. Si lo haces así, te harás constantemente preguntas que te servirán para descubrir y desarrollar nuevas ideas, del tipo: ¿Dónde puedo encontrar una idea? Para pensar mejor tendrás que desarrollar la mentalidad adecuada. Habrás de estar siempre dispuesto a “picar piedra” para incrementar tu capacidad de pensar. ¿Cómo puedo usarla? Los hay que se tropiezan con una idea, reconocen sus cualidades, pero no hacen nada con ella. No la trabajan, lo que es una pena porque si no se ejercitan, se pierden. ¿Cómo puedo sacarle el máximo partido? Raramente una idea se muestra inicialmente en toda su potencialidad. Cualquier idea puede puede elevarse a un nivel superior y dar mucho más de sí. Cuando se te ocurra una idea que añada valor a los demás, anótala y decide dedicarle más tiempo a reflexionar sobre ella. Analiza con atención si es acorde al momento vital en que te encuentras, si te ayuda mejorar tus cualidades, si te ayuda a crecer y completarte....

Fuertes

Los que se resisten al cambio se caracterizan por desear unos resultados inmediatos y buscar una existencia libre de problemas. Pero la vida reclama esfuerzos y es normal encontrar dificultades y valorar el aprendizaje con que se acompañan. Es humano resistirse al cambio, particularmente si se presenta en forma de retos o adversidades; pero es inevitable, y desarrollar la capacidad para adaptarse a él ayuda no sólo a sobrevivir, sino a crecer y prosperar. La capacidad de resistencia permite hacer frente al estrés y la adversidad. Nace de creer en uno mismo y a la vez en algo superior a uno mismo. No es una condición con la que se nazca; implica comportamientos, pensamientos y acciones que cualquiera puede aprender y desarrollar. Quien cuenta con esa capacidad, no espera necesariamente resultados inmediatos, sino que está preparado para el largo plazo. Afronta las dificultades con energía y fortaleza. Comprende que alcanzar el éxito lleva su tiempo. Ensaya iniciativas y fracasan; encuentra obstáculos y persevera. No se detiene, persiste en su trabajo. Se centra en las decisiones que debe tomar y las lleva a cabo sin demora, aunque sabe que tardará en llegar a su destino. Aquellos que destacan en su trabajo han aprendido a convivir con el fracaso con cierta comodidad; no en vano fallan más que los mediocres, porque comienzan más veces, lo intentan en más ocasiones… Para dar lo mejor de uno mismo se necesitan retos que superar y problemas a resolver. Y esto sólo se logra con fortaleza y apreciando el valor de las pruebas. Olvida los logros alcanzados y date permiso para recomenzar. Pasar de la seguridad al riesgo, de lo conocido a lo desconocido, requiere coraje y fe. Y además fortaleza....

El sentido de trabajar a conciencia...

A diferencia del artesano manual, al trabajador intelectual le puede resultar difícil distinguir en qué modo su propio trabajo se diferencia y destaca del que hacen otros. Podría parecer que todo se reduce a contestar correos, preparar hojas de Excel o presentaciones de PowerPoint. Ese es un tipo de trabajo superficial, en muchos casos, al que es difícil encontrar significado. Y lo que es peor, quienes evitan ese tipo de tareas son observados con sospecha. Pero es posible encontrar el sentido a un trabajo intelectual realizado de manera concienzuda, capaz de generar una íntima satisfacción personal, incluso en esta era de la información. Ese significado se fundamenta desde diversos puntos de vista: neurológico, psicológico y antropológico. Fundamento neurológico: Tendemos a poner mucho énfasis en nuestras propias circunstancias, asumiendo que lo que nos ocurre determina el modo en que nos sentimos. Los pequeños detalles cotidianos no resultan significativos porque lo que parece importar son los grandes resultados, como obtener una promoción, o mudarse a un apartamento mejor. Sin embargo, la ciencia contradice esa afirmación. El cerebro construye su visión del mundo a partir de aquello a lo que prestamos atención. Si te centras en la enfermedad, vivirás una vida gris e infeliz, mientras que, si te fijas en los aspectos positivos de la vida, ésta, aun en las mismas las circunstancias, se vuelve más atractiva. Cualquiera que sea tu trabajo, si te vuelcas en él con suficiente dedicación, adquirirá gran importancia y significado. Esa intensidad evitará que percibas esos detalles menos placenteros que inevitablemente acompañan nuestras vidas. La concentración no deja lugar para atender a cosas irrelevantes o preocuparse por otros problemas. Fundamento psicológico: En contra de lo que pudiera esperarse, no son la relajación ni la ociosidad las que proporcionan una verdadera satisfacción. Hay...

Desconectando

Considera el esfuerzo mental necesario para procesar la sobrecarga de información a la que estás expuesto: noticias, correos, llamadas, tuits, blogs, foros, comentarios sobre opiniones, etc. Esta tensión se añade a la presión por las cosas que has de acabar. Concentrar la atención en un asunto requiere bloquear muchos otros. La mente ha de luchar contra múltiples intereses que reclaman su prioridad, tratando de separar lo importante de lo irrelevante. Ese esfuerzo genera fatiga, hasta llegar al agotamiento. Los signos de desgaste mental, como la pérdida de eficacia, la distracción frecuente o la irritabilidad, reflejan la pérdida de glucosa ocasionada por el excesivo ejercicio mental que deja al cerebro sin energías. El antídoto para esta fatiga es el mismo que para el agotamiento físico: el descanso. ¿Pero cómo hacer descansar un “músculo” mental…? Pues deteniendo esa actividad y relajando la mente en un entorno tranquilo, preferentemente en contacto con la naturaleza. Actuar así restaura la capacidad de atención. Esa recuperación se produce cuando se abandona la concentración necesaria para evitar las distracciones y se permite a la mente que discurra libremente. Pero esto no ocurre si se pasa a otras actividades más superficiales, como responder correos, embarcarse en videojuegos, o navegar por Internet. Conviene desconectar periódicamente para recuperar la concentración y el autocontrol. Éste es sólo el primer paso. Hay que volcarse en otras actividades que no vuelvan a reclamar capacidad de atención, como conducir o caminar por la calle en medio de una multitud. Se trata más bien de pasear por un parque o entrar en contacto con la naturaleza, desplazando la atención hacia algo relajante y evitando caer en las preocupaciones a las que espontáneamente conduce una mente ociosa....

Altibajos

Dicen que nunca tendrás dos días buenos consecutivos. Cada día trae su parte de negatividad que amenaza con desmoralizarte. Ya sabes que no debes permitirlo, como tampoco caer en la complacencia cuando las cosas te salgan bien. Para limitar el impacto de esos altibajos emocionales puedes practicar la regla de las 24 horas. Consiste en restringir a este período la duración de cualquier emoción que te afecte. Si tienes un éxito, a celebrarlo con tu equipo, pero mañana vuelta al trabajo ordinario, pues lo conseguido ayer no te traerá los logros de hoy. Analiza qué puede torcerse si no introduces mejoras o repasa los retos que tienes por delante… Del mismo modo, si experimentas una derrota, puedes darte 24 horas para sentirte mal y lamentarte. Pero después, busca la manera de recuperar la estabilidad emocional. Rodéate de amigos, céntrate en los aspectos positivos de la vida o busca ayudar a alguien… La clave está en evitar la pasividad. Ya se trate de éxitos o fracasos, la manera de recuperar el control emocional y mantenerse firme consiste en actuar de manera deliberada....

Ponte de acuerdo

No harás ningún negocio si no eres capaz de ponerte de acuerdo con tu cliente. No se trata de reconocer que el cliente siempre tiene la razón, sino de evitar discutir y, con razón o sin ella, llegar a un acuerdo para cerrar la venta. Nadie se pondrá de acuerdo contigo si sólo discutes con él. Todos se sienten atraídos por personas, ideas o productos con los que descubren coincidencias, del mismo modo que se alejan de quienes sólo saben discutir sus posiciones. En los negocios no parece cumplirse aquello de que los opuestos se atraen. Son los iguales los que cierran negocios como consecuencia de la atracción derivada de su capacidad para ponerse de acuerdo. Muchos piensan que se necesitan dos para ponerse de acuerdo. Pero la verdad es que con uno basta, pues en el momento en que uno de los que se oponen cede, el desacuerdo desaparece. Por muy ridícula o exagerada que te parezca la posición de tu cliente, él no la ve así. Mejor será que te pongas de acuerdo con su punto de vista si quieres avanzar. La confrontación sólo servirá para reforzar sus propias ideas. En la medida que busques coincidencias se sentirá más atraído hacia tu posición y podrás conseguir que llegue a modificar su manera de pensar. Ponte de acuerdo, confirma sus razones y cerrarás la venta. Esto es algo que hay que trabajar y practicar con insistencia por la inclinación natural a querer llevar siempre la razón y sostenerla a toda costa....

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