El sentido de trabajar a conciencia

A diferencia del artesano manual, al trabajador intelectual le puede resultar difícil distinguir en qué modo su propio trabajo se diferencia y destaca del que hacen otros. Podría parecer que todo se reduce a contestar correos, preparar hojas de Excel o presentaciones de PowerPoint. Ese es un tipo de trabajo superficial, en muchos casos, al que es difícil encontrar significado. Y lo que es peor, quienes evitan ese tipo de tareas son observados con sospecha.

Pero es posible encontrar el sentido a un trabajo intelectual realizado de manera concienzuda, capaz de generar una íntima satisfacción personal, incluso en esta era de la información. Ese significado se fundamenta desde diversos puntos de vista: neurológico, psicológico y antropológico.

Fundamento neurológico:

Tendemos a poner mucho énfasis en nuestras propias circunstancias, asumiendo que lo que nos ocurre determina el modo en que nos sentimos. Los pequeños detalles cotidianos no resultan significativos porque lo que parece importar son los grandes resultados, como obtener una promoción, o mudarse a un apartamento mejor.

Sin embargo, la ciencia contradice esa afirmación. El cerebro construye su visión del mundo a partir de aquello a lo que prestamos atención. Si te centras en la enfermedad, vivirás una vida gris e infeliz, mientras que, si te fijas en los aspectos positivos de la vida, ésta, aun en las mismas las circunstancias, se vuelve más atractiva.

Cualquiera que sea tu trabajo, si te vuelcas en él con suficiente dedicación, adquirirá gran importancia y significado. Esa intensidad evitará que percibas esos detalles menos placenteros que inevitablemente acompañan nuestras vidas. La concentración no deja lugar para atender a cosas irrelevantes o preocuparse por otros problemas.

Fundamento psicológico:

En contra de lo que pudiera esperarse, no son la relajación ni la ociosidad las que proporcionan una verdadera satisfacción. Hay abundante evidencia científica de que los mejores momentos en la vida se suelen dar cuando llevamos el cuerpo o la mente de manera voluntaria al límite para conseguir algo difícil y valioso.

Irónicamente, puede disfrutarse más con el trabajo que con el tiempo libre, por asociar al primero objetivos y retos que llevan a concentrarse y a perderse en él. El tiempo libre, por oposición, cuando se muestra desestructurado, exige un mayor esfuerzo para transformarlo en algo satisfactorio.

Fundamento antropológico:

Tanto en el trabajo artesanal como en el de los profesionales del conocimiento, es posible descubrir una dimensión y un significado superiores y trascendentes. Se trata de emplear las propias capacidades para contribuir a la mejora de los demás y de la sociedad. Incluso en los trabajos aparentemente más mundanos y sencillos, si se afrontan con responsabilidad y dedicación, es posible encontrar ese sentido trascendente que va mucho más allá de los resultados externos de las tareas que se realizan.