No puedes ceder
Son muchas las ocasiones en las que puedes sentirte presionado a hacer algo por indicación de un superior y así evitar los riesgos inmediatos derivados de no obedecer. Pero no puedes ignorar las consecuencias a largo plazo de una acción que vaya en contra de principios legales, profesionales o morales.
Casi todos nos vemos afectados por un sistema con incentivos a corto plazo basados en el cumplimiento de objetivos y metas cuantificables. Se producen situaciones en las que hay vigilar las presiones que ejercen esos incentivos pues pueden orientar hacia actuaciones contrarias con tus propios principios. ¿O estás dispuesto a sacrificarlos por las ventajas que esas acciones te reportarán de inmediato?
Has de hacerte violencia en esos asuntos o acabarás conspirando con tus jefes y cediendo a la tentación de lograr aquellos objetivos a cualquier precio. Tendrás que prepararte mentalmente para resistir las presiones de todos aquellos que viven atrapados en ese sistema perverso.
Las siguientes indicaciones pueden ayudarte a hacer frente a esas situaciones complicadas y limitar las consecuencias negativas que te representaría a largo plazo el ceder ahora:
- Se consciente de tu sorpresa y aturdimiento cuando te ordenen hacer algo equivocado, que no está bien, o que no sea ético.
- Resiste la tendencia a racionalizar lo que te están pidiendo para evitar la incomodidad que te genera. Es esa molestia lo que te llevará a hacer lo correcto.
- No avances. Detente y manifiesta tu desconcierto, incluso con el lenguaje corporal, y diciendo algo así como: “Un momento…”
- Date tiempo para recuperarte del trastorno que te ocasiona esa orden inapropiada.
- Examina qué valores están en juego y cuáles son los riesgos reales de obedecer; no consideres sólo los problemas generados a corto plazo por desobedecer.
- Haz las preguntas relevantes en relación a la indicación recibida. Podrías haber entendido mal lo que te piden. Tienes el derecho y la obligación de aclararlo.
- No te contentes con respuestas inservibles o intentos de racionalizar la orden, ni permitas que te avergüencen por ser el único que pregunta, ni aceptes promesas de corrección más adelante del error que te piden cometer.
- Confronta a quien te da la orden y ayúdale a ver que va contra su propio interés actuar de ese modo. Busca alguna alternativa razonable.
- Si no puedes convencer a tu superior de abandonar la dirección equivocada, rehúsa seguirle. No puedes ignorar el peligro de decir “sí” cuando debe ser un “no”.
- Acepta las consecuencias a corto plazo de tu decisión y reconoce el valor de los efectos a largo plazo que acabas de evitar.