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Tu controlas

No dejes que te domine aquello que no puedes controlar. Es la manera sacar algo bueno de una mala situación y centrarte en lo que puedes hacer más que en lo que ha ocurrido.

Las circunstancias no pueden determinar tus emociones. Quienes traten de menospreciarte no pueden determinar tu valía.

Controla aquello que puedas y no pierdas energías en aquello que se escape a tu control. Has de comprender la diferencia entre “las cosas de la vida” y los “problemas”. Las primeras escapan a tu control y no puedes arreglarlas; los problemas, sí puedes resolverlos.

No pierdas energías cuando te encuentres en un atasco, te pierdan el equipaje, o mientan en una declaración. Son factores que están fuera de tu control. Y, al contrario, asume la responsabilidad por esas cosas que sí puedes controlar:

  • Tu actitud: De ti depende tu manera de pensar o sentir.
  • Tu pasión: Tu identificas lo que deseas y te motiva.
  • Tu vocación: Tu eliges libremente tu propósito fundamental.
  • Tu tiempo: Tu decides a qué dedicarlo y con quién emplearlo.
  • Tus prioridades: Tu estableces lo que es importante.
  • Tu potencial: Tu determinas aquello a lo que te comprometes para crecer.

Son estas las cosas a las que debes dedicar tus esfuerzos. Eso hará que en ocasiones algunos no se muestren muy contentos contigo, pero tu te sentirás satisfecho.