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Despídelo
Se trata de ese cliente que das por imposible…
En estas notas he insistido que la base de la estrategia es la vinculación con el cliente. relación que sólo alcanzas tras un trabajo intenso con él.
Encontrarás clientes que no desean esa relación. Y pese a ello, algunos insistirán en quedarse y serán fuente continuada de problemas. En ocasiones esos problemas estarán “en tu tejado”, y deberás dedicarte a analizarlos y corregirlos sin demora.
Pero descubrirás casos en que las quejas repetidas no se corresponderán con problemas de tu producto o servicio. Llevarán de cabeza a toda tu organización y no verás la manera de satisfacer a ese cliente que siempre se muestra disconforme.
Si te has asegurado de la realidad de esa situación, la medida definitiva es una: despedir al cliente. Es evidente que no estás ganando dinero con él, y además te genera unos costes económicos y organizativos que lo hacen prohibitivo.
Todos sabemos que la expresión de que el cliente siempre tiene la razón es de ordinario cierta, salvo cuando no lo es. Por tanto cuando no la tenga y sólo incordie, anímale a que se pase a tu competencia.
¿A que sabes de quién hablamos? Habla con él (¡O conmigo, si me lo he ganado…!)