Malas noticias

No nos gusta recibirlas y a pocos les gusta darlas (siempre hay gente peculiar…) Eso hace que nos enteremos tarde de los problemas, lo que los agrava por retrasar nuestra reacción y la puesta en marcha de la posible solución.
La gestión eficaz de la empresa requiere la información precoz de cualquier contrariedad. Dos sugerencias para lograrlo:
  • Diles a tus colaboradores que te comuniquen las malas noticias lo primero; para las buenas ya habrá tiempo.
  • No vuelques en el mensajero la frustración que la mala noticia te genera. No es momento de buscar culpables sino de agradecer la prontitud con que te avisan. Y a continuación, para minimizar el impacto o incluso para convertirlas en acontecimientos positivos, poner de inmediato en marcha las acciones correctoras correspondientes.

Aunque parezca contradictorio, te harán la vida más fácil y te ayudará a generar confianza.