Aclarando ideas y reforzando conceptos

Ayer leía una interesante entrevista  a un conocido profesional que describía la transformación de las marcas en la era de Internet. Aclaro, por si lees la entrevista original, que determinados profesionales equiparan marca y negocio, o marketing y estrategia lo que genera confusión.

Trataré de destacar hoy algunas ideas que me parecen más valiosas y que con frecuencia han sido tratadas en notas anteriores en este blog.

  • La viabilidad de las empresas no pasa por vender productos o servicios sino por conseguir resolver los problemas o hacer realidad las aspiraciones de sus clientes. Estratégicamente significa olvidarse del producto y los competidores para centrarse en el conocimiento de cada uno de los clientes y proporcionarle aquello que necesita.
  • La empresa se ve como un asesor que lleva al cliente directamente a la solución, ahorrándole complicaciones y pérdidas de tiempo. Estratégicamente se corresponde con la opción de convertirse en la Solución Total para el Cliente, lo que sólo se puede alcanzar si se ha establecido una vinculación con él y se ha generado la confianza correspondiente.
  • El desarrollo de Internet está en la base de la transformación de todos los negocios. El impacto variará en intensidad de unos a otros, pero sólo puede crecer hasta acabar con la reinvención de todos ellos.
  • Lo anterior no significa que has de tener una página web, una aplicación para teléfonos móviles o participar en las redes sociales. Todo eso es necesario pero insuficiente. La empresa habrá de transformarse (cultural, técnica y organizativamente) para esta nueva era.
  • Cada vez serán menos los clientes a los que puedas abordar de manera genérica. La interacción con ellos habrá de ser personal y directa en entornos digitales, y tendrán el poder de decidir a quién compran y dónde lo compran. Y además lo querrán de inmediato y en casa. Si tienes una tienda, cuenta que cada vez será menos el lugar donde se cierren las ventas y se entreguen los productos.
  • El precio y la calidad no servirán para diferenciarte de los competidores y que opten por ti. Siempre les habrás de ofrecer el precio más bajo y la calidad que se corresponda con la necesidad que reclaman.

 

Insisto en estos conceptos porque muchos seguidores de estas notas me hacéis llegar comentarios acerca de las dificultades para escapar de la atracción del producto y volcaros en la consideración de los clientes, aunque lo veis absolutamente necesario.

No es extraño. Abandonar hábitos arraigados requiere esfuerzo y mucha práctica. No dejes de preguntar si algo se resiste…