Dimensión estratégica del directivo

Entiendo que a muchos les resulte complicado aclararse con el uso abusivo de la palabra liderazgo. No es posible hacerlo si no se dispone de un determinado paradigma de lo que es una organización. Y la confusión aumenta cuando se mezcla la capacidad de liderazgo del directivo con otras responsabilidades en la organización.

El problema se hace patente incluso en publicaciones actuales de académicos reconocidos. Yo tuve la suerte de ser discípulo primero y colega después de Juan Antonio Pérez López y aprender de él a diferenciar las distintas dimensiones de la función directiva. Voy a tratar de introducir brevemente algunos conceptos que ayuden a entender las diferencias, ya que me parece muy relevante para orientar nuestras actuaciones como directivos.

En el origen de la empresa y de las responsabilidades del directivo nos encontramos con el propósito de la misma. El primer problema está en identificar en qué consiste el negocio de la empresa, en formular lo que constituye su misión específica. Se trata de explicar a quiénes sirve la empresa y qué servicios les presta.

Lamentablemente son muchos los que no ven más allá de la obtención de un beneficio económico. Su importancia es evidente, pues se trata de una condición básica de funcionamiento. De no obtenerse ese resultado económico de las actividades de servicio de la empresa no existiría negocio, la empresa sería inviable.

Dado que lo anterior no ayuda, una primera dimensión de la función del directivo consiste en la determinación de los resultados concretos a alcanzar a través de las actuaciones a desarrollar por la organización. Esto es lo que se denomina la definición operacional del propósito.

Dicha definición ha de incluir necesariamente los siguientes elementos:

  • El producto o servicio en el que se concreta la acción de la organización sobre sus clientes. Es lo que hoy denominamos propuesta de valor. Y que incluye el conjunto de realidades, tangibles e intangibles que se le entrega al cliente. Específicamente, en este nivel, la definición operativa se concreta en el establecimiento del sistema de producción y distribución para la efectiva entrega del producto o prestación del servicio a los clientes.
  • El sistema de retribución, o la especificación de los incentivos que la empresa asignará a sus empleados por realizar las acciones requeridas por el sistema de producción y distribución antes mencionado.
  • El sistema de contribución que es lo que los clientes deben entregar para poder acceder a los productos o servicios de la empresa.

 

Estos tres elementos aparecen incluidos hoy en el concepto de Definición del Modelo de Negocio. Su objetivo es que los ingresos obtenidos por la entrega de la propuesta de valor sean superiores los recursos necesarios para proporcionarla a los clientes.

Debemos denominar propiamente como actividades estratégicas todas aquellas mencionadas más arriba y que se dirigen a definir operacionalmente el propósito. Se corresponden por tanto con la dimensión estratégica de la función directiva. Es la dimensión que atiende al logro de buenos resultados en el plano de la eficacia de la organización. Sus objetivos inmediatos son aumentar el rendimiento y la productividad. Exige la capacidad de identificar y aprovechar oportunidades para la mejor aplicación de las capacidades productivas de la empresa con el fin de asegurarse los ingresos que ésta necesita para continuar existiendo.

Tenemos así definido al directivo estratega. Pero hay más dimensiones por tratar…