¿Otra primavera para las organizaciones?
Estamos asistiendo ya a una modificación significativa del funcionamiento de las organizaciones y las empresas como consecuencia del desarrollo de las redes sociales. Las dimensiones de su impacto están por determinar pero pueden identificarse algunas tendencias que conviene reconocer para poder gestionar el cambio de manera acorde.
Hoy comentaré cómo el cambio en las tecnologías de la comunicación influye en el modo de relacionarnos y de comportarnos y sus efectos en la transformación de las jerarquías organizativas.
Los propios empleados de una empresa se informan antes de los temas que les afectan a través de Internet que por los medios de comunicación internos. Las aplicaciones de los teléfonos móviles sustituyen fácilmente la comunicación tradicional entre dos personas por una multilateral que genera grupos sociales y comportamientos gregarios de manera inmediata. El ejemplo más destacado ha sido el de las revoluciones en países árabes, pero este fenómeno de auto organización se repite de manera cotidiana y para fines más modestos y prosaicos en cualquiera de nuestras ciudades y organizaciones.
La naturaleza de las relaciones de confianza y autoridad se ven afectadas. Con las tecnologías anteriores, las comunicaciones entre directivos y subordinados, de transmisión de información hacia arriba y de órdenes hacia abajo, venían a reforzar el mantenimiento de esa jerarquía.
En la actualidad, en un mundo de redes sociales interconectadas de manera casi universal, la legitimidad de aquellas jerarquías basadas en el manejo y la posesión de una determinada información, se ha visto erosionada. Pocos trabajadores piensan hoy que sus directos conocen mejor que ellos las tareas operativas, el trabajo que se realiza en los grupos, sus responsabilidades o las posibilidades de desarrollo personales.
Los comportamientos en las organizaciones están cambiando de manera dramática y da la impresión de que, entretenidos con la crisis y otros problemas inmediatos, los directivos no perciben la pérdida de su capacidad para influir y dirigir a sus colaboradores.
No nos extrañe que lo que hemos visto en los países árabes empiece a ocurrir en nuestras organizaciones. ¿Cómo tratas de anticiparte?