Exceso de confianza

confianzaEs bien conocida la limitación de los seres humanos para establecer juicios acertados respecto a los niveles de incertidumbre. Esto se manifiesta en el ámbito de los negocios en una infravaloración de los riesgos, elaboración presupuestos insuficientes y en la costumbre de sobrepasar las fechas de entrega límites.

El optimismo y la confianza en uno mismo son características del directivo necesarias para el éxito empresarial. Quienes las poseen promueven la innovación, aumentan la producción, establecen estándares más altos, exigen mayores esfuerzos, reducen ineficiencias… Pero también pueden ser origen de problemas.

El exceso de confianza es una característica del comportamiento que implica una sobrevaloración de las propias capacidades y que es más prevalente entre los directivos. Su predisposición para asumir riesgos y los éxitos del pasado les llevan a realizar estimaciones distorsionadas por un exceso de confianza firmemente asentado.

De manera consistente algunos directivos valoran la probabilidad de su propio éxito por encima del de los demás lo que les lleva a descartar sus opiniones e ignorar señales externas de alerta. Esto les conduce a decisiones equivocadas en ámbitos como los siguientes:

  • Inversiones excesivamente arriesgadas.
  • Entrada en sectores aún experimentales.
  • Asumir excesivo endeudamiento.
  • Aprobar adquisiciones por las que pagan más de lo debido o que destruyen valor.

En lo personal, el exceso de confianza puede llevarles a cruzar determinados límites que acaban en comportamientos fraudulentos. Cuando experimentan un mal resultado lo atribuyen a la mala suerte y creen defender el interés de todos los grupos partícipes al esconder el problema.

El exceso de confianza les lleva a pensar que la empresa se recuperará en el siguiente periodo de los malos resultados actuales. Quizás no pensaron en engañar ni perjudicar a nadie, pero se acaban encontrando en una posición en la que el fraude parece su única salida

Este exceso de confianza, asociado con una actitud prepotente, puede estar en el origen de tantos escándalos como hemos conocido en los últimos meses en los ámbitos empresariales y políticos.

La experiencia nos debe llevar a comprender la naturaleza, ámbito y límites de nuestros conocimientos y capacidades. Hemos de saber reconocer la incertidumbre de nuestras estimaciones, la ambigüedad de nuestros prejuicios y la estrechez de nuestros puntos de vista.