Sé flexible

El mayor peligro que tienes cuando sigues un plan es el de mostrarte inflexible y seguirlo a toda costa. Lo más sensato, muchas veces, es explorar otras opciones. Cuando te cueste avanzar hacia tus objetivos, no trates de cambiarlos sino de revisar el plan.

La planificación no se ocupa de las decisiones futuras sino del impacto futuro de las decisiones actuales; qué debes hacer hoy para estar preparado para ese mañana incierto. Y la mejor manera de afrontar esa incertidumbre es reconsiderar tus opciones según se desarrollan los acontecimientos.

No te sirve de nada tener una mentalidad rígida cuando persigues tus aspiraciones. Es importante que seas flexible y cambies de planes, que abandones las estrategias que no te funcionen.

Cambiar te ayuda a crecer. Ninguna decisión es sagrada. Los resultados verdaderamente importan.