Acomodado

¿Qué tan confortable te resulta tu trabajo diario? Si no tienes sensación de inquietud o incomodidad, me da que no te estás esforzando lo suficiente.A todos nos juzgan por nuestras acciones y resultados, en esta vida y al comienzo de la otra (si crees que la hubiera…). Y la evaluación se mueve en el orden de las capacidades, en el modo en que las has aplicado.
Si has optado por la vía cómoda, por “enterrar tus talentos” en vez de ponerlos al servicio de los demás, es señal de que no estás aplicando todo tu potencial y que no te preocupa tu desarrollo.Comprometerse con la propia exigencia personal, dedicar esfuerzos, no hace la vida triste y desgraciada; al contrario, le proporciona sentido. Disfrutar de un plato cocinado se acompaña de algunas incomodidades: trabajar para ganar el dinero con el que comprar los ingredientes, desplazarse hasta el mercado para encontrarlos, dedicar tiempo a prepararlos, cocinarlos y servirlos, ordenar y limpiar al concluir. Son trabajos significativos que se hacen con gusto para alcanzar el objetivo deseado.

Si no tienes conciencia de ese esfuerzo no estás llegando donde se te espera. Quizás no tienes clara tu Misión ni los objetivos para alcanzarla. Si la ignoras y te acomodas, se resentirá tu prestigio personal y profesional.

Y más pronto que tarde nos pedirán cuentas.