1. Busca ayuda externa. Aunque te parezca que puedes hacerlo tu sólo o aunque otros directivos piensen que ellos pueden gestionar la recuperación, no te equivoques. Quienes han generado el problema no son los más indicados para resolverlo y las cosas aún pueden ponerse más difíciles. Nunca como ahora necesitas de la objetividad y la preparación de un experto. Te ayudará a defenderte de presiones externas y actuará con mucha más rapidez.
2. Confirma el diagnóstico. Antes de iniciar el tratamiento precisas de un buen diagnóstico para comprender las razones que te han llevado adonde te encuentras. Los factores pueden ser muy diversos y requerirán actuaciones específicas. Con sólo abocar más dinero no se resolverán.
3. Revisa los valores y cultura. Empieza por la raíz. Lo más probable es que, en la situación por la que atraviesas, la confusión y dispersión sean enormes. Necesitas redefinir, acordar y comunicar esos principios comunes para asegurar la unidad de toda la organización y orientar la toma de decisiones futuras.
4. Atiende a las personas. Ellas son tu principal inversión. Identifica quienes deben seguir en su puesto y quienes han de marchar a otro lado. Sé muy cuidadoso en la selección de quién realizará la evaluación y cómo la lleva a cabo. Mira de rodearte de los más valiosos y asegúrate de que la moral y la confianza se recuperan.
5. Redefine la Misión y Aspiración. Probablemente se habrá de establecer un nuevo rumbo y es posible que algunos no lo reciban con entusiasmo. Es urgente asegurar la alineación de todos para poder iniciar la recuperación y dejar marchar a quienes decidan no sumarse al nuevo proyecto.
6. Cuida la economía. Se trata de hacer más con menos. No siempre significa reducir costes. Muchas veces es lo más fácil y lo menos inteligente. La mejora de la eficiencia y la productividad puede incluir el evitar errores, servir más deprisa, lograr vender más, gestionar mejor… Es el momento de volver a lo sencillo y aplicar el sentido común.
7. Sigue una buena metodología. Necesitas de una verdadera revisión y formulación de la estrategia para pasar después a redefinir el modelo de negocio. Huye de quien te proponga directamente planes comerciales y “dafos”. Incorpora a todos los directivos en aquellas tareas, ya que ellos serán quienes ejecuten las decisiones del plan que se establezca.
8. Sé resolutivo y diligente. No admitas demoras. Las actuaciones habrán de ser urgentes y de impacto inmediato.
9. Evalúa el desempeño. Utiliza indicadores para informar del resultado de las distintas iniciativas. Elige aquellos que pueden dar información más temprana del progreso experimentado y comunica ampliamente las cifras.
10. Ten flexibilidad. Nada saldrá tal y como la hayas planeado inicialmente. Estate vigilante para reaccionar rápidamente a cualquier cambio o incluso anticiparte a los acontecimientos.

Cada situación es distinta pero me parece que estas características habrían de ser bastante comunes y de ayuda para la recuperación del negocio.

Te espero en los comentarios con otras propuestas que se me hayan podido olvidar.