Por favor, ¡fracasa muchas veces…!

Nadie quiere experimentar un fracaso. Nadie desea contar haber pasado por esa experiencia. Parece que haberlo sufrido dijera de nosotros que somos unos inútiles e incapaces, buenos para nada. Tener un fracaso equivale a ser un fracasado.
Esto es un gravísimo ERROR. En el mundo de hoy, un fracaso nunca es terminal. Si un producto no funciona, fabricas otro, si una página web no atrae, diseñas otra, si esta nota del blog de hoy no gusta, mañana escribiré otra.

¿Cuál es tu actitud en el trabajo? Con la que está cayendo, ¿estás más que contento con tener uno, y miras de hacer lo mismo que todos los demás para evitarte problemas? ¿Te conformas con hacer las tareas que se te piden procurando desesperadamente no meter “la pata”?

La mayoría de nosotros hemos crecido en una cultura en la que nos han dicho siempre lo que debíamos hacer y lo que debíamos evitar. De ahí que nos sorprenda que haya alguien que haga algo distinto e inesperado y acierte de pleno. Los más osados si acaso nos quedamos pensando ¿cómo no se me ocurrió a mi..?, ¿porqué no lo intenté yo…?

No somos conscientes de vivir en una dictadura muy sutil que aceptamos sin rechistar. Parece que estuviéramos programados para cumplir obligaciones y ser obedientes. Estamos acostumbrados a que nos penalicen por intentar cosas nuevas que quien nos juzga se encarga de inmediato de bloquear. No nos es posible, por tanto, ver el resultado de nuestras iniciativas, lo que confirma a terceros nuestro fracaso. Se refuerza así esa situación de bloqueo.

Esto tiene consecuencias negativas en el nivel personal y colectivo. Si en tu trabajo sólo haces las tareas que se te piden, lo inmediato es que tu jefe sólo tenga en la cabeza si esas tareas son realmente necesarias o si puede encontrar a alguien más barato para realizarlas. En lo colectivo, en el mundo empresarial, pocos desean intentar algo que se salga del patrón establecido. Todo esto nos conduce a ser un país de conformados y gente quieta, dedicados a atender como robots a quienes nos visiten para que lo pasen bien y vuelvan de nuevo.

Vienen tiempos de revolución:

  • Elige con quién quieres trabajar.
  • Muestra a tu jefe que sirves para resolver problemas.
  • Asume riesgos proporcionados, que te permitan mantener tu trabajo incluso si fracasas en ese intento.
  • Nadie te puede dar iniciativa, debes tomártela tu.
  • Intenta cosas nuevas sin esperar a la aprobación de nadie.
  • Considera tu trabajo como una oportunidad. Si fracasas muchas veces es una buena señal. Quiere decir que sigues vivo, que ningún fracaso es definitivo, que siempre tienes la posibilidad de probarlo de nuevo.

 

Hay que pedir al nuevo gobierno que no nos castigue, que quite barreras para emprender, que no penalice el que intentemos nuevas cosas; o de lo contrario nos marcharemos unos y se quedarán otros, los conformados.

Tu, ¿a qué grupo perteneces…?