Se buscan líderes

La capacidad de liderazgo debería ser una de las competencias más determinantes de las personas de una organización. No es exigible sólo al Director General, sino que habría de estar presente en todos los que trabajan en ella.

Para fomentar el desarrollo de esta competencia es imprescindible que el propio Director General la posea, para que con su ejemplo la contagie y señale el camino a seguir a toda la estructura directiva.

Es una obviedad afirmar que el puesto de Director General es clave para cualquier empresa dado que es el responsable último de la dirección, actuaciones y decisiones de la misma. Pero quizás sea de interés repasar qué cualidades debería poseer para desarrollar su tarea con eficacia. Estas son algunas de las que he ido recogiendo de diversas fuentes. Dime cómo las valoras, o si hay otras que debieran incluirse:

  • Resolutivo: Decide con diligencia y determinación. Se manifiesta como confiado y firme.
  • Motivador: Su carácter inspira a sus colaboradores y les arrastra a seguirle.
  • Visionario: Tiene una visión clara y concreta de adónde se dirige. En ella se fundamenta la estrategia de la empresa.
  • Determinación y autodisciplina: Se centrar en el logro de los objetivos más importantes establecido en la estrategia.
  • Comunicador: Capaz de expresarse, de dar a conocer y comunicar de forma clara y convincente el mensaje de su empresa.
  • Avispado: Despierto, agudo, rápido, curtido por la experiencia de muchos años en diversos puestos y desempeñando distintas tareas.
  • Carismático: Con un estilo atractivo que invite a seguirle.
  • Capaz: Inteligente por naturaleza y con conocimientos amplios y diversos.
  • Ético: Comprometido con los valores que identifican a su empresa.
  • Generoso: Nada egoísta. Controlar el ego es esencial para ser un buen líder.
  • Orientado al logro: Busca el mejor desempeño propio y de sus colaboradores.
  • Aprende con rapidez: Se adapta rápidamente a los cambios y aprende de ellos.
  • Flexible: Capaz de reorientar las decisiones para corregir problemas o situaciones no esperadas.
  • Humilde: Reconoce sus limitaciones personales y profesionales.
  • Capaz de escuchar: A sus colaboradores, empleados, y clientes…
  • Ejecutivo: Actúa con claridad, coherencia y compromiso.
  • Versátil: Capaz de utilizar distintos estilos en el abordaje de cuestiones diferentes; experto, humano, directivo, controlador,…
  • Justo: Imparcial y a la vez firme y exigente.

 

Ya sé… Suena ficticio, imposible. Ni tu ni yo nos parecemos a ese tipo. Y sin embargo…