Con qué oferta quedarse
Hace unos días alguien muy cercano se encontraba en la dificultad de decidir entre tres ofertas de trabajo y me pedía consejo. Ya sé que en estos tiempos puede parecer extraño, y es verdad; las ofertas tenían lugar en otro país…
En todo caso me sirvió para pensar y tratar de establecer un modelo del proceso a seguir para decidir con mayor seguridad. Estos son los criterios:
- Determina en cuál de las ofertas puedes proporcionar una mayor contribución. Decide a quién puedes ayudar más si te incorporas.
- Averigua con que cultura empresarial y valores te sientes más identificado. Ojo que una cosa es la teoría y otra la práctica. Te has de asegurar que quienes trabajan en ese lugar se mueven por esos valores. En la duda habla con algunos de ellos (en particular si averiguas que han marchado varios últimamente…)
- Identifica dónde puedes aprender y desarrollarte más en el futuro.
- Considera cuál de las ofertas se te hace precisamente porque buscan tu perfil y no las que tratan de ocupar un puesto preestablecido. En este segundo caso hay más riesgo de que no acabes encajando.
- Escucha tu voz interior, tu intuición.
- ¿Y el dinero…? Si, claro, es importante, pero al llegar a este punto la decisión ya deberías tenerla clara.
Bueno, esto es lo que haría yo. ¿Tu cómo lo ves?
Cuando eres más joven no entiendes o es más difícil de entender el comentario que acabo de leer.
Para no fracasar considero que debes encontrar un equilibrio entre tus aspiraciones y las «realidades» que te encuentres en el trabajo nuevo.
Mide, valora, y si ves que te has equivocado, siempre puedes comentarlo con RR.HH. y sin perjudicar a la empresa dar un plazo para que te sutituyan.
¡Nunca hay garantía de nada!, pero lo importante es que asumamos riesgos, mejor calculados, y sobre todo por un convencimiento personal, que no implica desoír las sugerencias. ¡Todo vale!.
Una directora de RRHH muere un día al caerse el ascensor de la empresa. Al llegar al cielo, San Pedro la saluda y le dice que, antes de entrar, debe pasar un día entero en el infierno y otro día entero en el paraíso. La mujer le hace caso y decide comenzar su día con el infierno.
Después de bajar y bajar y bajar, llega a un campo de golf impresionante, donde están todos sus amigos y compañeros que la animan a jugar para después irse a cenar caviar y langosta, todos vestidos con trajes y vestidos de noche. Conoció también al Diablo, un tío encantador que contaba chistes y se pillaba unas moñas del quince mientras bailaba con toda mujer en la fiesta…
Total, que se pasan las 24 horas en el infierno y la directora de RRHH se va al paraíso a pasar ahí el día. Llega, se sienta en un sofá muy mono, le dan un arpa y se tira las 24 horas tocando el arpa mientras los ángeles comen Philadelphia sobre las nubes…
Al pasar ya las 24 horas, San Pedro le pregunta que dónde se quiere quedar y la mujer le dice que en el infierno sin ninguna duda, ya que el cielo es algo aburrido y se lo pasó mejor con sus amiguetes.. Así que vuelve a bajar y cuando llega sólo hay una tierra desierta y sus amigos recogiendo la basura de la juerga del día anterior vestidos con ropa sucia y vieja. La directora se queda impresionada y le pregunta a San Pedro que cómo ha cambiado en tan poco tiempo el panorama…a lo que San Pedro le contesta:
«¡Claro, es que ayer te estábamos contratando y hoy eres parte del personal!»
¡Te pude pasar a tí!