En toda ocasión habrías de demostrar tu aprecio por tus empleados o colaboradores. Y si hay un momento en el que no puedes permitirte perder a aquellos más valiosos es precisamente en tiempos de crisis.
¿Porqué alguien con talento se querría quedar en tu empresa si se siente maltratado e infravalorado? Si crees que fuera porque no encontrará otra cosa en estos tiempos cometes un grave error de proporciones que no eres capaz de imaginar.
Considera además los costes que te habrá de representar en formar a su sustituto, y el lucro cesante ocasionado por el deterioro del servicio, de la calidad o la pérdida de clientes.
Por tanto es fundamental asegurar la satisfacción de tus profesionales, que debería estar incluido en la definición de la misión de tu empresa. A continuación, algunos puntos que habrías de tener en cuenta para logarla:
Págales bien. A ser posible págales más de lo que creen que valen. Y si no puedes hacerlo, incorpora otros elementos a la remuneración como horarios flexibles y disponibilidad de tiempo para la familia. Incluye también algunos extras que, aunque no sean muy significativos, siempre ayudan. La clave es mostrarles respeto, lo que se consigue a través del dinero, de valorar su disponibilidad de tiempo para ellos y manifestando a las claras el valor que representan para la empresa. Felicítalos por su labor y muéstrales que les aprecias y valoras más allá del trabajo que realizan.
No dejes que se aburran. No se trata de que le des más trabajo del que puedan gestionar, sino de que las tareas sean más como retos a superar.
No les atosigues. Si contratas a profesionales por su talento, creatividad y por sus competencias y conocimientos no puedes pretender estar continuamente encima de ellos para asegurarte que lo hacen como tu quieres. Eso les incapacita y genera desmotivación.
Que se sientan cómodos. Cuida que el entorno de trabajo sea agradable y confortable. Piensa si tu mismo te sentirías cómodo trabajando en ese sitio.
Que puedan desarrollarse. Debes ayudarles a alcanzar el mayor desarrollo profesional que puedan conseguir. No caigas en el error de pensar que es contraproducente para su permanencia en la empresa. Antes al contrario, en la medida que perciban el valor y el compromiso por parte de la empresa mayor será su identificación y satisfacción por su trabajo.
¿No es lo que tu pedirías…?
2 Comentarios
Feb09
Antonio Oterino Bachiller
Buenos días Paco. Aunque yo no creo mucho en las casualidades, justo antes de leer tu blog de hoy, mi buen amigo Toño Lamadrid (consultor de RRHH en Avanze -Cantabria-) me acababa de enviar uno de sus habituales comentarios que, entre otras cosas, dice:
«En un coloquio en el que participaba, organizado por ITAE, Escuela de Negocios de Badajoz, un empresario replicó: «Contra el drama de que formes a tus empleados y se te vayan, está la tragedia de que no los formes y se te queden».
Absolutamente confirma su adhesión a tu reflexión de hoy.
¿Mi opinión personal? Pues que he padecido el drama de la fuga de talento a mi alrededor durante casi 20 años. Al principio de dicha fuga, sin duda, las consecuencias inmediatas las pagan el cliente y los compañeros de trabajo. Sin embargo, a medio y largo plazo, es la propia empresa (por muy «monstruo» que sea) la que sufre su propia política de alentar las fugas… pues, por una parte, el cliente cambia de proveedor y, por otra parte, los compañeros de valía también se terminan marchando.
Yo escuché al Presidente de una gran Firma Internacional, en su discurso Anual de la Asamblea General de Directivos (de la que yo formaba parte) , lo siguiente: «Somos la mayor Firma de servicios profesionales del mundo. El que no esté contento y se quiera ir, no hay problema, la puerta está siempre abierta». ¿Resultado?… le hicieron caso y muchísimos aprovecharon el ofrecimiento!!!.
Sin embargo, dos años más tarde, al Presidente que le sucedió y que padeció la «herencia» de una plantilla devaluada en talento, le escuché en una reunión privada e informal: «La situación es tremenda. Aquí sólo nos quedamos los mediocres».
En fin Paco, una vez más, muchísimas gracias por tus enseñanzas y consejos. Además, en este caso, me resultan muy útiles y de gran apoyo para resolver una situación concreta que se está planteando, en este momento, en mi actual empresa. Te lo agradezco de verdad.
Feb09
Paco Guillén
Gracias a ti Antonio por tus comentarios. Añaden siempre más valor que el que trae la nota.
Paco
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Buenos días Paco. Aunque yo no creo mucho en las casualidades, justo antes de leer tu blog de hoy, mi buen amigo Toño Lamadrid (consultor de RRHH en Avanze -Cantabria-) me acababa de enviar uno de sus habituales comentarios que, entre otras cosas, dice:
«En un coloquio en el que participaba, organizado por ITAE, Escuela de Negocios de Badajoz, un empresario replicó: «Contra el drama de que formes a tus empleados y se te vayan, está la tragedia de que no los formes y se te queden».
Absolutamente confirma su adhesión a tu reflexión de hoy.
¿Mi opinión personal? Pues que he padecido el drama de la fuga de talento a mi alrededor durante casi 20 años. Al principio de dicha fuga, sin duda, las consecuencias inmediatas las pagan el cliente y los compañeros de trabajo. Sin embargo, a medio y largo plazo, es la propia empresa (por muy «monstruo» que sea) la que sufre su propia política de alentar las fugas… pues, por una parte, el cliente cambia de proveedor y, por otra parte, los compañeros de valía también se terminan marchando.
Yo escuché al Presidente de una gran Firma Internacional, en su discurso Anual de la Asamblea General de Directivos (de la que yo formaba parte) , lo siguiente: «Somos la mayor Firma de servicios profesionales del mundo. El que no esté contento y se quiera ir, no hay problema, la puerta está siempre abierta». ¿Resultado?… le hicieron caso y muchísimos aprovecharon el ofrecimiento!!!.
Sin embargo, dos años más tarde, al Presidente que le sucedió y que padeció la «herencia» de una plantilla devaluada en talento, le escuché en una reunión privada e informal: «La situación es tremenda. Aquí sólo nos quedamos los mediocres».
En fin Paco, una vez más, muchísimas gracias por tus enseñanzas y consejos. Además, en este caso, me resultan muy útiles y de gran apoyo para resolver una situación concreta que se está planteando, en este momento, en mi actual empresa. Te lo agradezco de verdad.
Gracias a ti Antonio por tus comentarios. Añaden siempre más valor que el que trae la nota.
Paco