Hacer y dejar de hacer. Esa es la cuestión.
Lo normal es que tengas más actividades por hacer que tiempo para llevarlas a cabo, y más oportunidades por aprovechar que gente capaz de abordarlas. Y sobre lo anterior has de sumar los problemas ordinarios y las crisis inesperadas.
Como directivo has de tomar siempre decisiones sobre la prioridad de las tareas a realizar. Y la cuestión es si la decisión la tomas tu o te rindes a la presión del entorno. Si dejas que mande la presión externa te verás obligado a sacrificar las actividades importantes.
Además, la experiencia dice que lo que se pospone se abandona. No hay nada más frustrante que retomar un proyecto pospuesto. Si en su momento era una oportunidad, difícilmente lo será y una vez pasado su tiempo, los esfuerzos adicionales que le dediques están condenados al fracaso.
Otro efecto de dejar el control de las prioridades a las presiones de terceros es que te lleva a abandonar el trabajo más genuino del directivo, el de construir el futuro de la organización. Las presiones que te llegan nacen de decisiones del ayer. Siempre favorecen al pasado antes que al futuro, a las crisis antes que a las oportunidades; se decantan por lo inmediato y aparente y no sobre lo verdaderamente significativo; sobre lo urgente antes que sobre lo relevante.
Decidir lo que no se hace tampoco es agradable pues suele corresponder a su vez a la prioridad de alguien. La manera de solucionar esto no es desarrollar la habilidad de hacer unas cuantas actividades que contenten a unos y a otros sino disponer de la valentía de optar por lo prioritario.
No escoger con acierto conduce invariablemente al fracaso del directivo, incapaz de establecer las prioridades. Para ayudarte e decidir:
- Opta por el futuro antes que por el pasado.
- Céntrate en las oportunidades más que en los problemas.
- Elige tu propio camino mejor que dejarte llevar por la corriente.
- Se ambicioso, escoge aquello capaz de marcar la diferencia en vez de lo cómodo y seguro.
Los logros se siguen menos de la capacidad análisis para averiguar lo acertado que de la valentía para afrontar las oportunidades. Acompañan más a la innovación radical que al desarrollo incremental, si bien ningún avance es despreciable. Y dado que el riesgo y la incertidumbre no son muy distintos cuando emprendes cosas pequeñas o grandes, apunta alto.
Tareas
Analiza si eres el dueño de tu tiempo y estableces las prioridades de las tareas a las que te dedicas.
¿A qué vas a decir que no hoy?
Notas relacionadas:
Tira lo inútil
Contra dispersión, concentración