La situación de bloqueo

Comentaba hace unos días que el origen de toda innovación empresarial, la primera fase del proceso del cambio, se caracterizaba por el descontento existente en la empresa. Dicho descontento surge de la situación de bloqueo que se produce cuando la organización renuncia a reaccionar frente a las oportunidades y retos. La empresa se ha quedado fijada en una manera anticuada de ver y de hacer las cosas.

En este estado se permanecerá hasta que alguien con suficiente descontento (tú mismo) decidas combatir la situación de bloqueo con una nueva idea. Como es de esperar, en el inicio, tu propuesta será rechazada, pero si consigues encontrar apoyos y eliminar resistencias, acabarás por demostrar la bondad de tu idea y hacer posible el cambio.

En la mayoría de las ocasiones el bloqueo nace de rigideces de carácter mental, más difíciles de reconocer y aceptar que las limitaciones físicas. Y pueden surgir de la propia empresa o bien de imitar a los competidores. Las restricciones mentales suelen ser de dos tipos.

La primera de ellas se asocia al conjunto de creencias imperante que hacen que la gente considere que el cambio es imposible. Los hábitos, las maneras de pensar, los supuestos establecidos impiden cualquier innovación. Ésta sólo se producirá cuando alguien (tu mismo) cuestione el modo de ser de las cosas.

Puedes reconocer la situación por el modo automático en que se afrontan las situaciones. La organización ha dejado de cuestionarse la vigencia de sus creencias, la validez de sus supuestos, y simplemente los acepta como verdaderos.

El tener éxito, o el haberlo tenido, es con frecuencia la principal barrera para la innovación porque impide aceptar que existan razones suficientes para discutir las creencias comúnmente aceptadas.

Un signo de que los supuestos vigentes son falsos es que ya no son útiles para resolver los problemas y lograr los objetivos. Pero aún así, no se reconoce que se está atrapado hasta que no se alcanza un alto nivel de descontento. Y ello se debe a que el coste de hacer frente a lo establecido es muy elevado y de origen diverso:

  • El coste en tiempo de investigar tu propias afirmaciones para validarlas.
  • El coste potencial de investigar otras opciones si el análisis de tu opinión original se demuestra que estabas equivocado.
  • La incertidumbre y la incomodidad en la que tienes que vivir cuando estudias las distintas opciones sin saber si serán verdaderas o no.

 

Estos costes pueden ser tan altos que para muchos resulta más fácil quedarse con lo que todo el mundo da por bueno. Pero si tu evaluación de los beneficios superan a los costes que has de enfrentar y te animas a hacer frente a ese reto, habrás de superar otra barrera mental no menos difícil y que estudiaremos mañana.

Hoy puedes quedarte con la tarea de identificar cuáles pueden se