Líderes devaluados

Leyendo aquí y allá me tropiezo con muchos artículos sobre liderazgo que describen comportamientos triviales de los supuestos líderes y que contribuyen a devaluar su figura.
Parecerían personajes teatrales que interpretan un papel poco creíble y, por tanto, con escasa capacidad de motivación y arrastre.

Creo que ya he debido comentarlo en ocasiones anteriores; en todo caso vale la pena recordarlo. Nos jugamos mucho en la identificación y desarrollo de verdaderos líderes, y más en los tiempos actuales. Confundirlos puede resultarnos desastroso, tanto en el ámbito empresarial como social.

Demasiadas veces se habla de ellos para atraer la atención y ensalzarlos. Y sin embargo el liderazgo verdadero no llama la atención sobre el que lo ejerce sino sobre los demás. No es un título de privilegio sino una carga de mucha responsabilidad, un servicio a una causa superior.

Las visiones reducidas, mezquinas, centradas en lo menudo no son propias de un líder. Al contrario, es la cualidad que permite descubrir las capacidades de los demás y hacer que den lo mejor de sí mismos. El líder se ocupa de aquellos a los que sirve, de ayudarles a convertirse en mejores personas.

Por tanto el verdadero liderazgo no se preocupa tanto por…:

…buscar reconocimiento como por darlo.
…levantar barreras como por derribarlas.
…crear burocracias como por desmontarlas.
…establecer fronteras como en construir puentes.
…evitar riesgos como en pensar a lo grande.
…los resultados inmediatos como del impacto de los mismos.
…controlar como por renunciar a hacerlo.

Debemos dedicar tiempo a nuestro propio desarrollo e inspirar a otros a que sigan este camino.