Una “lluvia de ideas” con dirección asistida

El método más utilizado por las empresas para generar ideas son las sesiones en grupo de lluvia de ideas. Dado que su desarrollo tradicional suele ser disfuncional se han buscado enfoques más prácticos y más productivos.
Un nuevo método más eficaz, conocido como “brainsteering”, requiere una mejor preparación que las sesiones de lluvia de ideas tradicionales, pero sus resultados merecen el esfuerzo. Estas son algunas de sus características:

1. Conoce los criterios de la organización para la toma de decisiones

Las ideas generadas en estas sesiones suelen acabar en nada porque caen fuera del ámbito de lo que la organización está dispuesta a aceptar. Abrir la mente puede ser inútil si las circunstancias externas o las políticas de la empresa no favorecen dicha apertura. Si quieres despertar el pensamiento creativo en tus equipos habrás de comenzar por establecer el criterio para la toma decisiones respecto a las ideas resultantes.

2. Haz las preguntas correctas

No se trata tanto de la cantidad  como de la calidad de las ideas. Para conseguirla es muy útil partir de unas preguntas. La sesión se desarrolla en torno a una serie de “preguntas correctas” que el equipo tratará de responder en pequeños grupos. El truco es identificar preguntas con estas dos características:

  • En primer lugar, las preguntas deben forzar a los participantes a adoptar una perspectiva nueva y desconocida. Buscas alejarte de los patrones e ideas que funcionaron en el pasado. El cambio de perspectiva de los participantes revolucionará su manera de pensar.
  • En segundo lugar, la pregunta debe limitar el espacio a explorar por el equipo, sin que llegue a establecer restricciones que condicionen las respuestas. Por ejemplo: ¿cuál es la mayor complicación que nuestros clientes soportan y podríamos evitarles?, ¿quién utiliza nuestro producto de manera que no esperábamos?

Lo ideal es establecer unas 15-20 preguntas para un grupo de 20 personas.

3. Selecciona a las personas adecuadas

Elige a aquellos que estén en condiciones de responder a tus preguntas. No elijas a los participantes por su posición en el organigrama sino por su conocimiento sobre la materia.

4. Divide y vencerás

No mantengas una discusión continuada y durante varias horas. Es más útil tener varias sesiones centradas en un tema y con subgrupos de 3 a 5 personas que es un buen número para que haya una participación real. Cada subgrupo se centrará en una pregunta durante 30 minutos. Cuidado con los saboteadores que evitan que otros sugieran buenas ideas. Son de tres tipos: el jefe, el sabelotodo y el experto. La presencia del jefe provoca a menudo que la gente dude en exponer sus ideas. El sabelotodo intentará intimidar a los menos seguros evitando que participen. El experto se cargará las ideas por parecerle inútiles o irrelevantes. Ponlos en un grupo separado, lo que permitirá que el resto trabaje de manera más creativa.

Divide las 15-20 preguntas entre los subgrupos (unas 5 por grupo). No es práctico pretender que todos los grupos respondan a todas las preguntas. Si es posible asigna específicamente las preguntas a los subgrupos mejor preparados para resolverlas.

5. Dales orientación

Tras la selección de los participantes y antes de la división en subgrupos, oriéntalos sobre lo que esperas lograr. Cada subgrupo discutirá cada pregunta cuidadosamente durante media hora y deben saber que es aceptable que sólo se generen dos o tres ideas. Así los participantes no se desanimarán ya que al final del día, después de las diversas reuniones, habrá abundancia de buenas ideas.

6. Saca conclusiones

Cada subgrupo habrá sido capaz de generar unas 15 ideas al concluir su trabajo, por lo que un equipo de 20 llegará a unas 60 ideas. No caigas en el error de escoger las mejores ideas de ellas. Haz que cada subgrupo reduzca el número de ideas y luego comparta las principales. No se trata de elegir ahora una idea ganadora. Acaba la jornada explicando cómo se tomarán las medidas para seleccionar las mejores ideas.

7. Aplícalas con rapidez

Las decisiones deben tomarse de forma rápida y completa. No deben precipitarse unas conclusiones superficiales a partir de las ideas generadas sólo unas horas antes, pero cuando más tiempo pase más difícil será que se materialicen a acciones concretas.