Los errores de los comienzos

En los tiempos actuales muchos se animan a emprender nuevas iniciativas empresariales o transformar de manera radical sus negocios actuales. Y qué bien que eso sea así por el bien de todos.
Es por tanto un buen momento para recordar algunos fallos, habituales en esas situaciones y que no conviene cometer:

  • Pensar demasiado en el plan de empresa. En primer lugar habría que decir que los planes de empresa ya no deben ser como solían, pero eso nos desviaría ahora.  Lo relevante es no obsesionarse por la literalidad del plan hasta el punto de olvidar el negocio. La planificación no es lo principal, sino su adaptación y ejecución.
  • Fiarlo todo a la imagen. El diseño de la identidad corporativa es una cosa pero no puede confundirse con la verdadera sustancia del negocio. Quedarse sólo en lo superficial no conduce a nada. Lo determinante es la capacidad de entregar una propuesta de valor, y ésta no puede demorarse.
  • Abarcar demasiado. Es normal que bullan las ideas y se presenten oportunidades muy atractivas. Fácilmente generan excitación pero descentran y distraen de la ejecución. Es preciso ser menos ambicioso y enfocarse en lo que se puede dominar. Y eso significa empezar pequeño.
  • Subestimar lo que se tarda. Nada va tan rápido como te piensas. El tiempo necesario para cualquier cosa siempre acaba siendo mayor. Prevé las consecuencias y qué harás si no se cumplen los objetivos en el plazo previsto.
  • Sólo aceptar lo perfecto. Piensas conocer las necesidades de los clientes y crees ser capaz de lograr el producto perfecto para satisfacerlas. Lo cierto es que no puedes estar seguro de saber lo que quieren, ni está a tu alcance esa perfección que buscas, ni se ajustará a lo que te demanden, y te retrasará fatalmente si la persigues.
  • Quedarse corto en el dinero necesario. Es fácil subestimar los costes del arranque dado que todas las demás previsiones se pasan de optimistas. Por muy sencilla que planifiques la puesta en marcha, siempre te encontrarás con gastos imprevistos. Aquí la planificación de diversos escenarios te será de ayuda. Estate preparado para el peor de ellos.
  • Rendirse enseguida. El éxito sólo llega después de más tiempo del que prevés y de trabajar muy duramente. Antes de abandonar mira si no deberías poner mayor esfuerzo para superar los distintos obstáculos. A veces te obligará a dejarlo el tipo de negocio o el mercado, pero antes de hacerlo asegúrate de que no se debe a tu falta de compromiso.

 

Mientras repasaba estos errores habituales he ido anotando en cuántos estoy cayendo yo ahora.