No puedes perder tiempo

Como adelantaba ayer, repaso las propuestas de Peter Drucker en su libro  The Effective Executive para convertirse en un directivo eficaz relacionadas con el uso del tiempo.

A diferencia de lo que muchos suelen hacer, el trabajo del directivo no debe empezar con la consideración de las tareas a realizar y su planificación sino con el análisis del tiempo de que disponen. Hay que identificar bien a qué se dedica y eliminar su uso en demandas improductivas.

El tiempo es el factor limitante, el recurso escaso en el trabajo del directivo. Y por tanto sus resultados vienen condicionados precisamente por el grado de aprovechamiento de ese recurso. ¿Te haces cargo de cuán crítico es?:

  • Es un recurso singular, pues no abunda como ocurre con el dinero que lo encuentras casi en cualquier parte.
  • No puedes ni comprarlo, ni alquilarlo, ni fabricarlo.
  • Es inelástico. No aumenta por muy alta que sea su demanda.
  • Es perecedero y no puede almacenarse.
  • El tiempo que pierdas se te escapa para siempre, nunca volverá.
  • Es insustituible. Imposible cambiarlo por otro recurso.
  • Y es imprescindible, pues todo requiere tiempo.

 

Sin embargo, nuestro cerebro no es capaz de discernir bien ni el paso del tiempo ni el modo en que lo empleamos. Los mejores directivos destacan precisamente por el uso cuidadoso que saben hacer de su tiempo.

Tanto los profesionales como los directivos se ven obligados a dedicar grandes cantidades de tiempo a cosas que parece obligado hacer y que sirven de muy poco. Y a su vez, realizar las tareas específicas de su responsabilidad requieren mucho tiempo y concentración para llevarlas a cabo.

Además el trabajo en las organizaciones consume y malgasta mucho tiempo. La relación interpersonal requiere tiempo, y cuantas más sean las personas con las que tratar, más tiempo a dedicar y menos el que queda disponible para trabajar. Y estas demandas no hacen sino crecer.

Para poder llevar a cabo una gestión eficaz del uso del tiempo es preciso saber en qué se emplea y esto requiere un esfuerzo constante. Hay que reconocer las actividades improductivas que hacen perder tiempo y deshacerse de ellas. Para lograrlo:

  1. Identifica y elimina las cosas que no hay que hacer pues son una pura pérdida de tiempo. Di que no a todo aquello que carece de una contribución positiva para la organización para la que trabajas o para ti.
  2. Delega de manera correcta.  Es decir consigue que los demás hagan, no tu trabajo, sino el que a ti no te corresponde hacer. Buena parte del trabajo que tienes asignado pueden y deben hacerlo otros.
  3. No hagas perder el tiempo a los demás. Esto queda bajo tu control y se averigua preguntando.

 

Dediquemos hoy tiempo para identificar y eliminar esas demandas de tiempo improductivo.