Publicado on Feb 1, 2012 in Coaching, Dirección | Comentarios desactivados en ¿Ocultas la realidad?
En los tiempos actuales y en tu posición de directivo o responsable de tu equipo puedes pensar que la mejor manera de motivarles es insistir en las grandes aspiraciones y ocultar los problemas de la realidad por la que se atraviesa.
Tienes una buena intención pero andas muy equivocado. No hay nada malo en perseguir grandes aspiraciones; después de todo es lo que nos mueve a dar lo mejor de nosotros. Pero al mismo tiempo, para tomar buenas decisiones y ejecutar las acciones apropiadas no puedes ocultar o negar “la tormenta”.¿Pero es posible motivar a la gente si la expones a una realidad que puede aparecer en muchos casos como brutal? Veamos:
Si tienes los colaboradores adecuados, es decir bien seleccionados, buenos profesionales, ellos deben disponer ya de la capacidad para automotivarse.
Dedicar tiempo a tratar de motivar a la gente suele representar una pérdida de energía. Es mucho más relevante saber cómo puedes dirigirles sin que les desmotives.
Si basas tu liderazgo en una personalidad carismática y un comportamiento mesiánico alejarás a tus colaboradores de la realidad y generarás esperanzas que se manifestarán falsas por los acontecimientos reales.
Tu capacidad de liderazgo tiene que ver con transmitir una aspiración pero también con la creación de un clima de confianza y la capacidad para afrontar la realidad, por complicada que sea. Ignorar la realidad te impedirá tomar buenas decisiones. Para ganarte su confianza puede ayudarte:
Escuchar a las personas. Ellas pueden trasmitirte la realidad de lo que está ocurriendo en la empresa.
Dirige con preguntas no con respuestas. Te ayudará en la comprensión del negocio. En periodos de transición o de cambio, es importante hacer las preguntas adecuadas con el objetivo de conocer la realidad.
Las reuniones informales con los colaboradores, sin agenda previa, pueden ser una gran ocasión para generar ese entorno de confianza.
Demuestra humildad para reconocer aquellos hechos que no comprendes y genera las preguntas que te permitirán un mayor conocimiento sobre las circunstancias.
Da ocasión para el diálogo y debate. No se discute para dar la impresión que la gente tiene ocasión de participar. Se trata más bien de un debate científico en el que todos se implican en la búsqueda de las mejores respuestas.
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