Pide un cheque en blanco

En este artículo verás desarrollado el concepto del cheque en blanco como una táctica para el relanzamiento empresarial. Se trata de una imagen de lo que puede ocurrir si a un equipo de trabajo se le permite soñar sin límites y no preocuparse por los recursos necesarios para realizar su sueño. En cierto modo es un contrasentido con los fundamentos de la gestión empresarial que te obligan a reconocer que los recursos son limitados.

Al no existir aquellas limitaciones, la creatividad puede liberarse, la motivación puede empujar a lograr objetivos sin precedentes y la empresa retomar el curso del crecimiento. El cheque en blanco anima a ser ambiciosos, a no sentirse limitados por presupuestos a la vez que se mantiene la responsabilidad sobre los resultados.

Los receptores del cheque tienen que establecer los recursos que necesitan y el plazo de tiempo para lograr sus objetivos. Le han de poner una cifra al cheque. No es una licencia para gastar sin medida ni criterio. Sus iniciativas han de estar alineadas con la estrategia de la empresa y ser capaces de generar un crecimiento sostenido y rentable.

Para que funcione esta idea del cheque en blanco se propone:

  • Identificar las mejores propuestas. Pueden tener relación con mercados en los que introducirse, con áreas funcionales que potenciar o con productos o marcas a las que apoyar. Los criterios de selección son la idoneidad temporal, la rentabilidad potencial y la dimensión de su impacto.
  • Seleccionar el equipo. Es una apuesta en el potencial de personas y su capacidad para transformar el negocio. En particular en las capacidades de los posibles directores del mismo, algo no ligado a la edad o la experiencia, sino a su potencialidad, capacidad de arrastre y orientación al resultado.
  • Definir objetivos y planes. Como siempre los objetivos habrán de ser ambiciosos, claros, cuantificables y con un fecha límite. Algunos de ellos deberán ser de corto plazo para demostrar la capacidad de obtener resultados. Estos habrán de formar parte de la propuesta que se presente y que contiene detalles respecto a la ejecución y las necesidades financieras.
  • Lanzar el proyecto. Supone la puesta en marcha del mismo con todo el respaldo institucional. En tiempos de recortes como los actuales probablemente será recibido con escepticismo, pero de inmediato liberará el potencial de innovación necesario para enderezar el rumbo.
  • Evaluar los resultados. Hay que hacer un seguimiento de los indicadores seleccionados y de los resultados esperados en los plazos de tiempo establecidos. Y asumir que habrán fracasos pero serán lo menos costosos posibles y de impacto limitado.

 

Quizás sea buena idea proponerlo en tu organización. Igual los ceros a escribir en el cheque no son tantos, y el efecto motivador que generará, inesperado y extraordinario.