¿Tienen también ellos su burbuja?

Desde estas notas he defendido repetidas veces el papel de las nuevas tecnologías en el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Pero alguno podría manifestar sus dudas de la viabilidad de algunos nuevos negocios a la vista de lo que ocurre en otros mercados, como por ejemplo el de EEUU.

En estos días se percibe una cierta agitación en los mercados como consecuencia de la evolución del valor de las acciones de empresas tan conocidas como Groupon, Facebook o Zynga.

Groupon ha perdido más del 75% de valor desde su salida a bolsa. Facebook el 50% (habiendo salido en Mayo) y Zynga el 70% (salió en diciembre pasado). Este comportamiento es comparable al que se vivió cuando el estallido de la burbuja de las “punto com” en el año 2000. No obstante, estas empresas siguen despertando el interés de inversores si bien cada vez con más recelos. Las empresas de internet cayeron en el 2000 por no ser capaces de generar beneficios, mientras que las actuales los obtienen e incluso crecen sus ventas, como en el caso de Groupon.

En el fondo del debate sobre estas nuevas empresas se encuentra el análisis de su modelo de negocio. En muchos casos sigue sin estar del todo claro. De hecho, algunas de esas empresas mantienen modelos estratégicos anticuados, orientados a mercados genéricos y con unas previsiones de ingresos ligadas a la publicidad, de dudosa validez en la actualidad o en el futuro.

No es probable que funcionen unas estrategias que no vayan orientadas a clientes concretos y que se dirijan a hacerles ganar dinero primero a ellos. De ahí la dificultad del sostenimiento a largo del modelo de Groupon, que cada vez debe gastar más en vendedores para atraer a sus clientes.

Y pese a todo ello, el NASDAQ ha incrementado su valor un 18% en lo que va de año. Y empresas dedicadas al desarrollo aplicaciones para dispositivos móviles, gratuitas y sin un modelo de ingresos claro, obtienen financiación de nuevos inversores.

Mi impresión es que el sentido común se acabará imponiendo, las valoraciones de las empresas se irán corrigiendo y sólo quedarán las que sean capaces de generar valor concreto para sus clientes.

Regresando a nuestro entorno, compensa prestar atención a las empresas locales, que conozcan bien a sus clientes actuales y potenciales y que se apoyen en las nuevas tecnologías para proporcionarles valor.

 

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