Acerca de la Paciencia

pacienciaPedir paciencia en la actualidad tiene mala aceptación, en particular si se nos demanda desde ámbitos en los que es exigible una mayor implicación y compromiso.

En efecto, pedir paciencia pudiera parecer lo más inadecuado en estos momentos en los que tienes la sensación de haber resistido demasiado y carecer ya de motivación para esperar más.

En estos tiempos marcados por la demanda de cambios incesantes y la exigencia de adaptación continua, ejercer la paciencia parece un contrasentido. Cuando se ponen como ejemplos historias empresariales de éxitos espectaculares y en plazos muy cortos podría desesperar el no ser capaz de imitarlos. La realidad no es así; esos ejemplos son la excepción y por eso acumulan titulares en los medios de comunicación. Construir tu marca, consolidar tu negocio, cambiar el rumbo, lleva tiempo. La inercia no se vence de inmediato.

Ya seas empresario o directivo, deberás ejercitar la virtud de la paciencia. Querer disponer de todo al instante es un capricho tan injustificado como irreal. Deberás reconoces que tanto las iniciativas planificadas como las imprevistas proporcionarán mejores resultados si la paciencia las gobierna.

No sugiero que te pares, que no establezcas objetivos y plazos de tiempo. Los necesitas para mantener tu motivación y la de tus colaboradores, para evaluar si avanzas y si lo haces en el sentido deseado. Pero has de ejercer la presión de manera adecuada y medida o de otro modo no te seguirán y te quedarás solo.

No es un equilibrio sencillo. Hay muchos ejemplos de iniciativas fracasadas por una excesiva anticipación e impaciencia. El ejercicio del liderazgo requiere identificar los resortes del cambio y reconocer con acierto la capacidad de empuje que tus colaboradores están preparados para soportar.

No debes asociar la paciencia con una actitud pasiva a la espera de la llegada de resultados. La paciencia en la empresa hoy tiene más que ver con mantenerse activo, con no desfallecer, con intentarlo una y otra vez hasta alcanzar el resultado que esperas.

Para alcanzar el éxito que buscas debes actuar con firmeza y rapidez. Tienes que emprender las iniciativas oportunas. Pero no te mueves sin sentido. Tienes un objetivo y te esfuerzas para lograrlo más pronto que tarde. Pero llegar a él lleva su tiempo. Si careces de paciencia podrías desesperar por la ausencia de resultados inmediatos. La paciencia te ayuda a recomenzar cada día y a darle a tu activismo el ritmo adecuado y la dirección correcta.

La paciencia te será especialmente de utilidad en esos días en los que nada parece salir y el objetivo se muestra inalcanzable.

  • Cuando los clientes no aparecen y mantener el negocio te cuesta dinero.
  • Cuando tus colaboradores tardan más en aprender de lo que esperabas.
  • Cuando la organización todavía se resiste a ese cambio que sabes inaplazable.
  • Cuando nadie parece compartir esas decisiones que tu consideras evidentes.

 

Es en los momentos de dificultad cuando la paciencia y la tenacidad te salvan de los deseos de abandonar y tirar la toalla. Has de estar convencido de que si te mueves en la dirección correcta llegarás a tu destino, aunque tardarás más lo que deseas.

Paciencia y sigue adelante, sin detenerte, sin perder la esperanza, sin rendirte. Y llegarás antes.