Integridad
Repaso hoy una cualidad del propia de la figura del líder que se interpreta habitualmente de forma restrictiva.
Es común asociar el ser íntegro con el mostrar un comportamiento honorable o virtuoso. Esta sería una cualidad propia de la integridad moral y parecería que sólo se ejercita en contadas ocasiones.
Sin embargo es razonable ampliar esta condición al ámbito profesional, y en concreto a la obligación del directivo de tomar decisiones y de hacerlo de manera clara, disciplinada y coherente.
Esta cualidad es particularmente necesaria en tiempos donde el ejercicio de la responsabilidad de liderazgo exige la toma de decisiones difíciles, con opciones no sencillas de evaluar y potencialmente insatisfactorias para las partes afectadas.
Creo que todos observamos hoy en empresas e instituciones comportamientos directivos poco íntegros en este aspecto. Los directivos o líderes implicados, incluso los muy experimentados, prefieren no asumir decisiones complejas pues temen el potencial impacto negativo que tendrían sobre su reputación.
Es una falta de integridad profesional no tomar decisiones y atribuir a la situación de crisis los resultados negativos derivados de la propia inacción.
Precisamos de directivos íntegros capaces…:
- de identificar adecuadamente las prioridades de su organización,
- de perseguirlas y defenderlas incluso cuando los resultados se muestren inciertos,
- de respaldar a aquellos que se animan a desafiar los retos con decisiones arriesgadas,
- de evitar la tentación de no hacer nada cuando las opciones sean incómodas.
El ejemplo de un directivo profesionalmente íntegro tiene un impacto enorme en la cultura de su organización. Consigue que mantenga la atención en lo importante, en el cumplimiento de la misión, en el servicio a los clientes, en la viabilidad a largo plazo y evita distracciones con asuntos menos relevantes y de corto plazo.
Es necesario cultivar y ejercitar esta cualidad. Lo exige la supervivencia de la organización y es la razón última por la que se ha sido elegido.
Totalmente de acuerdo Paco, totalmente. Únicamente, sólo una pequeña matización. Debido al entorno económico en que ya nos «estamos empezando a acostumbrar» a vivir, lógicamente, el Blog hace especial hincapié en la INTEGRIDAD del directivo en tiempos como los actuales. Es aquí donde yo quiero dejar un punto de reflexión: en mi experiencia personal, he visto más actuaciones directivas poco íntegras e, incluso, indignas en los «gloriosos tiempos de bonanza» que vivimos hasta 2008 que las que estoy viendo en la actualidad. La «burbuja de abundancia» parece que supuso una especie de «patente de corso» para justificar comportamientos poco o nada íntegros, porque… «era lo que hacían todos, y tú no podías jugar con peores cartas», además… «no ibas a ser el tonto de la película», «despierta, el sistema está montado así». Y al final, entre todos, tenemos lo que tenemos…
Como siempre, Paco muchas gracias por tu Blog y por tu tiempo.
Antonio
Gracias a ti Antonio.
Estoy convencido de que tienes razón en tu comentario.
Y añado que el objetivo de la nota de hoy era ir un poco más de la integridad moral y llamar la atención sobre lo que podría denominarse integridad profesional, que seguramente se necesita de manera más cotidiana que la primera.
Aunque de hecho son «primas hermanas»
Un abrazo
Paco
La INTEGRIDAD es uno de eso valores en la organización que no están de moda dado que los «exquisitos directivos» de este país principalmente miran sus propios beneficios a corto plazo y no la viabilidad de la empresa a largo plazo; ejemplo más concreto es el nivel ve políticos de nuestro país. Horizonte electoral 4 años vista.
La integridad también es dar paso a tus compañeros y procurar que avancen en su ideas dentro de la empresa. Y también ejercitar lo que se llama responsabilidad, que bien que nos gusta cobrar por ella pero no ejercerla en los momentos más difíciles y delicados.
Gracias por tu esfuerzo Paco-
Saludos