No puedes vivir sin ellas

innovaciónSin la estrategia y la innovación, claro. Aunque algunos creen que, como ya “tienen” una estrategia, no necesitan pensar sobre ella. Lo más probable es que quienes así actúan dispongan de unas declaraciones vagas, que no indiquen ni dónde deben innovar ni adónde se aspira a llegar.

No se trata tan sólo de mejorar algo lo que ahora se hace sino de orientar e inspirar a la organización para idear innovaciones radicales. La estrategia te debe ayudar a diseñar un futuro diferente de tu pasado, de ahí que la innovación vaya de su mano. La creatividad desarrollada en el contexto de la estrategia es más productiva que cuando carece de referencias.

No tiene sentido tomar la estrategia y la innovación como cosas separadas y poco en común. Antes al contrario, operan conjuntamente, como hemos visto en numerosas ocasiones: investigas sobre necesidades desconocidas o no expresadas de los clientes, quizás condicionadas por cambios en el entorno, y desarrollas competencias para proporcionar nuevas ofertas de valor e incluso nuevos modelos de negocio.

Mira de estudiar opciones estratégicas que te lleven a abandonar tu zona de confort. No temas por el riesgo. Sólo pondrás en marcha aquellas innovaciones que aparezcan viables tras un estudio detenido. No se trata de saltar a ciegas.

Tampoco esperes a que te llegue el permiso para innovar. Lo tienes concedido o estarías en la organización equivocada. En la medida que sigues las líneas estratégicas establecidas y trabajas en colaboración, tienes todo el apoyo que precisas.

Hoy día, la estrategia y la innovación caminan a la par y se refuerzan mutuamente. Una orienta y la otra descubre. Si te aprovechas de ellas alcanzarás los resultados que te propones.