Tu entrenador
Hace tiempo que me resisto a escribir sobre el “coaching”. Mucho de lo que veo y leo en relación a esta actividad está equivocado. Afortunadamente, parece que se encuentra ya en la estantería de las modas pasadas y de las prácticas abandonadas.
Sin embargo, no debes confundirlo con la necesidad de disponer de un buen entrenador personal. Si algo debiéramos envidiar de los deportistas profesionales, no es ni el dinero, ni la fama, ni su forma física, sino la disciplina de escuchar y obedecer a su entrenador.
Todos necesitamos de esta figura. Y seguramente te aprovechará tener más de un entrenador, pues serán de utilidad en más de un ámbito de tu vida personal y profesional.
Quizás te parece que hablo de un “coach”. No exactamente. Desde luego no si por esa figura se entiende alguien que sólo se dedica hacerte preguntas retóricas pero ni te corrige ni te hace indicaciones precisas y directas.
Las retransmisiones deportivas no dedican mucho tiempo a lo que hace o dice el entrenador correspondiente. De ahí que te aconseje acudir a un evento deportivo y te sitúes cerca del área técnica. Si tienes responsabilidades directivas o deseas desarrollarlas, será un buen lugar de aprendizaje.
Observarás:
- Que los entrenadores tienen estilos diferentes. Síguelos con atención y trata de imitar el estilo que más se ajuste a ti y a tu equipo.
- Que la información sobre el desempeño de sus jugadores es continuada y oportuna. Y muchas más veces es de carácter positivo y motivador que negativa o penalizadora.
- Que han realizado un trabajo previo muy intenso. No improvisan, conocen bien a los oponentes, han practicado innumerables veces cada jugada.
- Que aprovechan descansos y tiempos muertos para corregir y ajustar lo necesario.
- Algo de sentido común: Las reglas de juego no permiten que los entrenadores jueguen, por mucho sepan del juego y de su técnica. Es el desempeño de sus jugadores lo que hace ganar o perder.
Que encuentres pronto los entrenadores que necesites y les obedezcas.