Autoestima

autoestimaPadeces esa tendencia común a mostrarte excesivamente crítico contigo mismo y exigirte la perfección. Eres consciente de ello pero no aprecias significativamente el impacto negativo que tiene sobre tu autoestima.

Reconocer la propia la autoestima no significa ser arrogante, narcisista o egocéntrico, ni es algo que debas esconder o de lo que hayas de avergonzarte.

El problema es que no sabes cómo desarrollarla y te resulta incómodo admitirlo. La esperas recibir de los otros, que te llegue desde fuera, cuando ha de crecer desde dentro de ti. Nada ni nadie te la puede otorgar.

Busca ocasiones para poner de manifiesto tu autoestima. No importa tanto lo que hagas como que verdaderamente surja de tu interior. Cuida tu salud, acepta agradecido los cumplidos que te presenten, perdónate cuando cometas errores, respeta tus emociones, mímate, celebra tus éxitos. Fíjate en aquellos que por su condición puedan servirte de guía e inspiración.

Esas tareas son sencillas aunque no siempre fáciles. Y es una práctica que no puedes abandonar. La autoestima no es una meta sino el modo consciente y auténtico de crecer y desarrollarte. Se acompañará de una mayor claridad y tranquilidad respecto al modo en que establecerás objetivos y afrontarás los problemas.

Ha de ser algo con lo que verdaderamente te habrás de comprometer y será fuente de una motivación extraordinaria.