¿En qué piensas?
Lo que dirige tus pensamientos está determinado en gran medida por todo aquello que oyes y ves.
De la misma manera que cuidamos lo que comemos para preservar una buena salud, debemos extremar la vigilancia para prevenir que nuestra mente se vea inundada por información irrelevante o contraproducente.
No es tarea fácil. El cerebro parece programado para prestar especial atención a todo aquello que tiene un carácter negativo, a lo que puede convertirse en una fuente de peligro.
Lamentablemente nos bombardean con imágenes e informaciones acerca de corrupción, crisis económica, robos, entradas y salidas de la cárcel, conflictos políticos,… Todas ellas malas noticias que generan preocupación y desasosiego.
La buena noticia es que se puede luchar contra esas influencias cambiando de comportamientos. Para que la mente dé lo mejor de sí misma, hay que cambiar de dieta y alimentarla con:
- Informaciones positivas, historias de superación, de retos alcanzados, de grandes logros.
- Ideas inspiradoras, estrategias de éxito, de creatividad y desarrollo personal y colectivo.
Tú mismo eres responsable de las decisiones que tomas y las acciones que emprendes. Mide con rigor el tiempo que dedicas a escuchar noticias en la radio y la televisión, o a seguir programas intrascendentes o antiestéticos y te asombrarás del número de horas perdidas y de la contaminación que aportan a tu mente.
Aunque la decisión pueda parecerte drástica, opta por reducir o eliminar del todo el tiempo dedicado a esos programas y medios de comunicación y gánalo para leer o escuchar libros y audios de los temas que te estimulen, que te ayuden a desarrollar competencias, a generar nuevas ideas.
Decídete a poner en marcha esas iniciativas que pueden aportarte sugerencias e información enriquecedora y orientadas a alcanzar tus objetivos.