Inundados
Son decenas de miles los impactos sensoriales, y en particular visuales, que recibimos sin interrupción cada día. Nos inundan con infinidad de detalles y de información. Y sin embargo es muy poco lo que verdaderamente llegamos a percibir del mundo que nos rodea. Igual ya has visto este video que lo presenta de manera muy realista y poética.
La multitarea, especialmente propiciada por la necesidad de prestar atención a las redes sociales, leer los correos, atender las llamadas, a la vez que realizas el trabajo que te corresponde, demuestra tener ya muy malas consecuencias.
Los neurólogos han confirmado el coste metabólico que para el cerebro representa el pasar continuamente de unas tarea a otras. Por contraposición, el concentrar la atención en una actividad determinada consume mucha menos energía. Esto significa que quienes se organizan para dedicar tiempo a concentrarse en tareas concretas no sólo son más productivos y eficaces sino que están menos agotados al final del día.
La multitarea, por definición, rompe el hilo de pensamientos necesarios para la creatividad y la resolución de problemas. Esto impacta negativamente en la capacidad de innovación. Sin tiempo para la concentración y dejar volar la imaginación, difícilmente podrán generarse soluciones creativas.
La estimulación continua a que estamos sometidos se vuelve adictiva para las áreas del cerebro implicadas, en detrimento de funciones superiores que demandan un esfuerzo y atención sostenidas. Hay que rehabilitarse practicando tareas cuya recompensa se hará esperar y evitando las que proporcionan satisfacciones inmediatas.
La creatividad exige explorar ideas, descubrir analogías, conectar cosas dispares. Y eso demanda capacidad de concentración y de ensoñación.
Si no reaccionamos, corremos el peligro de ahogarnos.